"Hay que creer en que se puede cambiar el paradigma de la producción". Con esas palabras monseñor Fernando Chomali, arzobispo de Concepción, realizó ayer la bendición e inauguración oficial de la sucursal de Lavandería 21, emplazada en la Vega Monumental.
La ceremonia coincide con la celebración del primer año de vida del reconocido y visionario proyecto que integra como trabajadores a jóvenes con síndrome de Down y que se espera sea replicado en otras partes del país.
El pasillo calle Penco del centro comercial penquista se llenó de asistentes y autoridades que participaron de la emotiva ceremonia, la que contó con la presentación de un documental que repasó la labor de los jóvenes que han visto cómo les ha cambiado la vida, especialmente al integrarse de mejor forma a la sociedad.
Chomali destacó que en un principio el proyecto "comenzó con $40 millones para dar inicio a la obra", destacando la labor de las empresas que en estos doce meses han confiado en ellos y a las que se sumaron en el camino.
En un principio eran "11 jóvenes trabajando, con cero kilo de ropa. Hoy día tenemos más o menos 10 mil kilos de ropa al mes y hemos aumentado a 16 jóvenes con síndrome de Down. Queremos que esto se replique en otras partes y llegar a 20 jóvenes", agregó el arzobispo penquista.
Guisela Pérez, mamá de Paula Crúa y quien representó con un discurso a los padres en la inauguración, destacó que "con sus compañeros de trabajo son muy unidos, muy cohesionados. No sé si lo ven como un juego todavía, pero esto le ha permitido aumentar el número de personas con las que pueda interactuar y con su misma condición".
El intendente Rodrigo Díaz destacó que "aquí hay trabajo, aquí hay jóvenes desarrollándose plenamente en sus capacidades y hay muchas otras personas que también están esperando dónde trabajar y nosotros como gobierno hemos puesto a disposición del sector privado 20 mil cupos de capacitación a través del programa +Capaz para poder formar a jóvenes y a mujeres que estén en situaciones de capacidades especiales
NUEVO LOCAL
Pese a que ayer fue la inauguración oficial, la sucursal de Vega Monumental se encontraba en marcha blanca desde el 27 de julio, lugar donde trabaja una administradora y Patricio Cartes, pero el puesto se irá rotando.
"Me gusta trabajar acá, me río mucho y es entretenido poder estar con la gente", contó el joven con un sonrisa gigante en el rostro.
La lavandería, por el tipo de máquinas con las que cuenta, no recibe prendas pequeñas como chaquetas o pantalones, pero sí ropa de cama: cobertores, frazadas, sábanas; o cortinas, las que pueden ser dejadas y retiradas en el local 131 de la Vega.