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Beneficios del ejercicio varían según cada persona

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A menudo los médicos recomiendan practicar ejercicio para mantener un buen estado de salud. Sin embargo, un estudio de académicos de la Universidad de Brown, de Estados Unidos, concluyó que no todos los ejercicios son beneficiosos para todas las personas.

Por ejemplo, un tipo de ejercicio puede ser bueno sólo para mujeres, menores de 50 años y para pacientes que combaten la diabetes tipo 2 o que sufren de problemas cardiovasculares.

En general existe consenso respecto de los beneficios cardiovasculares que tiene el ejercicio, pero no se ha estudiado en detalle el fruto individual que reporta para las personas según cada caso y tipo de deporte distinto que se practique.

Es por eso que un equipo de expertos de Brown se propusieron comprender en detalle cómo el ejercicio físico afecta a la salud y a qué tipo de personas beneficia en mayor proporción.

Para esto, analizaron los resultados de 160 pruebas clínicas elegidas al azar de un total de 7.500 participantes, en un meta estudio que se basó en una investigación anterior. Los resultados de ese análisis fueron publicados en el periódico especializado Journal of the American Heart Association (diario de la Asociación Americana del Corazón).

"Nuestro meta análisis es uno de los primeros estudios en evaluar de manera sistemática y comprensivamente la efectividad de la intervención de los ejercicios en afectar diversos resultados de salud", afirmó el autor principal de la investigación, Xiaochen Lin, estudiante de doctorado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown.

"Porque los vínculos exactos que conectan el ejercicio con un estado de salud intermedio no están claros, también queríamos examinar los efectos del ejercicio los efectos del ejercicio sobre biomarcadores intermedios que potencialmente pueden mediar los efectos cardioprotectores de ejercicio".

Al observar los beneficios que le había reportado a las personas que participaron en el estudio realizar ejercicio, los investigadores encontraron algunos matices que consideraron que era importante que tanto médico como paciente conocieran antes de embarcarse en una rutina de ejercicios físicos.

"En base a nuestros resultados, las intervenciones de ejercicios no son universalmente eficaces a través de los diferentes resultados intermedios y subgrupos de participantes", dijo el coautor del estudio, el Dr. Simin Liu, profesor de epidemiología y medicina de la Universidad de Brown.

"A pesar de que el ejercicio puede beneficiar a la mayoría de la gente en la mayoría de las circunstancias, no significa que el mismo programa de ejercicios o la terapia debe ser prescrito a todos", aclaró.

Así, los investigadores observaron, por ejemplo, que muy a menudo los hombres se beneficiaron más por el ejercicio que las mujeres, las personas menores de 50 se beneficiaron más que aquellas que superaban esa edad; y los pacientes con diabetes tipo 2, hipertensión o hiperlipidemia, se beneficiaron más que aquellas que no padecen ninguna de esas enfermedades.

Este hallazgo incluyó principales indicadores clínicos de la revisión de la capacidad cardiorrespiratoria (CRF), que mide qué tan bien el corazón y los pulmones entregan oxígeno a los músculos durante la actividad física. Ese indicador es un patrón predictor de enfermedades cardiovasculares.

Así los científicos observaron que la reducción en la proporción de enfermedades cardiovasculares por el ejercicio es menor de lo que se creía hasta ahora. Sin embargo, ejercitarse sí sería beneficioso en la reducción de la resistencia a la insulina.

"Además del ejercicio que hay muchos factores del estilo de vida modificables que podrían ser el objetivo potencial de las intervenciones para la salud cardiometabólico", puntualizó Liu, haciendo hincapié en que algunas personas deben elegir esas otras opciones por sobre el ejercicio.

El desafío de nacer sin VIH Sida en Chile

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La infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana se caracteriza en términos simples por dos etapas. Durante la primera, la persona es portadora del virus, y lo puede ocurrir por muchos años, pero no hay síntomas y la contagiosidad es baja. La única manera de conocer si alguien está infectado es por el examen de diagnóstico. En la segunda, la persona desarrolla las manifestaciones de la enfermedad, que van desde la caída de un tipo específico de glóbulos blancos en la sangre, pasando por infecciones oportunistas derivadas precisamente por la disminución de las defensas naturales del organismo, hasta la aparición de algunas formas de cáncer. Esta segunda etapa es la de Sida propiamente tal.

El VIH se puede transmitir por diversas vías, siendo la más importante mantener relaciones sexuales sin protección con una persona portadora o enferma. La infección al compartir agujas para drogas entre enfermos y sanos, así como la que deriva del uso de sangre contaminada son riesgos en franca disminución. En este último caso, por el chequeo de laboratorio que se hace a toda transfusión antes de usar sangre o derivados.

