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Aprendizaje y paro, antónimos en la realidad

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Se acuerdan que al tener vacaciones de verano, nos costaba mucho volver a clases. Eso ocurría porque perdíamos el ritmo de estudio. Nuestros jóvenes, cuyos profesores estuvieron en paro, han perdido el ritmo de estudio, máxime, cuando están en la incertidumbre del retorno. Algunos han intentado estudiar por su cuenta, pero no pueden estudiar por su cuenta materias que no les han enseñado. Otros cientos han abandonado la educación municipalizada y han emigrado a colegios que no están en paro… pero en muchos de ellos ya no hay cupos.

Los profesores del mundo municipalizado estuvieron 57 días en paro. Ese mundo que todos coincidimos debe ayudarse, para el beneficio -en primer lugar- de los estudiantes. Para el beneficio de su aprendizaje. "Aprendizaje" entendido como concepto integral de mejoramiento y crecimiento en todas las dimensiones del ser humano. Ese tiempo no se puede recuperar. Experiencias pasadas muestran que la asistencia a recuperaciones es muy mala. Son 9 semanas de paro, que no se recuperarán, a lo más se realizarán jornadas de recuperación, dependiendo de cada comuna.

Pero la situación es mucho más compleja para los estudiantes de cuarto medio: según el calendario escolar de la Región del Biobío (actualmente vigente), estos estudiantes deberían terminar sus clases completamente dos semanas antes de la PSU, esto es, el 13 de noviembre.

Quedarían 14 semanas para terminar el año académico para los cuartos medios (sin clases en Fiestas Patrias).

Estos tiempos, junto con limitar el aprendizaje, complican la evaluación (notas en cada asignatura): cuando comenzó el paro (1 de junio), muchos establecimientos, tenían una o dos notas por asignatura. Esta realidad obliga a que, cuando se vuelva a clases, se pondrán las notas mínimas correspondientes para sacar promedios y "terminar el semestre".

Recuerde que los estudiantes deben tener notas para saber si aprendieron o no las materias. Pero en este caso, no hay materia nueva que evaluar. Seguramente se enseñará parte de la materia que no se ha visto, y se seleccionará parte de la materia del segundo semestre y sobre esa selección, enseñar y evaluar… así habría notas para sacar promedios.

Algunos han mencionado como efectos de esta paralización, un posible aumento de la repitencia. Eso es un error. El gran problema no es repetir. El problema es pasar de curso sin saber lo mínimo que debiera saberse. Para los estudiantes de primero básico a tercero medio, podrían planificarse momentos de recuperación. Pero para los estudiantes de cuarto medio, no hay plazos extras. Ellos deben terminar antes por la PSU.

Para ambos grupos, refiriéndonos sólo a su aprendizaje, hay un vacío que no podrá cubrirse este año. Deberán recuperar aprendizajes el año siguiente. Ahí se notarán los vacíos. El desafío es entonces, recuperar los vacíos en horas extra de profesores y estudiantes… si se logra o no, dependerá de la motivación y la vocación que todos debiéramos mostrar día a día.

¡Chile, no sigas a Argentina!

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Muchos chilenos observan el caso argentino como un modelo a seguir e imitar. Cada cierto tiempo se escuchan con admiración comentarios como que la educación y la salud son gratuitas o que los servicios de pensiones se estatizaron. Sin embargo, vale preguntarse ¿cómo funciona la educación y salud gratuita? ¿Qué consecuencias tuvo estatizar la Afjp?

Es cierto, la educación en Argentina es gratuita y el gasto público en educación es grande, alcanzando el 6,3% del PIB, según un informe de la Ocde. La cifra supera el promedio de la región. Sin embargo, es necesario mirar mucho más allá del número para entender la realidad. Argentina posee récord de enrolamiento en el secundario, pero también tiene récord mundial en deserción escolar. Mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner alardea con el dato de la Ocde, omite el de la Unesco donde se observa que Argentina ocupa el puesto número 11 entre 13 en deserción escolar. Sólo el 43% termina la secundaria en el tiempo esperado. Así las cosas, no pareciera conveniente seguir un modelo que gasta tantos recursos en educación con paupérrimos resultados.

Los hospitales también son gratuitos en Argentina y es el perfecto caso para mostrar que "lo que es de todos no es de nadie" y por lo tanto no hay incentivos para cuidarlos. El estado de los hospitales argentinos es realmente malo. Un informe de "Periodismo Para Todos" mostró que después de una década con un sistema de salud pública, y a pesar de las inversiones, los servicios son peores que en países que invierten la mitad. En diversos casos se observan retrasos en cirugías debido a que falta un anestesista o que no hay instrumentos quirúrgicos o insumos. Debido a esta escasez de materiales se han observado pacientes utilizando sillas de rueda de plástico. También pueden verse demoras y aparatos rotos. El aumento del gasto no ha evitado que se vean situaciones similares a las que se ven en Chile en sus hospitales públicos, así pueden llegar a transcurrir entre 4 a 6 meses entre pedir un turno y ser atendido. Para operaciones programadas el retraso puede llegar a 9 meses. Lo irónico es que Buenos Aires posee el presupuesto más alto del país en salud. En el 2014 éste se incrementó un 33%, pero no se observan resultados en la calidad de los servicios.

Tampoco fue bueno haber estatizado las Afjp, las pensiones. Si bien existe un continuo debate acerca de si debieran ser privadas o públicas, tal vez lo más sano es el sistema mixto, ya que le da la opción de elegir a los ciudadanos. Aquel que quiera una entidad privada podrá hacerlo al igual que la persona que opte por un sistema público de pensiones. Financiar el populismo no es barato, en Argentina se hizo recurriendo en parte a los ahorros que hicieron por decenas de años millones de argentinos. Lo peor, quitándoles la opción de elegir. ¡Chile, no sigas a Argentina!

El pasto del jardín del lado a veces parece más verde, pero todos sabemos que lo que se ve no siempre es lo que es.