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La escuela de Helena

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Helena observa en silencio a sus tías y compañeros mientras le cantan el "cumpleaños feliz". Al frente tiene una torta de cuchuflís que sostiene una vela tallada con el número 2. La pequeña pareciera no entender tanta algarabía, pero, también en silencio, se deja llevar. Es jueves y primer día de octubre en la Escuela Especial Chile-España, que de lunes a viernes recibe a 112 menores con necesidades educativas especiales asociadas a la discapacidad, entre ellos, a la cumpleañera Helena Tamayo.

El establecimiento es el más antiguo de la Provincia de Concepción con estas características. El próximo 27 de noviembre celebrará 45 años de vida, bajo un marco de evidentes carencias, pero también de ambiciosas ilusiones.

HISTORIA

El recinto nació al alero de la comunidad española residente en Concepción, que donó los terrenos donde actualmente se ubica (Pedro de Valdivia N°651), y por su condición pública depende del Departamento de Administración de Educación Municipal (Daem) penquista.

Sus 112 alumnos tienen diferentes diagnósticos, que van desde el autismo, déficit intelectual (como el síndrome de Down), disfasia severa (trastorno de la comunicación) y retos múltiples (más de un diagnóstico).

Son 61 hombres y 51 mujeres, quienes reciben la atención diaria de 40 funcionarios, entre profesionales y asistentes.

El modelo educativo está dividido en tres niveles: prebásico (2 a 4 años), básico (5 a 14 años) y laboral (15 a 27 años), y cuenta con dos talleres: amasandería y jardinería.

NECESIDADES

Tanto su directora, Cecilia Figueroa; como la presidenta del Centro General de Padres y Apoderados, Verónica Michael, se han transformado en pilares fundamentales en la reciente etapa del establecimiento, que tiene como gran desafío mejorar las condiciones de infraestructura y promover la importancia de una inclusión real.

"Nuestra escuela pretende entregar una respuesta de calidad y otorgar todas las herramientas para que los jóvenes puedan seguir una ruta educativa, sin embargo necesitamos apoyo para resolver algunas carencias", plantea la directora.

En la actualidad, el establecimiento recibe sólo la ayuda del Centro Español, las Damas Españolas y el Club de Leones Concepción, más las empresas Jumbo de Pedro de Valdivia y Finning.

Sin embargo, tales respaldos no alcanzan para resolver las evidentes necesidades de infraestructura, que obligan a una urgente modernización de sus dependencias.

Según Verónica Michael, "se requiere construir un comedor, ya que los niños actualmente deben comer en sus salas de clases. El establecimiento no tiene un sistema de calefacción y nos falta dinero para poder ampliar y mejorar la sala de kinesiología".

La dirigente de los padres y apoderados cuenta que en este último proyecto sí hay avances: "La familia del arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, nos donó $5 millones y el Daem nos ayudará con la mano de obra. Faltan otros $5 millones, para lo cual pretendemos organizar próximamente una cena o un bingo. Monseñor Chomali quiere que inauguremos la sala antes del 25 de diciembre, y esperamos cumplirle".

De acuerdo a los cálculos de la comunidad educativa, para concretar estos tres proyectos se requieren cerca de 75 millones de pesos ($20 millones para construir el comedor; $50 millones para implementar un sistema de calefacción en cada una de las salas de clases y los $5 millones que restan para modernizar la sala de kinesiología).

apertura

Junto a las necesidades de infraestructura, la directora de la escuela asegura que también se requiere de una mayor apertura de las empresas de la Región para permitir que los estudiantes puedan realizar pasantías laborales.

"Nadie está libre de la discapacidad. Esperamos que la ciudadanía y las empresas así lo entiendan. Por ello, también, invitamos a las autoridades a que nos visiten y conozcan nuestro trabajo ", explica Cecilia Figueroa, desde su estrecha pero hogareña oficina.

Metros más allá, en una de las salas junto al patio, la pequeña Helena sigue mirando en silencio a sus tías y compañeros, aunque esta vez pareciera entender tanta algarabía.