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La amistad y el destino reúne formación original de Zurdaka

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Un disco intimista, pero que no pierde el foco en las temáticas que marcaron la trayectoria de Zurdaka, es la nueva propuesta de esta desaparecida banda penquista. Sin embargo, este año decidió volver a los escenarios con al menos cinco fechas. Esto, en el marco de la celebración de los 10 años de "Zurkando" (2005), primer disco, y la presentación de "Mal de ojo".

Esta placa fue grabada entre los años 2008 y 2009, en un estudio que montaron en la localidad de Coliumo. La residencia pertenecía a la familia del baterista, José Burdiles, pero fue arrasada durante el maremoto de 2010.

Con esto, la banda original terminó por disolverse, y Feliciano Saldías, Elvert Durán, Pepe Burdiles y Christian Estrada, se dedicaron de lleno a sus proyectos personales.

La mezcla de un rock potente con sonidos e instrumentos propios del folclore latinoamericano, había marcado tendencia en la primera década del 2000, cuando Zurdaka permanecía firme en la escena local. Claro que también compartía pistas con músicos nacionales, como Los Jaivas y Lucybell, siendo considerada por sus seguidores como una de las agrupaciones más potentes de la época.

Su vocalista, Feliciano Saldías o "Cachano", como lo llaman sus amigos, comenta que este regreso surgió de un hecho fortuito.

"Ya teníamos la idea de hacer una reunión, pero justo se sumó que en una bodega de Santiago, apareció una caja con 200 discos de 'Zurkando', y aprovechamos esta coincidencia", relata.

Fue "Pepe" quien recibió tan afortunada noticia. Sin embargo, asegura que ya era necesario cerrar un ciclo, con la presentación oficial de "Mal de ojo". "Esto fue un tremendo pretexto para decir 'juntémonos y veamos qué pasa'. Este disco está vinculado con las historias de cada uno, y pese a tener su tiempo, uno lo escucha y es como si lo hubiésemos grabado ayer (...) Quedó detenido en el tiempo y era nuestra responsabilidad decir 'saquémoslo ya'", dice.

VIGENCIA DE SUS LETRAS

Para el bajista, Elvert Durán ("Basay"), la recepción del público ha sido especial.

"Nos reencontramos con un público que se identificó y creció con nosotros (…) Pero nos hemos dado cuenta que también hoy los chicos escuchan rock, y el cruce generacional no es un inconveniente", señala.

Es que los matices y temáticas que trata la agrupación, relativos al conflicto mapuche, la dictadura militar, la injusticia social y la influencia de los medios de comunicación, entre otros; mantienen su vigencia en la actualidad.

"Seguimos con los mismos problemas: la educación y la política siguen siendo tema para nosotros y el país", asevera el bajista.

Para Aaron Concha, uno de los colaboradores, quien está a cargo de las percusiones, y fue parte de los dos trabajos disqueros de Zurdaka; esta música siempre será contingente". "Los problemas de fondo se mantienen, al igual que estas letras, tal como lo estuvieron años atrás. Esto, más la fusión mestiza, son cosas que se confabulan muy acertadamente para la banda", explica.

Por eso, el acordeonista Jaime "Peco" Olivares, asegura que la mezcla entre su instrumento y el rock de Zurdaka es precisa.

"Los temas están súper vigentes. Es música, y cuando está bien hecha se puede fusionar", dice.

AMISTAD Y PÚBLICO

Sin duda, que la gran amistad que une a estos músicos penquistas ha sido preponderante a la hora de retornar a las salas de ensayo.

"Nos da la impresión que nunca hubiésemos dejado de tocar. Además, la recepción ha sido súper buena: con eso te dan más ganas de extender el proyecto en el tiempo", destaca Feliciano.

Por eso, el guitarrista de la agrupación, Christian "Chazkón" Estrada, comenta que uno de los factores que lo llevó a querer reintegrarse a la banda fue el público.

"La gente no se ha olvidado de nosotros, incluso nos escribe (...) Por eso es una devuelta de mano para con ellos, que ven que esto tiene un sentido, un fondo y una buena energía", comenta.

Para Burdiles, en tanto, la amistad fue un gran factor a considerar, pero también el mensaje que entrega Zurdaka es de gran valor para las nuevas generaciones

"Concepción no es sólo un estilo de música, hay que atreverse a innovar, a mezclar, a ser mestizos de verdad, como lo es esta ciudad", comenta.

¿LA DESPEDIDA?

Pese a que el futuro de la banda es incierto, ya que Basay se radicará en Brasil por trabajo, y el proyecto sólo consideraba las únicas cinco fechas mencionadas, ninguno se atrevió a decir que éste será el final definitivo de Zurdaka.

"Cada uno tiene sus proyectos bien marcados y claro, en un principio tiene fecha de término. Pero en realidad dependiendo de cómo se den las cosas puede que sigamos (…)", explica Feliciano.

En esa línea, Basay comenta que el grupo siempre ha estado supeditado a la exigencia de cada uno de sus integrantes.

"No es primera vez que me voy, pero las distancias ahora son mucho más cortas. Que vuelva a un circuito de tocatas agendadas con antelación o que ellos vayan por medio de una gestión cultural, sería interesante. Lo importante es que tenemos una cofradía que nos permite entender las situaciones personales y emocionales de esto, y la despedida es, por supuesto, con enganche (…)", finalizó.

El rock mestizo de Zurdaka, después de tres meses de ensayos y cuatro presentaciones ya realizadas -Casa de Salud, El Averno, La Bodeguita de Nicanor y el Kawiñtun del Solsticio de Invierno- podrá sentirse por última vez el sábado 25 de julio en Galpón Trece Bar (Maipú 452) desde las 20 horas. Estará junto a La Romería de la Santa Fortuna (3 mil pesos).

"Allende" se proyecta en ciclo de los lunes

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Dirigida por Miguel Littín, "Allende en su laberinto" (2014) explora un tema que el realizador chileno ha desarrollado desde sus inicios, mediados de los años 60, en una filmografía con mucho carácter político: el hombre puesto en estados límites, y los temores que nacen cuando es `posible o se cruzan los extremos.

La película número 17 del cineasta chileno de 72 años es la considerada en la cita de hoy del ciclo "Lunes cinematográficos" en el Teatro UdeC.

Con proyecciones programadas hoy, a las 15, 19 y 21.30 horas, la producción presenta las últimas horas del ex Presidente Salvador Allende junto a sus colaboradores más cercanos, en el interior del Palacio de la Moneda.

El momento es justo antes del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

Protagonizada por Daniel Muñoz en el rol de Salvador Allende, la historia es vista a través de los ojos de Quintín, un detective que cumple su primer día de trabajo en el palacio de Gobierno.

LA PERSONA

Allende es retratado desde una nueva perspectiva, considerando que el propio Littin había desarrollado "Compañero presidente" en 1971.

En el metraje, efectivamente, el espectador ve cómo surgen la angustia, desesperación, la solidaridad y el amor en el mandatario y sus más cercanos. Seres humanos, personas, dispuestas a llegar hasta lo último por ideales y consecuencias.

"Se trata de un retrato intimista del hombre, el amigo, el padre, el amante y el líder que se encamina irremediablemente hacia un desenlace que cambió para siempre la historia de Chile", explicaron fuentes de la Corcudec, productores del ciclo.

"Allende en su laberinto", con una duración de 90 minutos, cuenta además con las actuaciones de Aline Kuppenheim, Horacio Videla y Roque Valdero.