Puede resultar difícil de creer, pero según antecedentes del Ministerio de Salud, de las 54 comunas que conforman la Región del Biobío, 19 no tiene en su territorio alguna farmacia abierta al público general, ya sea perteneciente a una cadena nacional o independiente. Un dato preocupante si se considera la importancia que significa para la comunidad contar con un local que proporcione medicamentos y productos de salud de manera expedita.
Ante esta realidad, se supondría que la alternativa de emular lo realizado en la comuna de Recoleta, con las llamadas "farmacias populares", sería más que interesante para estos municipios, pero la realidad en las localidades del Biobío tiene matices, y lo que puede funcionar en una, no necesariamente lo hará en otra, tal como se desprende de opiniones de sus diferentes alcaldes.
Más allá de estas consideraciones, el pasado viernes 6 de noviembre, el directorio de la Asociación de Municipalidades de la Región del Biobío tomó el acuerdo de respaldar de manera local la habilitación de "farmacias populares", previo a la recopilación de más información respecto a la implementación efectuada por la corporación edilicia de Recoleta, además de dialogar con parlamentarios para conseguir una flexibilización legal respecto a las exigencias para habilitar una prestación de estas características.
Así lo indicó el presidente de la asociación y alcalde de Santa Juana, Ángel Castro, quien el 16 de noviembre se reunirá en Santiago con su homólogo de Recoleta, Daniel Jadue, el cual, a su vez, acudiría a la zona el 27 de noviembre para juntarse con los jefes comunales locales.
TAMAÑO
"Es una complicación no contar con una farmacia en la comuna -planteó Claudio Solar, alcalde de Antuco-, y hay interés general respecto a lo que hizo el alcalde Jadue en Recoleta, pero en nuestro caso, el tamaño (pequeño) de la comuna puede jugar en contra, porque tenemos 4 mil habitantes y no sé si una iniciativa de este tipo funcione acá".
El jefe edilicio comentó que la implementación de una farmacia popular sería más interesante para Antuco si, por ejemplo, Los Ángeles la concretara, lo que permitiría establecer algún tipo de alianza para el acceso de medicamentos con la administración de la capital de la Provincia de Biobío.
Claudio Solar recordó que la única farmacia que funciona en Antuco es la que se encuentra en el Centro de Salud Familiar (Cesfam) de la comuna, en donde se entregan medicamentos a los enfermos crónicos.
"Lo que realmente me aflige es que el Estado o estamentos públicos (como los municipios) tengan que empezar a encargarse de ámbitos que deben ser de responsabilidad de los privados, porque éstos lo hacen mal. ¿Si el negocio de los pollos muestra colusión, los municipios vamos a tener que poner gallineros?", se preguntó Solar.
En varias comunas sin droguerías establecidas, una de las soluciones parciales que se aprecia es la farmacia móvil que una de las cadenas nacionales implementó. Un caso es el de Ninhue, en donde Carmen Blanco, su alcaldesa, contó que sus vecinos también pueden acudir a la farmacia del Cesfam, la cual se mantiene muy bien provista: "Quienes tienen más recursos acuden a Chillán por sus remedios. Creo que Ninhue no da para tener una farmacia, además que, como municipio, tenemos otras prioridades, como el agua potable".
OBSTÁCULOS
"Vamos a viajar a conocer la experiencia de Recoleta y el alcalde Jadue acudirá a nuestra Región, en donde pretendemos hacer una jornada, un seminario, para ver cómo replicar este modelo en la zona. Hay comunas que no tienen farmacias y la gente de escasos recursos podría ahorrar con las 'populares'. Hay que pensar en ese tipo de situaciones", comentó Ángel Castro.
Reiteró que se reunirán con parlamentarios, porque considera que el Congreso debe dictar normativas que faciliten este tipo de iniciativas. "Recoleta lo pudo hacer con algunas dificultades y queremos ver cómo sacaron adelante esto".
Respecto a eventuales costos adicionales para los municipios, Castro no lo descartó, pero dijo que hay que verlo desde el punto de vista de un beneficio mayor para la gente: "Por decirlo de alguna manera, la rentabilidad social de estas farmacias es superior a las inversiones que se deben hacer".
A pesar que hace algunas semanas se conoció de forma pública la experiencia de las "farmacias populares", Jacqueline Guíñez, alcaldesa de Pemuco, aseguró que al inicio de su actual administración se intentó concretar una medida similar en su comuna, pero los obstáculos reglamentarios y normativos que salieron al camino impidieron que, al final, se materializara el servicio.
"Por eso me llamó la atención lo que hizo Recoleta. En todo caso es una buena medida y puede ayudar a descongestionar las horas médicas en el consultorio, porque si alguien que no es enfermo crónico requiere un medicamento, tiene que hablar antes, obligadamente, con el médico para que éste le dé una receta, porque en la farmacia del consultorio se la pedirán. Estoy pensando, por ejemplo, en un dolor de cabeza, algo que, en otras partes, se puede solucionar acudiendo a cualquier farmacia", sostuvo.
"En el sentido práctico, creo que es positivo, pero es un proyecto que hay que madurar más", agregó Carlos Garrido, alcalde de Ránquil, quien expresó que, quizás, hay que hacer una distribución acotada de medicamentos, lo que más ocupe la gente, para evitar el vencimiento de éstos.
"Una farmacia popular tiene mayor razón en una comuna rural, en donde muchas veces hay complicaciones como la falta de médicos que entreguen recetas, además que hay distancias más largas que cubrir para llegar a un lugar donde se pueda adquirir un remedio. Hay que ver cuáles son las condiciones y exigencias", afirmó.