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"Somos locales" o cómo ser Viñuela sin nada de lucidez

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El espectador contemporáneo, digamos el que encontró una alternativa de pantalla diferente en la era digital, está acostumbrado a un discurso televisivo algo más elaborado en cuanto a proyección de contenido, lucidez y entretención.

Aspectos, los anteriores, que nunca fueron considerados por los ejecutivos y mentes pensantes de TVN al momento de embarcarse en un proyecto como "Somos locales". Hablamos del nuevo trasnoche de conversación conducido por José Miguel Viñuela, la novena incursión de este rostro en el canal estatal desde su llegada en 2012.

Y en honor a la verdad, digamos que el ex hombre ancla de "Mekano" (Mega entre los años 1997 y 2005), en su nueva casa televisiva no ha encontrado el nicho programático que sí logró en Mega.

"Somos locales", una suerte de "satélite" de la Copa América, debutó la noche del jueves -después de "Medianoche"- evidenciando una serie de fallas imperdonables al momento de atreverse con una alternativa en directo.

Lamentablemente, el equipo encargado de generar esta puesta en escena evidenció un nulo sentido de la continuidad, a partir del texto (diálogo). Ello, tratando de que Viñuela muestre un rol que no le corresponde -esa cuestión medio lúdica/light- pasado los 40 años (n. 1974). Éste es el rostro símbolo de la pantalla chica, que se quedaron anclados a un pasado potente -"Mekano" de la mano de Alex Hernández-, pero que no construyeron una base textual que les permitiera pensar un poco más allá del franjeado juvenil o matinal.

Finalmente, para eso fue preparado Viñuela en una industria televisiva que si actualmente peca de ausencia de rostros anclas, es por culpa de ellos. Es decir, de gente que no tuvo la visión para subir un peldaño más en la televisión: no fueron capaces de generar "estrellas" con un futuro más abierto en alternativas. Camiroaga fue una excepción, mientras que Rafael Araneda se preocupó por su futuro.

Viñuela fue hijo del rigor y del trabajo desarrollado para las necesidades del momento. Allí también están Julián Elfenbein y Daniel Fuenzalida, incluso, alguien tan galleta como el más joven Karol Lucero, cuyo "Dance" a estas alturas es una maldición.

En el caso que ahora nos compete, nadie puede sustentar una carrera televisiva a partir de la marca de su risa. Es ahí donde la experiencia sensible, habilidades y el esfuerzo intelectual deben rendir frutos. Tres aspectos que con Viñuela no fueron bien planteados en sus temporalidades y con proyección futura.

TRASNOCHE ABURRIDO

"Somos locales", al aire en un horario donde la competencia no es argumento clave, es una apuesta hecha con bajo presupuesto, para justificarle el sueldo a un rostro con contrato vigente.

Sin embargo, en TVN están como obsesionados buscándole su lugar a quien ya no lo encontró. Incluso, la penquista Daniela Urrizola se observa fuera de foco en un set donde servir los tragos o llevarle el suyo a Viñuela no aporta en el más importante de los detalles al aire: la continuidad. Entre ambos no hay química, sólo esfuerzos por parecer un dúo grato para con invitados sin brillo y humoristas de hace dos décadas. Juan Carlos "Palta" Meléndez, no hizo más que el ridículo queriendo ser gracioso con una imitación fome del Papa Francisco. Su rutina, acciones y caracterización fueron un increíble mal entendido, provocando risas falsas y atenciones no correspondidas en el conductor y su anfitriona. Definitivamente, no tenían idea qué decir, hacer o parecer. Y eso que Urrizola debería hablar un poco más.