Orientación es clave en el uso adecuado de las redes sociales
No es desconocido que las maneras de comunicarse, expresarse y relacionarse han cambiado con el advenimiento de las nuevas tecnologías, sobre todo con la irrupción de las redes sociales.
Y es que el impacto que el vertiginoso avance tecnológico ha tenido en las personas es uno que, por momentos, cuesta dimensionar, y no son pocos los que, tras vivir dicha evolución, se preguntan ¿cómo podía vivir antes de Internet? Esto es más potente en niños y adolescentes, quienes nacieron inmersos en esta revolución y cuyo smartphone o tablet parece una extensión de su cuerpo.
Es que hay un acceso temprano a estos aparatos. Así lo determinó un estudio realizado por las facultades de Comunicaciones, Psicología y Educación de la Universidad del Desarrollo. Dentro de sus principales hallazgos encontró que en cuarto básico, el 72% de los niños tienen acceso a dispositivos con capacidad de conectarse a Internet (no significa que tengan celulares con plan). Esta cifra aumenta en octavo básico, donde el 88% tendría acceso a estos.
Así lo contó Paulina Maureira, investigadora de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad del Desarrollo, quien formó parte del equipo que realizó este estudio -compuesto además por Marcela Aravena, Carolina Aspillaga y Trinidad Ríos- y que tenía por objetivo describir las percepciones de niños y adolescentes tempranos respecto a su expresión emocional en las redes sociales, buscando entender cómo éstas se manifestaban.
SIEMPRE CONECTADOS
En total, 990 estudiantes de cuarto a octavo básico, pertenecientes a distintos establecimientos educacionales de la Región Metropolitana (particulares pagados, particulares subvencionados y municipales), fueron encuestados, determinando que no existen diferencias significativas dependiendo el tipo de recinto educacional: el uso de redes sociales es similar en todos los casos.
Así, un 75% de encuestados manifestó que las redes sociales les facilitan la relación con sus pares. "Los chicos usan las redes sociales siempre y están en permanente contacto, pues después de estar ocho horas del día en el colegio, siguen conectados con sus pares, lo que se podría deber a la etapa que están viviendo (adolescencia temprana) donde necesitan la interrelación con para sentirse seguros". Por si fuera poco, un 78% afirmó que se comunican a través de redes sociales. Por eso, el equipo advirtió que "las redes sociales pasan a convertirse en un medio más de comunicación, que generan la posibilidad de estar presente y comunicarse con mucha gente sin la necesidad de la corporalidad, a la vez hay una inmediatez en las posibilidades de comunicarse, lo que desfigura los límites que imponen el espacio y el tiempo".
ACOMPAÑAMIENTO
El impacto que esta nueva forma de comunicación tiene en las relaciones depende de múltiples variables, como si es la única forma de comunicarse o es complementaria a la comunicación cara a cara. Pero, el punto es que si bien niños y jóvenes entienden que es diferente, para ellos estar comunicados a través de las redes sociales es tan válido como hacerlo cara a cara.
Desde allí, sostuvo Paulina Maureira, "no es ni positivo ni negativo el impacto de las redes sociales, sino que es una realidad de la que hay que hacerse cargo. Tu existencia on line es lo mismo que tu existencia off line, tengo una existencia física y otra digital, las dos son buenas, pero como sé comportarme corpóreamente, tengo que saber comportarme virtualmente".
Por eso, los padres y la escuela tienen un rol de acompañamiento que es clave para poder orientar a los niños. Pero se detectó una falencia, pues aunque el 50% de los encuestados dijo que se les había puesto algún tipo de límite, se relacionaba con el día, horario y tiempo que pueden estar conectados, no el tipo de red social o contenido al que pueden acceder. "Hay revisión de celulares, pero esto no permite saber realmente todos los contenidos a los que se accede o todo lo que se hace mediante las redes sociales. Creemos que no hay un real acompañamiento al niño. Cuando dejas que por primera vez tu hijo vaya solo en micro, hay un acompañamiento de los padres hasta que éste aprende. Con el celular no, yo le paso el aparato o quizá aprendió desde el mío, pero no hay un aprendizaje", explicó.
Lo anterior se podría deber a diversos motivos, como el desconocimiento de los padres en cuanto al uso de las redes sociales, principalmente a nivel de colegios particulares subvencionados y municipales; o la falta de tiempo de los padres para estar con los hijos y acompañarlos a aprender tras largas jornadas laborales. "Ahí está el valor de la escuela, pero la escuela no educa sobre las redes sociales o el impacto que tienen. Enseñan a usar Power Point o que Wikipedia no es confiable, pero no a cómo comportarme", precisó.
RECOMENDACIONES
Si se considera el masivo uso que tienen las redes sociales en niños y adolescentes tempranos, es primordial que ellos sepan cómo usarlas correctamente.
Por eso, desde los hallazgos del estudio, la propuesta del equipo investigador es que desde primero básico los padres estén dispuestos a crecer con los hijos. "Si vemos el programa de monitos que están viendo nuestros hijos, ¿por qué no los acompañamos a ver cómo se comportan frente a esta otra pantalla, sea una tablet, celular o computador? El acompañamiento es clave".
Otra recomendación es que los padres estén atentos a las características y uso particular que su hijo le da a la red social, indagando qué le motiva a usarla, uso que le da y su capacidad de autorregularse frente a ellas. Pero, también es importante que hayan límites y sólo destinen una parte de su tiempo libre al uso de las redes sociales, siendo importante que vaya de menos a más: mientras menor es de edad, menor sea el tiempo de uso de la tecnología.
"Es importante tener claro cuando hay un exceso de tiempo destinado a esa comunicación, versus las otras actividades sociales y de diversa índole. Cuando esto se produce, se debe ayudar a que los hijos equilibren sus tiempos", aconsejaron desde el equipo investigador.
Una buena idea es motivar a los hijos a que realicen deporte o juegos lúdicos, y que den un buen uso a sus dispositivos inteligentes, como por ejemplo, que les sirva para leer.