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El estadio atlético que reescribe la historia

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El reloj marca las 9.30 de la mañana, el termómetro indica dos grados bajo cero y una espesa neblina amenaza con descender sobre el complejo deportivo Quilamapu ubicado en Paul Harris 962. El alcalde de Chillán, Sergio Zarzar, se frota las manos para capear el frío en medio del rekortán y se emociona. "Me siento como el padre de esto... Me encanta el fútbol, pero teníamos que tener sí o sí un espacio de verdad para el atletismo, el deporte rey de los Juegos Olímpicos", cuenta mientras un grupo de pequeños alumnos del Colegio Padre Hurtado, semillero tradicional de la disciplina, ingresan a la pista así como destacados atletas de la Región, entre ellos el olímpico Cristián Reyes. Todo se escenifica para la inauguración oficial del Estadio Atlético, un proyecto soñado que ayer, por fin, cortó su cinta.

Uno de los que trabajó codo a codo con el edil en el proyecto fue el entrenador Samuel Caroca. "Allá por el 2009 recibí la invitacion para trabajar y aportar para su desarrollo. Y ya es una realidad", cuenta. Es que la obra es titánica: una pista oficial de ocho andariveles certificada por la Iaff Nivel 2, con fosos para salto largo, salto triple y salto con garrocha, además de los fosos de jabalina, bala, disco y martillo, con jaula oficial también certificada para estas últimas pruebas.

"Todo es de primer nivel, incluida la implementación, desde vallas a colchonetas. Esto puede recibir competencias no sólo sudamericanas, sino mundiales. En términos de diseño, me atrevo a decir que es la mejor de Chile", añade en alusión al proyecto que tuvo una inversión de 1.715.000.000 pesos con recursos del FNDR (1.215 millones) y del IND (500 millones).

En total, 6.900 metros cuadrados, con áreas de entrenamiento y acceso delimitado de cierre perimetral, con torres de iluminación, césped, sistema de riego y drenaje; además de graderías de hormigón armado con butacas para 1.336 personas en una superficie de 816 metros cuadrados. A todo ello se agrega un área con salas de control de acceso, primeros auxilios, oficina de profesores, servicios higiénicos para atletas y público en una superficie de 730 metros cuadrados. Por último, estacionamiento para 41 vehículos (incluidos los de emergencia y cuatro buses).

La principal figura presente en el evento fue Cristián Reyes, quien tiene dos JJ.OO. en el cuerpo: Beijing 2008 y Londres 2012. "Me alegra que la ciudad tenga una pista de esta categoría por el trabajo que hace por el atletismo y que claramente beneficia a la Región. Ojalá que la de Collao también se pueda terminar y quede en las mejores condiciones", comenta el oriundo de Concepción, hoy defendiendo la camiseta de Atlético Santiago y que irá a los Juegos Panamericanos de Toronto en la prueba del 4x100.

La velocista chillaneja Rosario Ibarra aplaude el recinto, el mismo en el que alguna vez, cuando era "algo parecido a una pista", entrenaba y donde sufrían sus tobillos y rodillas. "Es buenísimo. No sólo para nosotros los atletas con más experiencia, sino que para la cultura deportiva de Chillán porque así muchos niños conocerán el atletismo y una forma de fomentar el deporte", cuenta la carta de la UBB, pupila de Pedro Catalán y vicecampeona nacional en los 400 m/p.

Durante la jornada hubo muestras de atletismo escolar, adulto y senior y, de paso, se entregaron reconocimientos a insignes atletas transversales en el tiempo, entre ellos don Tirso Figueroa (campeón de Chile en el salto con garrocha), Ismenia Guzmán (récord nacional en los 400 m/p vigente por 27 años hasta ser destronada en 2012 por Isidora Jiménez), Ana Franco Acuña (campeona mundial senior del lanzamiento del martillo en 1995) y la joven lanzadora del disco y actual récord nacional juvenil, Catalina Bravo.