Una forma de transmisión poco frecuente; pero dramática, es la de una madre portadora a un hijo o hija durante el embarazo, que se conoce como transmisión vertical. Para prevenirla es perentorio que toda mujer se realice los exámenes respectivos al inicio de un embarazo. Ello da la oportunidad de un tratamiento eficaz, que eleva las posibilidades que su hijo(a) nazca libre de VIH. Esta madre no podrá amamantar a su hijo(a), porque también se puede trasmitir la infección a través de su leche.

El término de esta forma de transmisión madre-hijo es un objetivo central de la Organización Mundial de la Salud, y es posible. Hace algunos días, Cuba ha sido declarada como el primer país del mundo en terminar con esta forma de infección. Chile está cerca de lograrlo, con menos de 10 nacimientos de portadores cada año. De hecho, la Organización Panamericana de la Salud estimó que esta meta podría cumplirse el 2017 para nuestro país.

El testeo universal de VIH, es decir que el examen forme parte de una rutina para todas las personas, sin costo, es una meta a lograr. Equivalente a hacerse una glicemia o un test de colesterol, guardando la confidencialidad obligatoria por ley.

Existe consenso mundial que una de las formas más efectivas de disminuir el riesgo de contraer el VIH es precisamente mediante el diagnóstico lo más precoz posible de quienes son portadores, porque al iniciar tratamiento no solo salvarán su vida, haciendo posible que nunca lleguen a la etapa de Sida. El diagnóstico y tratamiento en esta primera etapa de portación sin enfermedad también disminuye ostensiblemente el riesgo de contagio. La mejor estrategia hoy es hacerse el examen, todas las personas sin excepción, e iniciar el tratamiento, que está garantizado por el Auge, a la brevedad. Evidentemente que otras medidas como usar condón, tener pareja única, contribuyen a frenar el riesgo; pero en simple: Hazte el examen.

Proteger la entrada de aire frío a nariz y boca ayudará a prevenir la otitis

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Junto con los resfríos, uno de los órganos que se suele ver afectado durante la temporada de invierno es el oído, con problemas que incluso pueden poner en riesgo la capacidad auditiva.

Y la otitis corresponde a la enfermedad más frecuente de este órgano, la que consiste en una infección del oído medio. Es tal su efecto que se encuentra dentro de las infecciones respiratorias agudas altas.

Así lo indicó el académico de la carrera de Enfermería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Erick Álvarez Mabán, quien aclaró que aunque el oído no es parte del sistema respiratorio, éste se encuentra comunicado con la boca. A través de esta última, en tanto, se conecta con nariz y garganta, por lo que los microoganismos pueden desplazarse e infectarlo.

La fonoaudióloga Sofía Díaz, en tanto, explicó que esta inflamación aguda del tímpano y del oído medio se manifiesta con dolor del oído afectado.

"Puede haber también cuadros de fiebre y sensación de oído tapado. En algunos casos incluso puede haber presencia de secreciones desde el oído hacia el exterior, los que son de aspecto purulento o sanguinolento", detalló.

Díaz agregó que por lo general los malestares y dolores de otitis se manifiestan con mayor intensidad en la noche.

"Lo que sí es importante para prevenir esta enfermedad es mantener protegida la entrada de aire frío a la nariz y la boca, debido a que en dicha zona se genera transmisión de gérmenes", afirmó, indicando que la mencionada situación podría afectar al oído.

DOLOR

Erick Álvarez, quien entregó distintas recomendaciones (ver recuadros), sostuvo que, si bien es cierto, este cuadro puede presentarse a cualquier edad, es habitual verlo en niños pequeños, dado que su conducto auditivo es corto.

"Particularmente expuestos estarán los niños con alergias respiratorias, que hayan recibido poca lactancia materna y aquellos que viven en ambientes contaminados por tabaco", añadió el docente.

Este tipo de infecciones habitualmente se asocian al antecedente de otras infecciones agudas que estén afectando al aparato respiratorio alto, tales como el refrío, sinusitis, faringitis o faringoamigdalitis.

Reconocer los síntomas será clave para reaccionar antes de que la enfermedad se agrave.

Sobre esto, el profesional explicó que la principal característica es el dolor.

"El menor que ya habla manifestará que le duele el oído. En niños más pequeños que no pueden comunicarse se podrá observar que se llevan la mano al oído, se le verá irritable, sin ganas de alimentarse, con llanto persistente. También puede presentarse fiebre y en algunos casos vómitos", detalló.

CUIDAR LOS OÍDOS

Dado que el oído es una zona altamente delicada, se debe evitar introducir objetos que puedan dañarlo.

En este sentido, una de las recomendaciones de Sofía Díaz tiene relación con no limpiarlos con "cotonitos" u otras herramientas similares

Lo anterior, en vista de que en el conducto se podría producir una herida o empujar el cerumen que, junto a las pelusas de algodón, forman un tapón que sólo puede ser sacado por un profesional capacitado.

Asimismo, la fonoaudióloga señaló que se debe evitar factores de riego, como la humedad excesiva, cambios bruscos de temperatura y cambios bruscos de presión.