"Ayúdanos a que Chile no deje de sonreír"
Durante las últimas semanas los chilenos hemos podido presenciar cómo nuestro país ha sido afectado por diversas catástrofes, que no sólo se reducen a aquellas provocadas por la naturaleza como por ejemplo el aluvión en la zona norte o la erupción del volcán Calbuco, sino que también nos han golpeado otras de carácter ético y moral que tienen en vilo a autoridades e instituciones, hechos que en su conjunto han generado un ambiente de gran perplejidad e incertidumbre.
No obstante lo anterior, también hemos visto cómo miles de personas que acogemos mensualmente permanecen estoicas ante las adversidades, manteniendo siempre su alegría, optimismo y ganas de vivir. En este sentido, como Fundaciones Hogar de Cristo día a día tenemos la fortuna de compartir con ellos y ser testigos de cómo hay quienes pese a las transformaciones internas y externas que los afectan, responden con fortaleza y una gran sonrisa en su rostro.
Es precisamente por esta característica de nuestros acogidos y por el actual contexto de nuestro país, que en esta Campaña de Socios 2015 queremos compartir con todos los chilenos aquel rostro de la pobreza que es constantemente invisibilizado, un lado que siempre se muestra risueño, amable y espontáneo. Queremos evidenciar que las personas que viven en vulnerabilidad están lejos de aquella preconcepción triste y deprimida, y que en el "Hogar" es la alegría y el optimismo lo que nos mueve, vemos historias de superación todos los días.
Pero para hacer posible que las casi cuatro mil personas que acogemos diariamente en la región sigan sonriendo, es necesaria la ayuda de todos, en un acto movido por la justicia y no la mera caridad. Por eso es importante señalar que sólo en nuestra región, todavía hay 173 mil personas que son pobres tanto monetaria como multidimensionalmente y necesitan de todo nuestro apoyo para poder ampliar sus posibilidades a una vida mejor.
Como Hogar de Cristo, nuestra invitación entonces es a que nos ayudes a que Chile no deje de sonreír, a que te contagies con la alegría y el optimismo de aquellos que pese a las adversidades mantienen su sonrisa, pero por sobre todo, a que te unas a la gran labor de hacer que las personas en situación de pobreza tengan la esperanza de aportar en una sociedad que sepa respetar sus derechos, donde sean acogidos con dignidad y con el reconocimiento que merecen.