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El importante rol que ha adquirido el cordón umbilical

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El cordón umbilical (CU) representa el vínculo entre la madre y su hijo/a durante la gestación. Se compone de tejido mucoso llamado gelatina de Wharton que protege las células amnióticas y los vasos umbilicales de la compresión y la torsión, favoreciendo el flujo sanguíneo entre la circulación fetal y materna. En esta relación bidireccional, este CU vincula durante el embarazo al feto con la placenta, suministrándole oxígeno y nutrientes, y desechando residuos a través de la vena umbilical.

Este tejido perinatal ha tomado hoy aristas clínicas, culturales y legales interesantes. Con los avances de la ultrasonografía, la exploración cuidadosa del CU durante el examen ecográfico no sólo permite orientar hacia anomalías fetales tanto congénitas como funcionales en forma oportuna, sino que puede ser el puente terapéutico a través del cual se pueden realizar transfusiones intrauterinas en cuadros complejos como las anemias fetales.

En el momento del parto, tradicionalmente al salir el recién/nacido se procedía al corte del CU antes del minuto de vida. Las evidencias hoy muestran al analizar quince ensayos clínicos, que un pinzamiento tardío del CU entre uno y tres minutos de vida, genera una concentración temprana de hemoglobina y un aumento en las reservas de hierro hasta los seis meses después del nacimiento. Este efecto resulta beneficioso en lactantes que viven en ambientes de pobreza y con carencia de alimentos ricos en hierro. Con el fomento de la humanización del parto y el apego del hijo/a, se ha hecho además partícipe a la pareja o a la persona que acompaña a la mujer para que realice esta disección del CU.

Por otra parte, es considerado una valiosa fuente de células madres, las que representan un puente entre las células embrionarias y adultas, con una capacidad antitumoral amplia y superior al tejido de médula ósea. Desde este descubrimiento en 1989, miles de trasplantes se han realizado en el mundo. Así, ya no sólo existen bancos públicos, en los que se dona el CU y la sangre de cordón, los que pueden ser usados por cualquier persona que lo necesite, sino también se han masificado los bancos privados, en los que se puede guardar el CU para uso propio.

Hasta hace unas décadas, el cordón después de seccionarse en el momento del parto al acontecer la salida de la placenta, se eliminaba por considerarse un desecho biológico sin utilidad. Y curiosamente, en algunos pueblos originarios americanos, las mujeres después de dar a luz, aún entierran el CU debajo de un árbol simbolizando el plantar raíces en la tierra para su hijo/a en la comunidad. Hoy este tejido perinatal sin duda ha revolucionado la medicina actual, y nos enfrentamos, al igual que con la clonación y los bancos de espermatozoides y embriones, a aspectos éticos y legales no resueltos. De ahí que se hace necesaria una regulación de los depósitos y manejo de tejido y sangre umbilical donde se resguarden los derechos de las personas que accedan a éstos y los usos que se destinen a este tejido, principalmente en los bancos privados.

Riesgos del quehacer doméstico están en la falta de precaución y posturas inadecuadas

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Al pensar en un lugar que represente comodidad al mismo tiempo que le haga sentir seguro, para la mayoría de las personas lo primero que viene a la mente es el hogar. No obstante, este confortable espacio, al que mucho se anhela llegar tras largas jornadas académicas y/o laborales, no está alejado de los riesgos.

Así lo sostiene Eduardo Mellado, académico de Kinesiología de la Universidad San Sebastián, quien menciona, en primer lugar, a los accidentes caseros, que potencialmente pueden afectar a toda la familia, sobre todo a niños y ancianos, dada su mayor vulnerabilidad neuromuscular y esquelética.

Caídas con riesgo de fracturas, quemaduras con agua caliente o estufas, accidentes eléctricos o con objetos cortopunzantes, y envenenamientos involuntarios generalmente con medicamentos o sustancias químicas son algunos ejemplos.

ENFERMEDADES

Muchos de los riesgos pueden derivarse de un descuido, como cuando se dejan ciertos artículos al alcance de los niños o bien de un mal manejo de, por ejemplo, un utensilio de cocina como un cuchillo; así como también poca precaución. Y de esto no están exentas las labores domésticas, las que además de accidentes, pueden conllevar algunas enfermedades. "Las dueñas de casa son las que estadísticamente presentan los mayores factores de riesgo y también las mayores tasas de incidencias en las enfermedades domésticas y accidentes caseros, lo que se relacionan con acciones riesgosas como realizar limpieza a alturas extremas, en las escaleras o las ventanas, entre otras. También en actividades relacionadas con acarreos de objetos pesados o en actividades que en principio parecieran no implicar mayor riesgo, pero que en la práctica sí ocurren accidentes en acciones como el tender ropa, hacer las camas, hacer aseo en general, pues conllevan exigencias mecánicas de baja intensidad pero que son muy sostenidas en el tiempo y muchas veces repetitivas", explica.

Es por lo anterior que Claudio Inostroza, académico de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello cuenta que en la actualidad es común encontrar problemáticas a nivel musculoesquelético derivadas de movimientos o cargas mecánicas, por ejemplo las cervicalgias (dolores en la región cervical), síndrome del manguito rotador en los hombros o epicondilitis (tendinitis) a nivel del codo.

Por su parte, Mellado cree que un capítulo aparte lo constituyen las afecciones de la zona lumbar, que encierran los mayores riesgos dadas las posturas viciosas que demandan la mayoría de las labores domésticas. Entre lo que pueden ocasionar, hay variados síndromes musculoesqueléticos y neuropatías periféricas que comprometen las extremidades inferiores. "La que destaca como la más conocida es la lumbociática, más conocida a nivel popular como 'ciática' y así también cuadros más severos como las hernias discales a nivel de la columna lumbar", puntualiza.

MALA EJECUCIÓN

Claudio Inostroza afirma que muy pocas veces se tiene consciencia del propio cuerpo al ejecutar labores del quehacer doméstico, pero que implica actividades repetitivas que son riesgosas para el cuerpo. Además del peligro que podría encontrar en la labor misma, está la mala ejecución, postura inadecuada y la falta de autocuidado, donde incluso se llega a exigir al cuerpo más allá de los rangos que puede tolerar.

Comenta que "una de las causas más comunes de consulta en los servicios de traumatología y rehabilitación son derivadas del mal manejo de cargas en actividades domésticas, pues van por sobre lo que el cuerpo puede soportar de forma segura y que a su vez son mal ejecutadas por las personas, y dejan secuelas que van desde simples dolores en regiones específicas de la columna vertebral hasta lumbagos crónicos o incluso hernias del núcleo pulposo".

SER PRECAVIDOS

La buena noticia, es que estos riesgos son en su mayor parte reversibles por la vía de la educación postural, técnicas de conservación de la energía y la protección articular. El tratamiento quirúrgico, en tanto, es necesario siendo sólo en casos muy severos.

Por eso, la precaución la principal medida para evitar los riesgos (ver recuadros). Para ello, la clave es tener conciencia del propio cuerpo en relación a las posiciones o movimientos que ocasionan dolor o las cargas que van por sobre lo que se puede soportar.

En ese sentido, Eduardo Mellado afirma que "hay que actuar sobre seguro, minimizando los riesgos y sin sobre exigir al cuerpo en lo muscular, articular y postular. Pero para esto no hay recetas, pues cada individuo posee sus propias capacidades y limitaciones, sin embargo, hay una alarma general que es el dolor y la sensación de malestar e incomodidad".