El patrimonio tomecino tiene argumentos para estar en foco
Tomé, comuna costera del Biobío, comienza a ser descubierta con mayor ímpetu en el último tiempo por turistas que cada día van en aumento y que la visitan durante todas las épocas del año.
¿Cuál es el motivo de este atractivo? ¿Por qué muchos de los tomecinos que se han ido vuelven a esta tierra que Alfonso Alcalde alguna vez denominó la "Galaxia de Tomé"? ¿Qué provoca este fervor? ¿Por qué el interés de foráneos por "entomecinarse" en este pueblo? La respuesta están dadas en gran medida, porque poseemos un patrimonio natural y cultural que no todas las localidades del país tienen el privilegio de poseer.
Su patrimonio natural está reflejado en las extensas playas y paisajes costeros, en las caletas de pescadores y el entorno de sus barrios con una gastronomía de platos marítimos. También en la inmensidad de los cerros con vistas hacia la zona costera, agregado a ello el paisaje rural.
En el ámbito cultural, podemos destacar el patrimonio arquitectónico, reflejo de un pasado industrial molinero, vinífero y textil, con barrios que habitaron los trabajadores de las antiguas empresas de paños: Bellavista Tomé, Fiap Tomé y Oveja Tomé. Se suman sus iglesias y puentes en el sector urbano, los túneles centenarios, reflejo de un pasado ferroviario; y la plaza que es todo un icono identitario para la comunidad tomecina, entre otros.
LO QUE HAY EN TOMÉ
Pero ¿cuál es la situación de nuestro patrimonio comunal? Lamentablemente, la palabra que más lo representa es "vulnerable", tal como ocurre en muchas localidades, pues no contamos con una política de protección y preservación del patrimonio. Tampoco con una legislación que premie e incentive su cuidado.
Como ejemplo, en el plano regulador comunal se señalan un total de siete inmuebles de conservación histórica: Parroquia Carlos Mahns, Parroquia Bellavista, Casona Urrejola en Rafael, casona fundo El Parrón Rafael, el fuerte San Martín de Punta de Parra y la casa Hinrichsen, que fue demolida tras el 27/F. Pese a estar en esta categoría, no tuvo protección y sólo fue sujeta al arbitrio de la autoridad del momento, como lo permite la legislación vigente.
Así también se ha destruido, alterado o modificado un sinnúmero de construcciones patrimoniales, permitiendo la construcción de inmuebles de dudosa calidad y estética, muchos de ellos alterando negativamente el entorno.
El Consejo Comunal para el Patrimonio Tomé es una organización comunitaria que en 2009, siendo fundacional la defensa de la plaza Arturo Prat frente a un proyecto municipal que modificaba su diseño y estructura. Con ello habría perdido la identidad que la distingue de otras plazas del país, y que hacen que éste sea un lugar de encuentro y descanso de la comunidad. En un trabajo conjunto que contó con amplia participación ciudadana, se elaboró un nuevo proyecto que mantuvo la estructura original.
SOCIALIZAR ES EL TEMA
Nuestras principales acciones han estado dirigidas a socializar el patrimonio con la comunidad y las autoridades, realizando jornadas y talleres, participación en seminarios y otras actividades con organizaciones comunales, celebrando cada año el Día del Patrimonio Cultural de Chile. Este programa nacional ha sido especialmente aprovechado para abrir y mostrar al público nuestros circuitos históricos.
Al respecto, en la jornada de este año -30 y 31 de mayo- cerca de mil personas llegaron hasta la Fábrica de Paños Bellavista Oveja Tomé. Construido hacia 1865, marcó su historia y la identidad obrera que se respira en las calles.
Hoy funciona con mínima capacidad, en busca de nuevas alternativas productivas y de uso para beneficio de la comunidad de su enorme y valiosa arquitectura.
El municipio lleva dos años con el trámite para la declaratoria de Monumento Nacional en el Consejo de Monumentos Nacionales, mientras -desde este grupo- trabajamos por concientizar sobre su preservación, puesta en valor y potencial valor turístico y económico.
Como país, debemos asumir los desafíos del patrimonio: sensibilizar y educar a la comunidad para aumentar su participación, legislar y formular políticas más efectivas, fortalecer la institucionalidad y aumentar recursos de apoyo e incentivo.
Nuestro planteamiento lo podemos resumir en la creación de la Unidad de Patrimonio Municipal, modificación del plan regulador comunal, el que debe terminar con la excesiva permisividad de las nuevas edificaciones; participación ciudadana real y vinculante, para canalizar el trabajo sobre la ciudad que queremos construir. Importante que las autoridades y comunidad establezcan estrategias de convivencia entre pasado, presente y futuro y que la autoridad incorpore el tema patrimonial en la malla del sistema educativo. Una buena forma de fortalecer la identidad local.