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Paseo por la memoria

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Durante la presente temporada, se han registrado en las comunas de Chillán y Chillán Viejo cinco eventos de preemergencia y tres de emergencia ambiental. A su vez, la autoridad ha confirmado la realización de 16 mil fiscalizaciones, 301 de ellas correspondientes a inspecciones directas a casas y 349 a empresas. El resultado de este operativo ha significado que 44 viviendas y cuatro empresas fueran sumariadas.

En Los Ángeles, en tanto, ha habido una emergencia y una preemergencia. Producto de las fiscalizaciones se han cursado sumarios a 13 viviendas y tres industrias.

La ocurrencia estos episodios que afectan la calidad de aire es un dato preocupante. El escenario es complejo y el diagnóstico, similar: uso de leña húmeda en los sistemas de calefacción.

Nada muy diferente a lo vivido periódicamente durante una década. Sin cambios, aunque ahora exista más información disponible para la comunidad, se trabaje en un plan para descontaminar y apliquen restricciones. Con todo esto, se esperaría mayor conciencia sobre la amenazante situación que enfrentan las comunas mencionadas. Lamentablemente, algo ha sucedido que no se ve gran cooperación de parte de los vecinos. Así lo perciben las autoridades y así lo muestran también las cifras.

¿Por qué esta baja colaboración en algo que se supone que es para bien común? Una respuesta puede estar en la costumbre de solucionar problemas individuales y no ver cómo se afecta al resto; pero quizás también las medidas se encuentran tan alejadas de la realidad cotidiana de las personas, que no las asumen. Se ordena: no use leña húmeda; pero ¿de qué manera se ayuda realmente para aplicar eso? El programa de recambio de calefactores tiene demoras; las viviendas antiguas no cuentan con sistemas de aislación adecuados; hay poquísimos locales de secado; la mayoría de las leñeras de las casas está en pésimas condiciones. Y otra enorme razón: la leña seca parece más cara y escasa.

A luz de los resultados, evidentemente aún falta mucho por hacer; pero en varios ámbitos, además del sector Salud, que ya realiza bastante.

Se celebró el Día del Patrimonio con visitas a vestigios tangibles de nuestro patrimonio cultural. Hubo circuitos en edificios, museos, cementerios, centros culturales, barrios típicos y paisajes naturales, guiados por estudiantes, académicos y amantes de la conservación y difusión de la identidad local.

Sin embargo, muchos lugares y personajes que nos han forjado como penquistas o pencones ya no están más que en el difuso relato de abuelos, en el registro de historiadores o coleccionistas de historias, leyendas y memorias. Algunos fuimos testigos de nuestro patrimonio tangible y evocamos esos lugares.

Recuerdo fríos días de otoño sentada en el restaurante "Nuria" de Barros Arana saboreando los más ricos picarones de Concepción. En sus orígenes estaba en el Portal Cruz, en O`Higgins frente a la plaza, y allí la sociedad penquista realizaba sus fiestas y las cenas eran amenizadas por una orquesta en vivo. A su lado estaba el Café Astoria, conocido por su elegante salón de té a inicios del siglo pasado. Fue destruido por el terremoto del 39 al caer el Portal Cruz, sin embargo, mantuvo por años su emplazamiento, conservando su nombre, pero convertido en pastelería y supermercado gourmet.

El Estudio Fotográfico Rioseco era fundamental para cada penquista si de retratos se hablaba. Fundado en 1932, alcanzó prestigio nacional. En sus archivos se esconde el registro del patrimonio y personajes que relatan parte de nuestra historia.

El Hotel Ritz, que resistió el terremoto del 39 y hoy lo remodelan, era reconocido por su lujo, alta capacidad y servicio de nivel internacional. En el primer piso, estaba la Casa Onetto, una vanguardista tienda de artículos para caballeros.

En el centro, la Casa Chica fue el lugar para comprar regalos finos, cristalería y mantelería importada. Mantenía productos de la Cigarrería Band de sus orígenes en 1900.

La Clínica de Medias Concepción, fundada en 1942, se inició como local de reparación de medias para luego convertirse en una empresa con maquinarias de última generación y abrir paso a la venta de lanas importadas y botonerías. Asimismo, Casa Gleissner fue, en 1880, la primera ferretería estilo homecenter tras consolidar locales en Nacimiento y Lota.

Podemos nombrar también ferretería La Sierra, Importación Inglesa, Emporio New York, Casa Esquerré, suelería Las Tres Pascualas, Hotel Cecil y Pastelería E.V.Monfort en Plaza España, Librería Ercilla, Café La Hormiguita, el Dom, Casa Loosli, Camiserías Adauy, Maletería Inglesa, tostaduría El Cóndor, Gath & Chávez, Hucke así como los depósitos de casimires, sedas y lanas o, a otra escala, las fábricas de Paños Bío Bío o Bellavista de Tomé. Las fábricas de fideos Vivaldi, vidrios Schiavi, papeles Schaub y las fábricas del calzado están hoy parcial o totalmente desaparecidas como infraestructura o emprendimiento, pero aún viven en nuestro paseo por la memoria.