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Carrera docente y autoevaluación

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En esencia y más allá de todos los tecnicismos y ocurrencias que surgen para catalogar lo que debe ser la carrera docente, quien decidió estudiar Pedagogía por vocación social, sabe claramente que en el ejercicio de esta profesión se va construyendo la identidad docente que define y diferencia a buen profesor de otro que sólo obtuvo el título.

Y probablemente, para tal dominio del oficio de enseñar, ninguno de los instrumentos que hoy se discuten, logre recoger con una acabada exactitud la información sobre una buena o mala calidad del desempeño de un profesor, especialmente si el énfasis está puesto en la certificación de competencias que direccionan a los profesores al logro de aprendizajes significativos en sus estudiantes, pero contradictoriamente evaluados desde una mirada externa, asimétrica y con mediciones estandarizadas que hasta ahora no han dado cuenta de otros aspectos de la integridad humana, como lo afectivo, lo artístico o lo social, entre otras más.

Porque en realidad, y como complemento necesario de una evaluación externa, tal vez haya que relevar que el mejor instrumento de evaluación de la docencia o de cualquier actividad humana, efectivamente es la autoevaluación de la propia práctica pedagógica, que cada profesor éticamente está llamado a realizar y a sistematizar dentro del ejercicio profesional. Condición sine qua non para mejorar, si se convirtiera en un hábito personal dentro de las responsabilidades profesionales, más allá de que todo un sistema se lo imponga.

Ello, simplemente debe expresarse en la sana costumbre de mirarnos críticamente, en un puro acto de consciencia individual, que le permita al profesor fortalecer todos sus dones y superar las debilidades. Porque, quién mejor que uno los conoce.

Bajo este principio de la evaluación auténtica, que ciertamente tiene un tremendo valor para el aprendizaje, más aún si somos los profesores quienes la inculcamos a nuestros estudiantes para que se superen. Entonces, ¿por qué habría de costarnos poner en práctica con nosotros mismos, algo que enseñamos a diario a otros?

En mi experiencia como profesora y habiendo compartido con muchos profesores a lo largo de la vida profesional, puedo decir que aquel que es bueno y se precia de tal, jamás experimenta inseguridad frente a lo que es capaz de hacer y mejorar, porque está acostumbrado a mirarse críticamente, antes que otros le digan dónde está fallando.

Esta simple actitud, entre otras cosas, seguramente le cambiaría el rumbo a nuestro sistema educativo.

Teletón enseña a transformar sencillos objetos en juguetes inclusivos

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Todos los niños tienen derecho a jugar, sin embargo no todos los juguetes están adaptados para que quienes tengan alguna condición de discapacidad los puedan disfrutar.

Pero esa realidad es posible revertirla y es por eso que en Teletón decidieron realizar, a nivel nacional, un taller para que papás y mamás que acompañan a sus hijos a las terapias aprendan a adaptar juguetes, para que puedan ser usados por los niños que presentan dificultad de movimiento.

Así lo contó Rodrigo Cubillos, coordinador Nacional de la Unidad de Tecnología Asistiva, quien agregó que también se desarrolló un video tutorial que está disponible en la página web de la institución, www.teleton.cl, cuyo objetivo es enseñar y demostrar que con pequeñas modificaciones, se puede ayudar a que los niños se puedan divertir de acuerdo a sus posibilidades.

SENCILLEZ Y AUTONOMÍA

En los talleres, con entusiasmo los padres han puesto sus manos a las obras, donde han aprendido a transformar elementos cotidianos en juguetes inclusivos.

Así, por ejemplo, una esponja para lavar platos se ha transformado en un switch de encendido y apagado, y una jabonera se convirtió en un control remoto, que permite que los niños puedan activar el juguete con un pequeño golpe o inclinación de la cabeza.

Al respecto, Cubillos explicó que "el objetivo es potenciar la autonomía e independencia de los niños, niñas y jóvenes en situación de discapacidad, usando la tecnología como medio para mejorar la calidad de vida, promoviendo así la inclusión y la participación social de quienes acceden a ella".

De hecho, en la Unidad de Tecnología Asistiva de Teletón, que atiende a cerca de 620 usuarios por año, ya se han entregado unas cinco mil 300 atenciones en total a través del desarrollo de dispositivos tecnológicos personalizados de bajo costo, además del uso de software y aplicaciones que pueden ser usados por niños y jóvenes con compromiso motor severo, así como también sistemas de comunicación alternativos, rehabilitación virtual usando la tecnología como factor motivacional, uso adaptado de instrumentos musicales, adaptación de juguetes, talleres de robótica y uso de videoconsolas, entre otros.