La pobreza ya no es una condición que sólo va de la mano con los bajos ingresos económicos, sino que es multidimensional y eso fue lo que se planteó en la última revisión de la pobreza que se realizó en Chile.
Así, las personas que viven en situación de calle son los que se encuentran en un mayor nivel de desprotección, vulnerabilidad y más expuestos a sufrir una serie de deterioros. Así lo afirma Pablo Egenau, director ejecutivo de la fundación Paréntesis del Hogar de Cristo, quien puntualiza que la propuesta que se ha armado durante años para apoyar y acompañar a este grupo es el Plan Invierno, medida que considera como paliativa e insuficiente para satisfacer las necesidades y demandas que este heterogéneo grupo de personas requiere para poder salir de la exclusión social en la que se encuentra.
"Quienes están en situación de calle tienen historias muy diversas de vida. La mayoría, 37%, llegó a la calle por dificultades familiares y no por problemas de alcohol y drogas que es lo que mucha gente piensa, sino que es el 15% el que llegó a la situación de calle debido a dificultades en este campo, mientras que el 13,8% por problemas económicos", sostiene.
PODER DE CAMBIO
La fundación Paréntesis, con más de treinta años de trayectoria y cuatro programas a nivel local (provincia de Concepción), trabaja con personas que se encuentran en situación de pobreza y exclusión, y que presentan consumo problemático de alcohol y otras drogas.
Al respecto, Egenau dice que si bien no todas las personas que viven en situación de calle llegan a esta condición debido a un consumo problemático de alcohol u otras drogas, muchas veces estas sustancias aparecen como una forma de autoprotección. "Una vez que llegas a esta condición de exclusión extrema, el estrés, angustia y vulnerabilidad genera en las personas tal estado de malestar, sufrimiento y dolor que el alcohol, por muy extraño que parezca, puede aparecer como una suerte de medicina. El alcohol funciona como un sedante del sistema nervioso central y tiene una serie de efectos que provocan que, transitoriamente, las personas que se encuentran en tal estado de malestar, lo anestesien y salgan de él, a pesar de que la ingesta de esa sustancia va generando un estado de deterioro", explica.
No obstante, en esta fundación, donde la tarea apunta a generar vínculos y acompañamiento psicosocial con el propósito de trazar un programa personalizado de toma de decisiones para mejorar la calidad de vida de sus beneficiarios, trabajan con la convicción de creer en el poder de las personas para cambiar sus vidas. "Son treinta años de historia y es sorprendente ver que cuando los seres humanos nos encontramos en condiciones de vulnerabilidad y carencia extrema, pero nos permiten decir qué es lo que nosotros necesitamos y esas alternativas se nos brindan, se genera una extraordinaria capacidad para transformar la vida", asevera.
VISIBILIZAR
Justamente, es a partir de esa reflexión que Paréntesis organizó una campaña de visibilización, la que bajo el eslogan "Aquí estamos, tenemos derecho a ser escuchados", pretende poner sobre la mesa la temática de la pobreza extrema y situación de calle asociadas al consumo problemático de alcohol y otras drogas.
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Según manifiesta Pablo Egenau, la idea de esta campaña que no busca reunir socios ni recaudar fondos, es invitar a la comunidad a abrir los ojos y tomar consciencia, generando espacios de conversación e intercambio de opiniones, además de exponer diferentes miradas y las demandas de los reales protagonistas.
"La idea es hacer visible que la solución de las dificultades que estos ciudadanos tienen está también en manos de ellos, en la medida que somos capaces de escucharlos, de acercarnos a ellos y preguntarles cuáles son sus dificultades, qué necesidades tiene o qué tipos de ayudas les gustaría recibir", plantea.
Y cuenta que la recepción, desde que la campaña se puso en marcha el pasado 7 de julio, ha sido exitosa, pues las personas ya han comenzado a manifestar sus opiniones, relevando la necesidad de cambiar la realidad de más de doce mil personas que en Chile viven en situación de calle, generando políticas públicas y también derribando los estigmas.
"Hay una suerte de visibilización de un grupo que por lo general está muy invisibilizado, y cuando se visibiliza, es a partir de una mirada negativa: son los ebrios, los flojos o los borrachos; son personas peligrosas, dañinas o deshonestas. Se les reviste de una suerte de culpabilidad, de que ellos están en la calle porque presentan todas estas deficiencias. Pero, lo cierto, es que todos esos prejuicios generan aún más muros y limitaciones para poder salir de la condición en la que están", reflexiona el director.
APOYO FUNDAMENTAL
Es por eso que el fin de esta iniciativa social va mucho más allá del trabajo que la fundación Paréntesis hace, sino que es un llamado a lo que se está realizando como país.
Sobre esto, el profesional menciona que no se trata sólo de una responsabilidad del Ministerio de Desarrollo Social. "Todas las evaluaciones internacionales muestran que para que las personas de verdad puedan hacer uso de las oportunidades laborales, de los apoyos en salud o los respaldos que pueden dar los ministerios sociales, requieren de una plataforma para poder pararse y esa es la vivienda como elemento fundamental. Muchas veces son viviendas de emergencias transitorias, pero gradualmente, en la medida que las personas van logrando autonomía, los estados han ido entendiendo que si damos esa garantía básica, las posibilidades de que esa persona tiene de reinsertarse crecen extraordinariamente", comenta.
Es por eso que según el experto aseguran, educación, salud, trabajo, vivienda, además del ministerio de Desarrollo Social, requieren de una coordinación estable y permanente, y no sólo durante los meses invernales como una medida paliativa.
Y para ello, sabe que exponer la temática y generar la discusión son los pasos fundamentales para crear consciencia y que se generen cambios reales. "Nuestra conclusión es que cuando los seres humanos llegamos a tal nivel de vulnerabilidad y se nos brindan unos apoyos mínimos estratégicos, tenemos la capacidad de romper esos circuitos de exclusión y de lograr nuevamente el bienestar y autonomía en la vida", finaliza.