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Actividad física, aliada del tratamiento contra la depresión

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Entre los males más extendidos hoy están los de orden psicológico. En gran parte gatillados por los estilos de vida modernos, que producto de este vivir acelerado y competitivo han privado del tiempo necesario para el sano esparcimiento y la vida en familia, trayendo una importante dosis de estrés y frustración que muchas veces desencadenan, entre estos trastornos psicológicos, la depresión.

Este cuadro es definido por la Organización Mundial de la Salud como un "trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración".

Como se desprende de esta definición, su abordaje debe ser multidisciplinario. Es así que resulta importante considerar los beneficios que aporta la práctica de actividad física regular en su tratamiento.

Está bien documentado que la práctica de actividad física suave como la caminata y el trote tienen beneficios sobre el aumento del flujo sanguíneo y el aporte de oxígeno a las células, siendo las neuronas muy sensibles a estas fluctuaciones. La mejor oxigenación y nutrición de las neuronas pueden influir sobre el aumento de los niveles de serotonina y dopamina, las que influyen en la concentración y motivación así como la liberación de endorfinas, esa maravillosa droga natural responsable de la sensación de bienestar ligada a la práctica de actividad física regular.

Por otro lado, la práctica aeróbica moderada incrementa los niveles de testosterona, tanto en hombres como en mujeres. Este aumento se relaciona con la disminución de los niveles de ansiedad y favorece, por ende, la relajación. También es importante considerar que los efectos benéficos que implican un mejoramiento de la fuerza y resistencia muscular, así como también una mayor habilidad y destreza física, generan seguridad y una mayor autoestima.

Diversas organizaciones científicas coinciden en recomendar en general la práctica de 30 minutos no menos de cinco veces por semana para obtener los mejores beneficios. De todas las diversas formas de realizar actividad física el caminar y trote muy suave, han demostrado ser altamente efectivas y, por lo demás, económicas y fáciles de no existir impedimentos o situaciones patológicas que lo contraindiquen. Si su capacidad física actual no le permite lograr este tiempo en las primeras sesiones, increméntelo paulatinamente hasta llegar al requerido, después aumente la frecuencia de las sesiones hasta llegar a 5 o 6 días por semana.