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Habilidades blandas y sello formativo, el nuevo CV

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Las entrevistas de trabajo y las capacidades que se buscan en nuestros nuevos profesionales, son muy distintas a las de hace algunos años.

Las nuevas generaciones de profesionales rompieron un paradigma que venía haciendo mucho ruido… El profesional más capacitado era el que poseía un gran conocimiento en términos de profesión del área determinada y por otro lado ojala que viniera con una gran experiencia en término de desempeño de cargos similares en la misma. Las instituciones se dedicaban a seguir sus programas al pie de la letra y más aún no quedaba espacio alguno para integrar otros tipos de formación que no fuera estrictamente lo académico.

Sin embargo a fines de los 90 esto comenzó a cambiar. Gran fuerza comenzaron a tomar instancias de organización estudiantil, tomaron vida grandes redes de voluntariado, entre otras instancias que en su naturaleza misma eran lideradas y creadas por jóvenes insertos en pleno proceso de formación académica. Esto permitió claramente que al integrarse al mercado profesional surgiría desde sus perfiles un cambio en las necesidades de los empleadores, ay que la diferencia de habilidades que mostraban extras a su capacitación académica fue muy buen visto y así mismo valorado para los nuevos desafíos que se podían encontrar.

Fue así como se comenzó a complementar la información académica con planes de formación de habilidades específicas. Y esto comenzó a generarse desde el aula secundaria tomando fuerza e importancia para instituciones de educación superior. Liderazgo y trabajo en equipo fueron términos que se repitieron cada vez más a la hora de formar, desarrollando actividades especializadas en estos temas. Además sucesos como "la revolución pingüina" y posteriores marchas por la educación generaron un perfil de estudiante nuevo para la sociedad Chilena, un estudiante letrado, culto, informado y por sobre todo con altas capacidades de organización, liderazgo y participación pública.

Hoy la participación en organizaciones estudiantiles, en seminarios de habilidades blandas, o en redes de voluntariado son requisito a la hora de postular a un trabajo, e incluso de armar tu CV. Ejemplo de ellos son plataformas web laborales como Linked in, donde en las opciones para crear tu perfil profesional solicita datos de este tipo.

Asimismo, la responsabilidad social se tornó en una característica de diferenciación a la hora de evaluar profesionales. Contar con personas dentro de un equipo que conozcan de manera vivencial otras realidades, que hayan vivido procesos de formación ligadas a la ayuda social, nos demuestra que independiente de las crisis que nuestro país puede estar viviendo, de alguna milagrosa forma sigue en buen camino, en busca de superar sus brechas y diferencias y eso se refleja cada vez más en el sello de nuestras futuras generaciones.

Los valores ya no sólo se traen desde la casa como dice un antigua frase popular, se aprenden durante nuestra vida. Es ahí donde quien tenga la posibilidad de formar tiene una responsabilidad tremenda, que quizás ni siquiera llegamos a dimensionar.

Eduardo Quinteros Rodríguez

Director Asuntos

Estudiantiles Aiep

Incentivemos la lectura

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Respecto a los libros, ocurren al menos, un par de fenómenos que llaman profundamente la atención, el primero es que los jóvenes cada día leen menos, sin embargo, existe un aumento constante en la industria de los libros. Otro fenómeno interesante, es que pese al continuo desarrollo de la tecnología, que permite obtener los libros en PDF o través de tablets o E-Readers, los jóvenes que están dispuestos a leer, prefieren los libros en formato físico.

En el mundo digital existe una gran cantidad de intentos serios de poner las bibliotecas en el ciberespacio. Robert Darnton, Director de la Biblioteca de Harvard, nos explicaba de los apoyos recibidos y también de las dificultades que ha debido sortear en la creación de una biblioteca virtual. Creo que un fondo que permita salvaguardar las obras de nuestros grandes escritores tiene un tremendo valor, no obstante, tengo dudas respecto de que al poner toda esta información de forma gratuita en la web, incentive a las jóvenes a leer más. Creo que pedir al Estado una nueva revisión de sus Políticas Educacionales, tendiente a incentivar el hábito de la lectura, no solucionará el tema, siento que es nuestro deber como padres motivar a nuestros hijos hacia esto y, para ello, siempre es conveniente predicar con el ejemplo. Ahora bien, nuestro ajetreo diario, no es algo que nos empuje suavemente a la reflexión y a la tranquilidad necesaria para emprender el tremendo agrado de leer, si a eso sumamos la televisión, facebook y whatsapp, el tiempo que queda disponible sería muy cercano a cero. Sin embargo, cada cierto tiempo, entran en escena escritores que son capaces de derribar, cual Quijote lanza en ristre y sobre su fiel Rocinante, a todos estos molinos tecnológicos y vencer la constante abulia de nuestros jóvenes. ¿Quién podría desconocer el éxito de un Harry Potter o un Bajo la Misma Estrella o un Juegos del Hambre? o de autores tan tremendos como ¿Dan Brown, Rivera Letelier, Ruiz Zafón o JRR Tolkien?. Tal vez, el secreto esté allí, libros tan bien escritos, historias tan bien contadas, que sea imposible permanecer indiferentes a tan grande influjo.

Germán

Galleguillos M

Jefe de Biblioteca Duoc UC

Concepción

Sorpresa: Hay corrupción

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Hasta hace poco se catalogaba a Chile como el país menos corrupto del continente iberoamericano. El reconocimiento llenaba de orgullo el alma nacional y en particular el ego de la clase política siempre deseosa de este tipo de distinciones.

Los chilenos podíamos tomarnos en serio aquello de la excepcionalidad nacional en el concierto continental y los viajeros nuevos fanfarronear y presumir de nuestro éxito económico y nuestras virtudes cívicas cuando visitaban los países vecinos. Tras los casos Penta, Caval y Soquimich, poco queda de dicho sentimiento.

La corrupción, como es sabido, es una práctica que se da en el sector público y según su extensión es un buen reflejo del grado de descomposición moral de una administración. Prácticas similares en el sector privado no constituyen corrupción, son simplemente robos. La distinción no es semántica, es real y responde a las diferencias que asume el delito en ambos sectores.

En efecto, en el sector público el robo y otras prácticas corruptas tales como el acceso a información privilegiada o el ejercicio de presiones indebidas cuentan siempre con la complicidad explicita o tácita de los superiores jerárquicos, sea porque estos también se benefician, sea porque las lealtades y las conveniencias políticas los inclinen a hacer la vista gorda.

En el sector privado las prácticas deshonestas asimilables a la corrupción, como las que suelen practicar los encargados de adquisiciones, duran el tiempo que tardan los dueños en saberlo. La ausencia de corrupción en el sector privado no significa que éste a su vez no pueda ser corrupto y corruptor en el trato con el ámbito público cuando le conviene. Esto es justamente lo que sucede con lo revelado hasta ahora en los casos Penta y Soquimich.

Financiar ilegalmente y además generosamente la política, genera en los beneficiados, aún cuando eventualmente no se les exija, dependencias y lealtades que a la hora de tomar decisiones favorecen los intereses sectoriales de los sectores donantes en detrimento de los intereses de la nación.

Cuando esto sucede, el poder público queda capturado por los intereses privados y si no es capaz de reaccionar y sanearse cae en la ilegitimidad. La democracia debe ser capaz de proveerse de las herramientas necesarias para realizar la higiene que en estos casos la situación requiere. Eso demuestra su fortaleza y de eso depende su perdurabilidad. De no hacerlo, es obvio que corre riesgo su propia existencia.

Miguel Edo. Garayar Profesor Dpto. de Ciencias Políticas

Universidad

de Concepción