Virus Papiloma Humano, un enemigo silencioso
En relación a la vacunación contra el Virus Papiloma Humano, VPH, planteada por el Ministerio de Salud y que tiene por objetivo prevenir el cáncer cérvico uterino, CCU, en la población femenina, se podrían hacer varios alcances.
Se han descrito más de 200 tipos de VPH, algunos considerados de alto riesgo oncogénico por su capacidad de provocar cáncer, como son los tipos 16 y 18 implicados en el 60% y 10-20% de todos los CCU respectivamente. En tanto, otros considerados de bajo riesgo oncogénico, como los tipos virales 6 y 11, producen verrugas genitales benignas o condilomas.
Las infecciones genitales por el VPH son transmitidas por contacto sexual, no exclusivamente por el coito, puede ser cualquier contacto íntimo. Actualmente es considerada como la infección de transmisión sexual más frecuente. Tanto así que la mayoría de los hombres y mujeres sexualmente activos adquirirá la infección durante su vida. Las mujeres se contagian poco después del inicio de la vida sexual, la mayoría ocurre antes de los 25 años.
Un dato importante es que la mayoría de las infecciones son transitorias y benignas, un 90-95% de las mujeres eliminan el virus sin desarrollar la enfermedad en un período de dos años. La infección persistente con los virus de alto riesgo puede provocar lesiones pre cancerosas.
Entre los factores de riesgo asociados a la adquisición de la infección por VPH están el inicio precoz de la actividad sexual, mayor número de parejas sexuales y antecedentes de otras infecciones de transmisión sexual.
El VPH no sólo se ha asociado al desarrollo de CCU, también está implicado en el desarrollo de cáncer del conducto anal, cáncer de vulva, vagina y pene.
Es importante considerar que la vacuna protege a la población femenina sobre los tipos virales de alto y bajo riesgo oncogénico, previniendo la aparición de CCU y verrugas genitales en mujeres que no han iniciado la actividad sexual y, por tanto, no han estado expuestas al microorganismo. En aquellas que ya están contagiadas con el VPH no tiene ningún efecto.
Tanto el control ginecológico periódico con médico o matrona como medidas de autocuidado de la salud a través de una sexualidad responsable, contribuyen a librarnos de contraer este enemigo silencioso que tanto daño puede causar en la vida de una mujer.