En casi 200 páginas, la periodista brasileña Angela Brandão resume un sinfín de conversaciones con amigas, experiencias propias y ajenas, errores y aciertos, sobre la difícil tarea de superar una ruptura amorosa.

La idea de esta escritora era "sistematizar" todas aquellos consejos que salen de la boca de las amistades cuando se enfrenta el quiebre de una relación, pero que al momento de aplicarlos parece demasiado difícil dada la compleja situación.

"Con mi experiencia personal y la de mucha gente, me di cuenta que cada día es más común separarse, y el hecho de que sea común no significa que sea menos doloroso. Y me di cuenta de que hay ciertas acciones recurrentes que pueden ayudar a ese proceso de dolor, y otras acciones que, al revés, tienden a tornar aún mayor el dolor", comenta Brandão sobre las razones que la llevaron a publicar "Cuarentena Amorosa" (Diana), donde sugiere, "de manera empática, amorosa y pragmática", doce acciones para superar a un ex.

A través del relato de historias reales, la autora propone lo que llama una "cuarentena amorosa", un periodo de cuidados especiales para ayudarse a cicatrizar las heridas, a cuidarse y recuperar el amor propio.

Pero antes que todo, deja en claro que separarse de alguien es un proceso que toma tiempo. "Es como deshacer una manta que tú tejiste: cuanto mayor es el tejido, más trabajo da", sostiene.

Por ello enfatiza que "cada uno tiene su manera (y su tiempo) para enfrentar el dolor de un fin amoroso".

Para la autora, hacer un "rito de ruptura" puede ayudar a dejar atrás la vieja relación. "No necesariamente tiene que ser un evento social, sino que puede ser algo secreto o lo que tú estimes adecuado para ayudar a tu corazón a demarcar el fin de la relación", señala. "Los ritos ayudan a crear íntimamente la certeza de una ruptura. Por ello, contribuyen mucho al proceso de recuperación emocional", asegura.

Una "vigilia estética" es otro de los pasos que Brandão considera importante en este proceso. Con ello se refiere a arreglarse para todo, "incluso para ir a comprar el pan, convencida (o) de que tu príncipe (princesa) azul puede estar a la vuelta de la esquina". "Pero ¡ojo! -advierte-, no se trata de corregir defectos, sino de corregir la forma en que tú mismo te ves".

Lo que sí pide evitar son los cambios radicales o acciones drásticas. "Si después de terminar piensas que lo mejor es hacerte una cirugía plástica, renunciar a tu trabajo o irte del país, es conveniente que esperes a que todo decante", recomienda. "Cuando estés mejor, tendrás la seguridad emocional necesaria para llevar a cabo tu proyecto".

En lugar de acciones radicales, Brandão sugiere buscar nuevos intereses o hobbies, como un curso, un deporte o incluso tener una mascota. Idealmente que sea una actividad grupal que permita conocer a nuevas personas.

Y aunque hacer vida social y salir está bien, la escritora pide equilibrar las emociones. "Antes de envolverte y fantasear demasiado, pregúntate con honestidad si ya te sientes suficientemente fuerte como para buscar un nuevo amor (...) Si no es el caso todavía, y una nueva frustración amorosa te parece una tortura, guárdate (...) De repente, cuando menos lo esperas, el juego del gato y el ratón se invertirá. Y, si el gato llega a husmear, es señal de que la hora correcta está llegando", dice.

Junio y julio son los meses en que se inician los procesos de admisión en los colegios, donde pruebas y entrevistas forman parte de esta rutina a la que tanto los niños como sus padres deben someterse durante esta época.

Si bien se trata de una etapa más del desarrollo de los niños, no son pocos los que deben enfrentar este proceso bajo condiciones de estrés transmitido, principalmente, por los adultos.

Sin embargo, para que los pequeños enfrenten estas evaluaciones con la naturalidad que realmente tiene, es clave evitar esas emociones negativas y mostrarles tranquilidad. Así lo afirma la directora de la escuela de Educación de la Universidad Santo Tomás Concepción, Luz Jara, quien dice que "muchas veces somos los adultos quienes nos complicamos más de la cuenta con estas situaciones, pensamos que el niño no se va querer quedar o que puede llorar, cuando se trata de ir por primera vez. Lo importante es que evitemos traspasarles nuestras aprensiones".

Al respecto, agrega que conversar con ellos sobre lo que va a ocurrir es fundamental para darles seguridad. "Cuando nos enfrentamos a algo nuevo, los seres humanos tendemos a ponernos más ansiosos. En los niños esto también ocurre y por eso es necesario que en un momento de tranquilidad, los padres o tutores conversen y expliquen qué y para qué se reunirá con personas extrañas y en un lugar diferente a su casa o su jardín".

La académica comenta que una buena opción es llevar al niño a recorrer los alrededores del nuevo colegio al que postulará y comenzar poco a poco a familiarizarlo con este nuevo edificio, que seguramente, desde la altura de ellos se ve aún más grande de lo que es.

PROYECTO EDUCATIVO

A esta contextualización, Luz Jara añade que cada padre conoce a su hijo e identifica cuáles son las fortalezas y debilidades de ese niño. Es por lo mismo que tener consciencia del proyecto educativo del establecimiento educacional es un aspecto fundamental.

Es que hay colegios cuyos currículos tienen un mayor nivel de exigencia que otros, que tal vez se orienten a dar un gran desarrollo al deporte. "Escoger adecuadamente y con calma es un factor trascendental. Nuestros hijos estarán en ese lugar largas jornadas y si bien queremos que aprenda, también esperamos que lo pase bien, que haga amigos y forme redes", plantea la docente.

Desde allí, menciona que es recomendable que los adultos tomen ésta como una experiencia natural. "Los resultados pueden ser buenos o malos, y debemos estar preparados como padres para enfrentarlos y contener. Si la selección no es favorable, hay que darle mucho amor y hacerlo sentir seguro de sí mismo y de sus capacidades", concluye.