Recursos para Ciencia y Tecnología
Si bien una infraestructura institucional más moderna y acorde a las necesidades del país en C&T es muy deseable, no es menos cierto que este quejumbreo permanente por más y más dinero de gran parte de la comunidad científica (léase algunas sociedades y la academia de ciencias) es en muchos casos un poquitín excesivo.
Por ejemplo, uno observa frecuentemente que diversos grupos de investigación se reagrupan de manera conveniente para postular a otras iniciativas (aparte de las que ya tienen), no tanto porque necesiten mas recursos, sino mas bien porque se genera una presión en el ambiente que obliga a "apuntar" (léase postular) Sí o Sí a "todo lo que se mueva".
Naturalmente, excluyo de esta observación aquellas reagrupaciones que tienden, por ejemplo, a un mayor impacto en el ámbito interdisciplinario. De hecho, de crearse un Ministerio de C&T, lo primero que habría que hacer, en mi opinión, es normar de mejor manera las compatibilidades e incompatibilidades que se contemplarían con las distintos tipos de postulaciones posibles, para así dar opciones de financiamiento a un mayor numero de investigadores meritorios.
Por otro lado, las famosas comparaciones con los otros países de la Ocde olvidan los diversos programas que ha implementado Conicyt, Mineduc y otros (a pesar de todas las "dificultades") tanto en beneficio de la investigación como del posgrado, que NO existen en muchos de los países desarrollados (solo a modo de ejemplos me permito mencionar el programa de becas de doctorado para estudiantes extranjeros y las múltiples fuentes de recursos para invitar investigadores/postdoc extranjeros).
En otras palabras, y aun cuando las políticas chilenas en C&T no son optimas, ellas están muy lejos de catalogarse como deficientes ni menos se puede decir así tan livianamente que son el reflejo de "gobiernos que han optado por la ignorancia".
Mas aún, a pesar de todas las dificultades, es innegable el gran desarrollo científico alcanzado por Chile en las ultimas décadas, el cual es ampliamente reconocido a nivel internacional. Es indudable que se puede hacer mucho más, y debemos apuntar fuertemente a ello, pero los fundamentos respectivos, más que de cantinela política para catapultar posteriormente a científicos militantes a algún cargo en el futuro Ministerio de C&T, deben ser simplemente de realismo y proyección futura: se necesitan más recursos (pero no tantos tampoco) no porque no se haya hecho o no se esté haciendo nada relevante en C&T, sino más bien porque los recursos humanos respectivos y las necesidades del país siguen aumentando, y hay que tratar de satisfacerlas en la mayor medida posible.
En particular, habría que tener cautela para que aquellos grupos que han demostrado fehacientemente su productividad e impacto permanente puedan seguir contando con financiamiento. No obstante, hay que tener claro también que exigir desde ya un porcentaje del PIB tan alto como el de un determinado país de la Ocde, puede transformarse en otro porrazo tanto o más fuerte que el de la "educación universitaria gratuita para todos". La otra alternativa, naturalmente, es enarbolar un nuevo globo, similar al anterior, que diga ahora: "¡¡investigación publica millonaria y de calidad para todos!!"