El viernes los restos mortales del sargento segundo de la Armada, Rodrigo Sanhueza Soto, serán repatriados a Valparaíso desde Haití (según información preliminar), luego que la tarde del martes perdiera la vida en las cercanías de la frontera con República Dominicana, en el contexto de las misiones de paz en que Chile es partícipe. El deceso fue por un impacto de bala en la cabeza.

Sanhueza Soto es de Talcahuano, el segundo de tres hermanos varones y que cuyo padre quedó viudo hace unos dos años.

El enfermero naval llevaba mucho tiempo en Valparaíso, donde comenzó a formar su familia junto a su esposa Gabriela Figueroa en los altos del Cerro Los Placeres. Del matrimonio surgieron dos hijos, de 10 y 3 años.

Su círculo más cercano esperaba su regreso desde Haití para la próxima semana. Desde agosto que se encontraba en ese país, en servicio para la institución naval.

"Es lamentable que haya pasado esto, porque lo más triste de todo es que él llegaba el próximo martes, él terminaba su misión. Es durísimo para nosotros, lo queríamos como un hermano más... Rodrigo era muy apegado a su familia, a mi hermana, a sus dos niños a quienes amaba... Estamos sumamente consternados con esto", expresó ayer a El Mercurio de Valparaíso, Jorge Figueroa, cuñado del uniformado.

Agregó que "Rodrigo fue una persona muy destacada, muy profesional en lo suyo. Y todos sus proyectos tenían un solo objetivo: su familia. De hecho, él pidió su traslado a Haití para darles un mejor bienestar".

INTELIGENCIA

Ayer, el oficial de la Fach, general de brigada aérea Ludwig Gronemeyer, quien además es asesor de la Dirección de Inteligencia de la Defensa, viajó al país centroamericano para iniciar la indagatoria administrativa del caso.

A su vez, la sala del Senado ayer realizó un minuto de silencio en memoria del sargento.

Rodrigo Andrés Sanhueza Soto era hincha de la Universidad Católica y hoy cumplía 36 años.