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Bolivia ¿un país aislado?

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Bolivia ha optado por jugar sus fichas apuntando a la reivindicación marítima en busca de un acceso soberano al Océano Pacífico, sin aceptar que efectivamente y como resultado del tratado de 1904 Chile le reconoce "el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico".

Argumenta que su condición de mediterraneidad ha generado un aislamiento tal que no le permite avanzar hacia un mayor desarrollo socio económico, y que Chile, sin voluntad de resolver la controversia es casi el símil del imperialismo norteamericano en la región.

Si vamos por parte, 111 años después de la firma del Tratado de 1904, el país andino aun goza de múltiples beneficios que ningún otro país del mundo en condiciones similares posee: autonomía aduanera (en puertos de Arica y Antofagasta), preferencias tarifarias y facilidades de almacenamiento, exenciones tributarias y libre desplazamiento por las rutas de conexión con los puertos . Con ello, efectivamente Bolivia tiene salida al pacífico.

Según informe 2015 entregado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), el valor de las exportaciones de Bolivia en la gestión 2014 registró un valor de 12.856 millones de dólares, superando en poco más de 648 millones a su registro del 2013 con un crecimiento relativo del 5%. Al respecto, entre el 60% y 70% de la carga total del comercio marítimo que pasa por el puerto de Arica proviene justamente de Bolivia, por tanto, desde el punto de vista comercial, el país andino tampoco está aislado.

Respecto al desarrollo interno, el gobierno de Morales busca eliminar de su historia reciente cualquier viso de exclusión, discriminación y, por sobre todo, de colonización e imperialismo. Quiere asentar una nueva Bolivia, libre, pujante y justa; entonces, porqué no reconocer públicamente que han logrado disminuir la pobreza extrema y el desempleo, que han mejorado el acceso a la educación, y que según datos del Banco Mundial han logrado un crecimiento económico sostenido consiguiendo con ello mejorar la calidad de vida de los habitantes de Bolivia. En la lógica boliviana, o al menos en su discurso público, nada de lo señalado es suficiente para afirmar que el país andino avanza hacia el desarrollo, ya que éste estaría condicionado a la salida al mar. Pero eso tampoco es real.

Finalmente, EE.UU. es el tercer país receptor de productos bolivianos, el que, eliminando la exportación de gas, pasa a ser el primero de la lista después de Brasil y Argentina. Chile a su vez también importa una variedad de insumos del país andino. Por tanto, el discurso antiimperialista tampoco se sustenta.

Es claro que Bolivia hoy se siente más fuerte, y así lo hace sentir, pero eso no significa desconocer los hechos detrás de las palabras. El tema es serio, ya que lo que está en juego es la soberanía territorial de Chile.

La "creatividad" tributaria

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La contingencia está dando una lección a muchos con las boletas de honorarios. El SII tiene la facultad legal para fiscalizar e investigar cualquier gasto incurrido por una empresa, a cualquier título.

Sin embargo, lo que ha causado sorpresa en este tema, es que la autoridad ha tratado en carácter de delito la recepción y emisión de boletas de honorarios por servicios no prestados, criterio que el propio director nacional del SII ha expresado a través de la prensa.

Esto llama la atención, no por estar de acuerdo o no con el criterio adoptado, sino porque, hasta ahora, normalmente situaciones como éstas eran tratadas desde el punto de vista administrativo o civil, fundamentalmente a través del rechazo del gasto a nivel de la empresa que había incurrido en él, y no necesariamente por la vía penal, decisión que es de total discreción del director nacional del SII.

En consecuencia, esta actitud por parte de la autoridad, se ha percibido como un cambio abrupto de criterio. No cabe duda que en esto probablemente ha influido una práctica reiterada de parte de algunos actores del mercado de utilizar la boleta de honorarios como un mecanismo para justificar gastos o salidas de dinero en empresas, siendo "creativos" en su proceder tributario.

Evidentemente, si el honorario se utiliza para enmascarar o encubrir una renta distinta a la proveniente de un servicio independiente prestado por una persona natural, tendrá carácter ilícito y, eventualmente, de delito.

En este sentido, es importante que las personas y empresas no se sientan atemorizadas de emitir o pagar boletas de honorarios, cuando dichos documentos sirven para sustentar un servicio real, incluso entre partes relacionadas, y también es necesario que la autoridad pondere adecuadamente cada caso, y que no se cree un prejuicio generalizado respecto a los honorarios.