Gustavo Riquelme devela tragedia de las lagunas locales en ocho pinturas
"¿Seremos trágicos por herencia?" se pregunta el pintor Gustavo Riquelme mirando hacia la laguna de San Pedro de La Paz, desde un cuarto piso.
La atención sobre el cuerpo de agua no es casual, ya que fue el detonante hace un año para los ocho óleos que plasmó el artista, resignificando hechos dramáticos de la memoria local.
En todo caso, telas que por su temática están lejos de ser pesimistas, y cuyo conjunto en la exposición "Lagunas y tragedia. Visibilidad de lo acontecido", será inaugurada hoy -19.30 horas- en la sala de exposiciones de Artistas del Acero (O'Higgins 1255).
La serie figurativa y escenificada en clima abstracto estará abierta al público en la corporación cultural hasta el próximo 1 de agosto con entrada liberada.
Las nuevas composiciones de quien fuera integrante fundador del colectivo generacional Grisalla, originado en los talleres de artes plásticas de la Universidad de Concepción en los años 90, son de gran formato.
Estas obras se bosquejaron, texturizaron y pintaron a partir de un proyecto Fondart Región del Biobío 2015, en artes de la visualidad. "Fueron tres meses de dedicación y cinco desde que comencé el proceso", precisó Riquelme con un dejo de introspección.
HISTORIAS TRÁGICAS
El estado reflexivo que expresó el artista se relaciona no sólo con la intensidad artística y espiritual que imprime en las telas. También con el campo creativo y argumental que exhibe en los cuadros, en los cuales se adentró en dramas fatídicos que tuvieron como escenario las lagunas penquistas de Las Tres Pascualas, Redonda, De Los Negros y de la sampedrina Llacolén.
Por cada una proyectó dos pinturas, que entregan una relectura visual aplicada a episodios reales. Allí la muerte es el común denominador, y los motivos que la desencadenaron en el pasado fueron pasionales, de esclavitud, accidentales o de sangre.
"Es una invocación realista… moviéndome desde lo abstracto, pero manteniendo rasgos de atmósferas, hasta llegar a lo figurativo, donde reinterpreté una serie de historias trágicas que tienen las lagunas de Concepción y San Pedro", describió.
- Pude encontrar una teatralidad en estos sucesos, que son desconocidos y moverme ahí desde los mundos ficticios de totalidad abstracta. Son acontecimientos escenográficos, donde además no hay una verdad unánime en alguno de ellos. Me era imperioso ocupar la figura humana, lo que en mis trabajos anteriores no usaba (...) Aunque en principio era figurativo, después me fui a la abstracción completa".
- Con estas pinturas recibirá una invención figurativa formal con lo abstracto. Son dos polos que se energizan y construyen esta nueva realidad, que pretende captar la atención sobre nuestra memoria de ciudad. Con este trabajo reencontré el gusto en la tradición pictórica antigua, llámese retrato, pintura épica. Ocupo colores vivos".
- No son oscuras, es una gama amplia. Hay verde y azul, en unas está la laguna, en otras no, como en la De Los Negros, donde está la historia. La temperatura, texturas nos invocan. No hay pesimismo en el trato formal de la pintura. De hecho, en Petronila no hay algo violento, está durmiendo el sueño eterno.