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China pone fin a polémica política del hijo único tras 35 años de vigencia

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Tras 35 años de vigencia, el Partido Comunista de China (PCCh) puso punto final a su controvertida política del hijo único y anunció que todas las parejas podrán tener dos hijos. El objetivo principal de este cambio es busca frenar el envejecimiento de su población.

En un comunicado del Comité Central, que se reunió durante los últimos días para decidir la planificación económica y social del quinquenio 2016-2020, el partido anunció que "todas las parejas" del país podrán tener dos hijos, una histórica decisión que sucede después de medidas de relajación ya puestas en marcha en 2013.

La reforma deberá ser aprobada por la Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo chino.

historia

La política del hijo único fue polémica desde el principio. Tras la muerte de Mao Tse-Tung en 1976 y de acuerdo con las nuevas teorías que preconizaban grandes desastres como consecuencia de la superpoblación mundial, la ley se instauró en 1979 como una solución temporal pensada para una sola generación. El objetivo era frenar el crecimiento de la población en el país y así aliviar la presión sobre los recursos y reducir la pobreza.

En esa época hubo numerosas excepciones, principalmente para las minorías étnicas, que tenían permiso para tener dos hijos en zonas urbanas y hasta tres o cuatro en zonas rurales. Por ejemplo, si el primer hijo era una niña, la etnia china Han (mayoritiaria) solía tener permiso para tener dos hijos.

Las parejas urbanas tuvieron que pagar multas por tener más hijos. Las provincias, ciudades y pueblos continuaban interpretando, añadiendo cláusulas y obligando a familias a pagar elevadas multas para recaudar.

ocaso

En 2011, la política del hijo único" perdió mucha fuerza a nivel territorial y comenzó a permitir a la mayoría de las parejas tener dos hijos con la condición de que ambos progenitores fueran a su vez hijos únicos.

En noviembre de 2013, China anunció que las familias podrían tener dos hijos con que sólo uno de los padres fuera hijo único. Este cambio benefició principalmente a las familias urbanas, puesto que las familias rurales acostumbraban a tener más de un hijo.

consecuencias

Las estrictas medidas aumentaron los abortos selectivos y los abandonos de niñas por familias que preferían tener un hijo varón, lo que desencadenó otros problemas, como el desequilibrio de sexos o el tráfico de bebés y esposas.

De acuerdo a la Comisión de Población y Planificación Familiar de China, encargada durante más de tres décadas de aplicar esta ley, China actualmente tendría más de 1.700 millones de habitantes si no se hubiera puesto en práctica esta norma, en lugar de los cerca de 1.400 millones actuales.

Según datos de mediados de este año, tan sólo 1,5 millones de los 11 millones de parejas que cumplían los requisitos habían solicitado el permiso para tener un segundo hijo, muy por debajo de las expectativas de las autoridades.