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El cine llora partida del actor británico Christopher Lee

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Aunque Bela Lugosi terminó por autoconvencerse de que era Drácula en persona, ciertamente fue Christopher Lee quien le dio la impronta romántica, terrorífica y erótica que merecía el personaje creado por Bram Stoker en la novela de base epistolar publicada en 1897.

Bajo el alero de la productora Hammer, Lee le dio (no)alma y cuerpo al personaje en verdaderas joyas del terror de carácter gótico filmadas por Terence Fisher, a partir de 1958. Volvería a la capa y los colmillos en la inmejorable "Drácula, príncipe de las tinieblas" (1966), como en la sensual "Drácula vuelve desde la tumba" dos años después.

Vendrían cinco títulos más hasta 1976. Hoy recuerdos, especialmente buenos para quienes formaron su conciencia cinéfila en el género, en aquellas imperdibles sesiones de trasnoche en TVN. Y son eso, recuerdos, títulos y un pasado convertido en polvos, como casi siempre terminaba el vampiro en estas cintas de potentes tonalidades rojas.

Con tristeza recibieron ayer la noticia de la muerte de este actor de grave y elegante voz, que voló a la eternidad a los 93 años.

El artista y Caballero de la Orden Británica (2001) murió el domingo, a consecuencia de una falla cardiaca, dejando un legado que supera las 200 películas, desde su debut en 1948 a la edad de 26 años ("La extraña cita").

DRÁCULA Y MÁS

Sin embargo,, será Drácula el personaje que lleve a Lee a la fama, al poner en pantalla una caracterización elegante, atmosférica desde su laconismo y, por sobre todo, de un carácter muy terrorífico.

Ciertamente desde fines de los años 50, su nombre va a estar mayormente asociado al fantástico, género que lo llevó a ser parte de verdadero clásicos contemporáneos como "La guerra de las galaxias". Fue el Conde Dooku / Darth Tyranus en "El ataque de los clones, fechada en 2002. El año anterior interpretó a Saruman en "El señor de los anillos".

Uno de los responsables de la nueva vigencia del actor en la última parte del siglo XX, fue Tim Burton. El director, quien se formó con sus clásicos del terror, lo sumó en la potente y muy estética Hammer "La leyenda del jinete sin cabeza", en 1999.

Alexis Figueroa, poeta y escritor penquista con mucha cercanía al género fantástico, destacó la proyección de Lee en sus roles. "Su gran porte e intensa figura le permitieron conferir a sus personajes un aire que más que siniestro. Imponía respeto y dignidad. Lo recuerdo en los 70, en las tardes de cine, y los famosos "rotativos" de la época, cuando su presencia era recurrente en el Astor, el Windsor y el Lido en Concepción", comentó.

Jorge Meza, productor artístico de Balmaceda Arte Joven y cinéfilo, confesó que nunca va a olvidar sus roles para la productora Hammer, donde hizo de Drácula "ícono cinematográfico".