Liceo Enrique Molina quiere mantener su patrimonio
Hace unos días se conoció que están aprobados los recursos para el estudio que fijará el valor necesario para reparar el teatro del Liceo Enrique Molina Garmendia. Para ello se entregarán $130 millones, los cuales estarán a cargo de la consultora Estudiocero y con el arquitecto Carlos Inostroza liderando el trabajo.
No es nuevo que las dependencias del emblemático liceo necesitan ayuda, y es que existen en la propiedad varios espacios que no se pueden ocupar y están casi abandonados, a la vista diaria de los alumnos. Según el alcalde Álvaro Ortiz, como los recursos "no son infinitos" y la matrícula del Enrique Molina no es la de antes, no habría planes de recuperar esos espacios.
Con las manos atadas respecto a la infraestructura, la comunidad educativa sigue firme en mantener su patrimonio. Y no es menor, ya que el establecimiento cumplió 192 años.
TALLER DE PATRIMONIO
A cargo de la profesora de Inglés Lorena Rigo-Righi existe un taller de patrimonio, el cual ha rescatado grandes tesoros históricos del establecimiento masculino. Respecto a las dependencias abandonadas, la docente explicó que "eran espacios que ocupaba la Seremi de Educación, la Provincial y parte (por calle Aníbal Pinto) era del antiguo internado, que en sus tiempos mozos llegó a tener 500 alumnos. Y eso (no se bien la parte legal), no sabemos por qué, devueltas oficialmente".
En cuanto al taller, que comenzó hace tres años, inició con la creación del Salón de Patrimonio Palmira Orrego en 2004, en honor a su visión. "Vemos el rescate patrimonial de objetos y documentos que se han ocupado en los 192 años", explicó Lorena Rigo-Righi.
Entre las cosas que han encontrado, la profesora relató que tienen colecciones de libros, enciclopedias en francés, "que era parte de su aprendizaje en esos años".
Para que la historia del liceo no se quede entre cuatro paredes, se determinó que estuviese abierta al público. Es así como "las personas se contactan con nosotros, así como la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Padre Hurtado, o la UdeC (por ejemplo), y han venido a investigar".
Particularmente las casas de estudios superiores, en sus investigaciones sobre la educación chilena, solicitan ver los documentos fundacionales del establecimiento, así como muchos otros que ayudan a revelar cómo se formaba a los estudiantes a principio de 1900.
La profesora, junto a los alumnos, ha realizado un trabajo que permite tener los objetos y documentos encontrados de manera organizada, para que sea "lindo de ver y consultar", como dice Rigo-Righi.
IDENTIDAD
La conservación del patrimonio genera en los alumnos, según su maestra, un orgullo. "Ayuda mucho a la autoestima del joven, a querer su liceo, a saber que lo antiguo no es fome. Ese es uno de los objetivos del taller".
Respecto a que se ha generado un interés de un grupo de alumnos, desde el liceo dicen que eso repercute en una cadena que llega incluso a personas ajenas al establecimiento.
"Se ha generado una cadena de apreciar y no desechar lo antiguo, y eso también va con las personas. Ahora ellos se sientan y escuchan a sus "tatas", ven que es importante para su patrimonio personal. Eso se ha ido ampliando y jóvenes que no son del taller también se interesan y preguntan", finalizó la docente.