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Día Mundial de la Diversidad Biológica

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Por resolución de la Organización de Naciones Unidas, el 22 de mayo celebramos el Día Mundial de la Diversidad Biológica. Cabe preguntarse por qué necesitamos un día que nos recuerde algo tan vital que sin la cual la existencia humana es inviable. Y la respuesta es obvia: usualmente no somos conscientes ni valoramos lo que convive diariamente con nosotros… hasta que la perdemos. Eso es exactamente lo que está pasando con la biodiversidad.

De las 5 a 9 millones de especies que se estiman en el planeta, perdemos anualmente aproximadamente entre 11.000 a 58.000 especies por acción directa o indirecta del hombre. Una tasa de extinción jamás vista durante la historia del planeta. De las especies que aún persisten, las especies de vertebrados muestran una disminución promedio del 25% en su abundancia, el 67% de los insectos han disminuido a menos de la mitad su abundancia, y el 70% de las pesquerías se encuentran colapsadas o sobreexplotadas.

Podemos dar varios argumentos a favor del cuidado de la biodiversidad. Desde una visión metafísica, cada especie tiene un valor intrínseco por el hecho de existir y ser parte del sistema natural que cohabitamos. Una aproximación más economicista resalta el valor de la biodiversidad en la producción de bienes y servicios, en la que las distintas especies son fuentes de alimento, medicinas y materia prima para numerosos sub-productos. Por ejemplo, cerca del 40% de los medicamentos proviene de alguna especie.

También la biodiversidad nos presta servicios tales como la protección contra desastres naturales, regulan procesos climáticos, favorecen el turismo y la cultura, etc. Algunas estimaciones indican que más de 3.000 millones de personas dependen de los servicios que entrega la biodiversidad costera. Los servicios que prestan los insectos polinizadores como las abejas a la agronomía se han avaluados en aprox. US$14.6 billones al año en EEUU y £440 millones en Gran Bretaña.

Independiente de la visión que suscribamos, la celebración del día de la diversidad biológica es un recordatorio y llamado de atención para hacer notar que la protección de la biodiversidad, su uso sostenible y la distribución justa y equitativa de sus beneficios derivados, son claves para el desarrollo sostenible y la superación de la pobreza de nuestros países.

En nombre del crecimiento nos olvidamos del alma

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En Chile se instaló una democracia formal el año 90 y esto fue un enorme logro de las fuerzas democráticas, así lo sentimos y pensamos en ese momento, pero lamentablemente, pecamos de mucha confianza y los gobiernos de la Concertación olvidaron muchos temas, pero lejos el más importante, fue no trabajar por una cultura basada en los derechos humanos, contar y buscar la verdad y construir memoria histórica, es decir preocuparnos del alma, no bastaba con tener el pan, había que crecer y construir una sociedad más justa y consciente, educada en la libertad y el respeto a los derechos humanos.

Al final de cuentas, es la cultura, que es la comprensión del valor y rol histórico que cada uno tiene, tanto en su dimensión personal como colectiva, lo más importante en un proceso de transformación humanista, porque pone en el centro al hombre y su alma. Este proceso de culturización no ocurre por evolución espontánea, sino por procesos personales como el discernimiento y sociales como una educación orientada para ello y eso exige un discurso y una praxis a los "intelectuales", que por definición serían los parlamentarios y dirigentes que conducen los procesos y partidos políticos.

Y está claro que "estos intelectuales" que tenían que jugar un rol y un liderazgo, cambiaron de discurso y praxis, asumieron el discurso exitista y materialista del neoliberalismo y para que hablar de su praxis, la que hoy está reflejada en los casos de Soquimich, Aguas Andinas, reelecciones eternas, por tanto nos quedamos sin referentes éticos que fueran impulsores de la transformación de este modelo neoliberal.

El impulso de una cultura por la vida y los derechos humanos, sigue siendo la gran tarea pendiente de Chile y una reforma educacional por la que fueron asesinados Exequiel y Diego, exige y obliga incluir esta dimensión cultural en esa reforma, como la viga maestra de la misma.

Un pueblo que tiene como eje central de su vida, estos principios garantiza a través de medios pacíficos, del buen uso de la inteligencia y en un contexto de libertad, que se extirpan estos asesinos de la sociedad en que vivimos y también comentarios y actitudes insensibles que promueven intelectualmente la violencia como herramienta, para resolver las legítimas diferencias que tenemos.

Nunca más un padre y una madre y hermanos y hermanas pueden ser despojados de su principal tesoro, su hijo, su hermano, por un acto no solo demencial sino también de explicita ruindad y maldad, el mensaje debe ser claro, la vida de una persona es un absoluto y está por sobre cualquier consideración, primero la vida, segundo la vida, tercero la vida.

Estos principios éticos requieren transformaciones políticas de fondo, en esta lógica violenta, los que siempre ganan son los poderosos, que son los mismos que han secuestrado este país desde el imperio de la dictadura con una constitución (del 80), que criminaliza la discrepancia y la protesta y promueve la injusticia amparada en el uso de la violencia. Por ello, debemos exigir una nueva constitución que sea la condición de entorno para una cultura que promueve la vida y el respeto a los derechos humanos en toda su dimensión. Para esto, es vital, un compromiso político consecuente, honesto y perseverante.

Ley de fomento del reciclaje: ley inteligente

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Cuando el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, afirmó que formalizar una industria del reciclaje no es propio de países ricos, sino de países inteligentes estaba diciendo una gran verdad.

Para graficar de lo que hablamos, podemos citar el ejemplo de los plásticos, industria que tiene las tres plantas más grandes de reciclaje de Sudamérica instaladas en nuestro país y se recicla menos de un 3% de los plásticos de post consumo, es decir de los hogares, teniéndose que importar 18 mil toneladas al año de residuos plásticos de otros países como insumos para éstas plantas.

Sin embargo, en los residuos industriales donde sí existe mercado y legislación, las tasas de reciclaje de plásticos son de un 85%. Claramente tenemos una ventaja comparativa en la Región totalmente desaprovechada en los residuos domiciliarios.

Chile es inteligente al instalar la Responsabilidad Extendida del Productor (REP), sistema probado y exitoso en más de 37 países por más de 20 años, que sin duda impulsará la industria del reciclaje, generará nuevos emprendimientos, innovación, y empleos, formalizará a los 60 mil recicladores de base que hoy realizan la recolección en las calles y barrios sin las ventajas de la formalización y economías de escala que ello implica. Y más importante aún, sentará las bases del reciclaje domiciliario en Chile.

Es por esta razón que vemos como un gran paso hacia la formalización de la industria del reciclaje domiciliario, la tramitación de la Ley de Fomento al Reciclaje y de Responsabilidad Extendida del Productor (REP).

Sin embargo, este esfuerzo en pro del medioambiente queda incompleto y será siempre insuficiente sin la participación la ciudadanía.

Por ello nos sumamos a la invitación del ministro Badenier a participar como ciudadanos en forma activa del reciclaje y hacer el cambio de la cultura de lo desechable a la cultura de lo reciclable.