El adiós a un programa que marcó a un país por completo
Hoy culmina para siempre "Sábado gigante", el programa más exitoso en la historia de la televisión nacional, conducido por Mario Kreutzberger, Don Francisco. Pasaron 53 años de transmisión ininterrumpida.
La cadena Univisión, la señal hispanoparlante más importante de Estados Unidos, realizará un especial de despedida con los invitados internacionales que han marcado estos años, secciones, recuerdos y el aplauso permanente de las generaciones marcadas por el espacio; y de los 43 países a los que se transmite actualmente.
El primer capítulo fue transmitido el 5 de agosto de 1962 con el nombre de "Show dominical", día en que comenzó su realización previo al despido del conductor, porque el canal no estaba satisfecho con la apuesta.
A las semanas, y tras los llamados del público exigiendo su regreso a Canal 13, el programa volvió al aire los sábado con el nombre de "Sábados alegres". Más tarde confesaría Don Francisco, que pidió a sus amigos que llamaran insistentemente a la señal televisiva pidiendo su retorno.
Luego de un año, el show de variedades adoptó su nombre final, comenzando a transmitir por cerca de 7 horas continuas: convirtieron las tardes familiares chilenas, en momentos de encuentro y convivencia frente a la pantalla.
TV "A LA ANTIGUA"
¿Qué se puede mencionar del espacio o de Mario Kreutzberger que no haya sido recogido por alguna memoria, tesis de estudio, revista, magazine, programa radial, televisivo o libro recopilatorio de nuestra televisión? Difícil respuesta, imposible, quizás.
Posiblemente, quienes leen esto, tienen en su memoria alguna tarde familiar viendo el espacio y riendo con algún segmento.
El programa tuvo ese componente emocional indiscutible como su máximo tesoro. No son solo los récords históricos de sintonía, que se asume, debió lograr en los años 70 y 80, ni el Guiness como el programa más longevo del mundo. Tampoco la estrella de Don Francisco, en el Paseo de la Fama de Estados Unidos, ni el centenar de premios y reconocimientos internacionales del animador. Ni más aún, el vínculo que tenemos como chilenos, que genera que retorne desde Miami tras cada desastre natural a organizar la ayuda para la zona afectada, o el compromiso anual de forjar y aportar con un granito de arena para la Teletón.
No es eso lo que reconocen los chilenos ni los latinos: es un compromiso por mantener la unión de los países de habla hispana, del intercambio cultural y de mantener una televisión "a la antigua", con un lenguaje correcto, humor familiar, música de consumo masivo y entretención para todas las edades.
Fueron esos ideales, los que llevaron a inmortalizar a participantes, personajes y secciones, como Valentín Trujillo, Pepe Yeruba (Jorge Pizarro su nombre real), Mandolino (interpretado por Armando Navarrete), La Cuatro Dientes (Gloria Benavides), el Chacal de la Trompeta; y espacios como Los Eguiguren, Sketch de humor con niños, y Pinto, Paredes y Angulo.
Otros segmentos recordados son: "La cámara viajera", que durante décadas fue, para la mayoría de los chilenos, la única forma de conocer el mundo, las principales ciudades de Europa y los rincones de Asia y África; "El clan infantil", donde un grupo de niños conversaba de temas de actualidad y de sus vivencias. Allí aparecieron figuras como Luis Jara, Myriam Hernández y José Miguel Viñuela. También "Solteras sin compromiso", donde el público femenino escogía a quien le parecía más atractivo entre los postulantes, y donde se originó un baile. El concurso "¿Dispara usted o disparo yo? , donde se avanzaban etapas, a medida que las pistolas no dispararan.
Punto aparte conforman los "jingles", canciones de corte publicitario de las marcas; los "bloopers" o errores que ocurrieron con los concursantes, respuestas equivocadas, el rompimiento de escenografías, las exageradas y burlescas reacciones del conductor con las modelos, públicos e invitados.
EL DESPUÉS
¿Por qué se termina? Hay un tema de no renovación contractual con Univisión. El acuerdo había sido por tres años, que terminan hoy: la señal había decidido seguir con variaciones al formato y dejar a otro conductor, para derivar a Don Francisco a otros proyectos. No aceptó.
Pero también hay algo más, el cambio país, ideológico y generacional. Chile no es el mismo que el programa dejó en diciembre de 1992 y decidió instalarse definitivamente en Miami desde enero de 1993 en Miami.
Muchos sintieron que el magazine perdió su esencia, y su internacionalización terminó jugándole en contra, optando por un sentido estético, contenidos y rostros, muy lejano, poco empático a nuestra realidad: no representaba los intereses y demandas sociales que cubría en décadas anteriores.
Finalmente, radicarse en el extranjero, terminó por restar horas en pantallas, una baja considerable de sintonía, patrocinadores y esfuerzos de producción. Toda la energía fue al programa latino.
Nuestro país cambió su humor por uno actual y picaresco. El estándar de vida aumentó: regalar electrodomésticos, algunos miles de pesos o un auto, ya no eran imposibles para la gran clase media.
Los invitados internacionales, ya no eran inalcanzables, y el programa en su propuesta audiovisual y libreto, parecieran lentos y fuera de época, comparado con los formatos de cable que se estaban consumiendo.
Don Francisco lo sabía e intentó mantener contacto con Chile a través de programas de concurso (¿Quién quiere ser millonario? o "Atrapa los millones"), apuestas de conversación, entrevista y política. Pero era tarde, nos opacamos, nos creímos invencibles, nos volvimos arribistas y con memoria a corto plazo.