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Asocian el consumo de frutos secos con menos enfermedades

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International Journal of Epidemiology

De acuerdo con el trabajo, elaborado por la Universidad Maastricht, las personas que comen diez gramos o más de frutos secos al día tienen un 23% menos de riesgo de morir en los próximos diez años.

De esta manera, el estudio confirma un vínculo entre el consumo de nueces y maní con tasas de mortalidad más bajas. Sin embargo, no encontró ningún efecto protector de la mantequilla de maní.

The Telegraph

Los efectos fueron los mismos tanto en hombres como en mujeres.

EL ANÁLISIS

Los académicos holandeses llegaron a estos resultados después de analizar los datos de un estudio realizado en los Países Bajos desde 1986 a más de 120 mil hombres y mujeres de entre 55 y 69 años de edad.

El consumo de nueces se midió a través de un cuestionario que le preguntó a los participantes del análisis acerca del tamaño de la porción y la frecuencia de su ingesta de maní, otros frutos secos y mantequilla de maní.

Luego, los autores analizaron la relación de este consumo con las tasas de mortalidad y las causas específicas de muerte registradas desde el año 1986 en adelante.

Las asociaciones entre el consumo de nueces y maní y las muertes por enfermedades cardiovasculares confirmaron los resultados a los que llegaron estudios estadounidenses y asiáticos anteriores que se enfocaron en este tipo de padecimientos.

Sin embargo, el nuevo informe encontró que la mortalidad causada por cáncer, diabetes, enfermedades respiratorias y neurodegenerativas, también se redujo entre las personas que comieron maní y nueces.

El profesor que lideró el proyecto, Piet van den Brandt, indicó que un consumo mayor a diez gramos no estuvo asociado a una mayor disminución del riesgo de padecer estas enfermedades.

MANTEQUILLA DE MANÍ

El académico sostuvo que el maní y los frutos secos en general contienen varios componentes que probablemente contribuyen a una menor mortalidad, entre ellos ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, varias vitaminas, fibra, antioxidantes y otros compuestos bioactivos.

Sin embargo, la mantequilla de maní también contiene componentes añadidos como aceites vegetales y sal.

Análisis anteriores han mostrado que la mantequilla de maní contiene ácidos grasos trans y, por lo tanto, la composición de este producto es distinta a la del maní.

En opinión de Van den Brandt, los efectos adversos para la salud de la sal y los ácidos grasos trans podrían inhibir los efectos protectores del maní.

Pseudoseguridad que entregan los ídolos y el marco valórico

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La adolescencia representa una etapa en que se produce una reorganización en la forma de mirar todos los sucesos de la vida. Se modifican rápidamente los patrones cognitivos y emocionales de la infancia, los cuales son reemplazados por nuevos ideales, los cuales permiten dar un nuevo sentido a la existencia durante este periodo.

Este reordenamiento psicológico posibilita, en primer lugar, integrar los cambios biológicos del cuerpo al marco general del desarrollo de la sexualidad.

En segundo lugar, aparecen procesos que nos remiten a la recomposición de los modelos parentales y la reformulación de los ideales que se entregan a los jóvenes a través de los cambios intergeneracionales.

Toma relevancia en ambos procesos un mecanismo psicológico denominado identificación. Este hace referencia a un proceso mediante el cual una persona asimila un aspecto, un atributo de otra persona, en especial de los padres durante la infancia, y se desarrollan los primeros pasos de la identidad a partir de esta poderosa impronta.

Entonces, podemos señalar que cualquier persona se constituye y se diferencia a partir de las cualidades que ha tomado de un otro paterno o materno para diferenciarse y construir una forma particular de pensar y sentir. Así muchos adolescentes toman los deseos, normas y valores de cada uno de los padres, sean estos conscientes y/o inconscientes, para hacerlos propios en su personalidad. Este armado, base de la identidad durante la infancia, se desarrolla de forma más o menos tranquila, sin embargo, la llegada de la pubertad marca una ruptura, un quiebre con aquellos instituido y aceptado sin reparos.

La rebeldía y todo el conjunto de impulsos asociados facilitan que estos modelos de identificación sean cuestionados provocando mucho dolor en especial a los padres, quienes son vistos ahora con mucho menos idealización que durante la infancia.

La presencia de los ídolos deportivos, musicales, intelectuales y de cualquier otra naturaleza, son comentarios habituales entre los adolescentes de todas las condiciones sociales, políticas y religiosas. Estos ídolos cumplen una función importante durante este período puberal y de adolescencia temprana, en particular durante el develamiento de la real naturaleza humana de los padres, ya que permiten mantener figuras simbólicas que aún mantienen un velo y misterio de ser ideales.

De esta forma, se pueden desarrollar creencias mágicas de que estos personajes poseen vidas ideales, con sueldos ideales, con trabajos ideales, entre otras fantasías. Entregan una pseudoseguridad a una frágil estructura psicológica, en movimiento y cambio.

Sin embargo, la dificultad radica en cuáles son las conductas, pensamientos y deseos que pueden tomar los adolescentes como modelo de identificación y, en definitiva, de referencia para desarrollar la conducta social.

Los ideales pragmáticos no deberían ser los únicos ofrecidos en nuestra sociedad y sus principales modelos, es decir, el logro por el logro bajo cualquier medio, pues allí los principios éticos son borrados cuando se enfrentan al deseo sólo del éxito y el reconocimiento.