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Los 'flatus voches' de la educación

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El anuncio de gratuidad fue un mensaje que permitió soñar utópicamente que todos los estudiantes de nuestro país tendrían los mismos derechos, no importando la clases social, del tipo de colegio que provienen, incluso los mas incautos pensamos que la cancha del saber se nivelaría hacia arriba, pero por los últimos informes emanados por el Mineduc, esto no va a ocurrir. La gratuidad solo les va a corresponder a algunos.

Hay estudiantes que con mucho esfuerzo y para progresar deciden seguir estudios superiores, algunos de ellos pertenecen a familias en las cuales son la primera generación en ingresar a la educación superior. Sus familias, de bajos recursos, está orgullosa de sus logros a pesar de que él no logró entrar en una universidad del estado o perteneciente al Cruch.

En la mayoría de los casos estos estudiantes provienen de liceos subvencionados o municipales que, con mucho esfuerzo y estudios adicionales logran obtener puntajes promedios de 500 puntos en la PSU, lo que ya es un logro. Durante los primeros meses de la Educación Superior son complejos, por la gran brecha de conocimientos que tienen con estudiantes con acceso a educación de calidad, pero logran nivelarse y, algunos de ellos, destacar en su generación. Disciplina y ganas de surgir fueron sus claves. Eso debería ser suficiente para cambiar el destino de cualquier joven, que con mucho esfuerzo solventan sus estudios gracias al CAE, becas internas en la casa de estudios, lo poco que pueden darle sus padres y sus trabajos part-time.

Varios de estos jóvenes esforzados pensaron que podrían acceder a la gratuidad. Sueño que injustamente se truncó cuando el anuncio del gobierno les cerró las puertas, a pesar de su vulnerabilidad. ¿Cómo explicarle a estos estudiantes que no puede obtener el beneficio que se creó para ayudar a personas como ellos?, ¿Qué posibilidades reales tenían de estudiar con gratuidad o que pueden hacer niños en su condición para lograrlo?

La mayor parte de los estudiantes que vienen de sectores vulnerables, que reitero, con esfuerzo logran llegar a la universidad y que realmente necesitan la gratuidad, no la tendrán. El problema radica en que no son las universidades del Cruch o 'las del Estado' las que se hacen cargo de su educación, pero el beneficio no está pensado para ellos.

Una vez más la cancha de la educación sigue desnivelada y ahora, un poco más. ¿Qué sentido dar gratuidad si no se aplica a los que la necesitan?, Una pregunta que muchos educadores nos hacemos y que no sabemos cómo responder. Pero suena bien ver titulares de gratuidad, a pesar de que sean 'FlatusVoches', término acuñado por el filósofo Guillermo de Occam, que si bien fue generado para otras temáticas, significa 'palabras vacías'.