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Central Angostura es la mejor inversión industrial de 2014

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La Central Hidroeléctrica Angostura de Colbún S.A, fue premiada por la Corporación de Bienes de Capital (CBC) como el mejor proyecto de inversión del sector industrial 2014, por su contribución al crecimiento y beneficio del país.

La exitosa gestión de la relación entre la compañía con sus proveedores, contratistas y comunidades; el cumplimiento de los plazos de construcción de las obras y el destacado manejo medioambiental en el desarrollo del proyecto, fueron los principales factores de reconocimiento para la Central Angostura, proyecto que muestra que energía y turismo pueden desarrollarse de manera armónica. Leonardo Díaz, gerente del proyecto hizo una breve presentación de la central, destacando su aporte en generación, el proceso constructivo y el trabajo realizado para lograr una adecuada integración del proyecto con su entorno.

Hubo un total de 300 proyectos inicialmente considerados en las tres categorías (Industrial, Ciencia y Educación, y Construcción), 15 de ellos fueron seleccionados por socios de la CBC (cinco por categoría) y luego un jurado multidisciplinario, seleccionó a los tres ganadores. En la categoría Ciencia y Educación fue reconocido el observatorio Alma y en la categoría Construcción la Clínica de la Universidad de Los Andes.

La industria forestal chilena ha visto importantes cambios los últimos años

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La adopción voluntaria de esquemas de certificación y la apertura de instancias de participación ciudadana son algunos de los cambios en la industria forestal chilena que destaca Cecilia Alcoreza. Con más de siete años trabajando en la materia, cuatros de ellos en el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), ha podido apreciar el acercamiento del sector al objetivo de la ONG de que las plantaciones mantengan la integridad del ecosistema y conserven la biodiversidad.

Una de las principales iniciativas de la WWF es la reunión anual de la plataforma Plantaciones de Nueva Generación (NGP por sus siglas en inglés), que se realizó en marzo recién pasado en Casa Piedra, Chile. Allí llegaron no sólo las principales empresas locales -Arauco, Cmpc y Masisa que oficiaron de anfitriones- sino actores del mundo público, firmas internacionales y comunidades para abordar la sostenibilidad en el rubro, bajo el concepto de "Plantaciones para las personas".

¿Qué son las plantaciones de nueva generación?

Es un ideal promovido por WWF, que se está construyendo con representantes de la industria. Es una visión de cómo queremos tener las plantaciones: que estén bien manejadas, que entreguen beneficios socioambientales en los territorios en los que operan, que mantengan los servicios ecosistémicos, que se desarrollen con una alta participación de las comunidades circundantes y que generen trabajo y desarrollo.

Cada empresa trata de lograr este concepto de NGP en sus operaciones. No se mide bajo ningún estándar sino que es un compromiso que ellas adquieren.

Hay casos muy simbólicos en Chile, Sudáfrica, Reino Unido, Brasil y Uruguay donde las empresas han sido capaces de darse cuenta que no están funcionando bien y generar un cambio. En Brasil, por ejemplo, las empresas Fibria, Suzano, Stora Enso y Kimberly-Clark participan de la Iniciativa Forestal Sostenible Mosaicos en el Bosque Atlántico brasileño, donde combinan diferentes usos del suelo, como plantaciones, agricultura y reservas naturales. En un trabajo en conjunto con las organizaciones locales han restaurado cerca de 30 mil hectáreas y podrían llegar 200.000 hectáreas para 2020.

Hasta ahora el esfuerzo de las empresas en Chile se ha plasmado en sacar adelante la certificación voluntaria FSC (del inglés Forest Stewardship Council), cumplir con lo que se está pidiendo y abrirse a la sociedad civil, que era algo que antes no ocurría. Nuestro continente es muy poderoso y creo que, por lo menos, Arauco, CMPC y Masisa con operaciones regionales pueden desarrollar casos significativos.

Si todo estuviera bien no estaríamos trabajando en esto. No podemos decir que hay una uniformidad en cómo se manejan las plantaciones ambientales a nivel mundial. Hay casos muy lamentables desde la perspectiva social en lugares como Sumatra, Indonesia o África, pero sí hay un sector forestal que ha adherido a estándares de certificación voluntaria como el FSC. Este grupo está compuesto principalmente por empresas multinacionales que tratan de impulsar un mejor desempeño en todas las empresas de las que se abastecen de fibra. A modo de ejemplo está Mondi, en Sudáfrica, donde ha transferido grandes extensiones de terreno a la comunidad, a la cual está capacitando para que asuma la gestión de las actividades de plantación.

El cambio de la industria forestal chilena en los últimos cinco años es muy importante y se traduce en la incorporación a esquemas de certificación. Eso se ha visto reflejado en sus políticas internas, donde los temas socio-ambientales se ven plasmados. La controversia social sobre plantaciones es muy grande, lo que ha hecho que el sector reaccione, por lo que ahora su forma de trabajar es diferente. Desde mi perspectiva aún no vemos los resultados porque los procesos están en desarrollo, pero está encaminado.

Viéndolo externamente consideramos que la certificación ha permitido que las compañías puedan relacionarse con la comunidad, involucrarlas o consultarles, cosa que en el pasado no existía.

Es un gran logro y también un gran desafío. Como organización de conservación que apuesta por esta herramienta (la certificación) queremos ver impactos en los territorios en los que trabajamos. Tenemos que empezar a medir y a mostrar que hay resultados.

Antes eran estructuras herméticas donde las decisiones se tomaban internamente, entonces, visto desde fuera, el mayor beneficio es el ejercicio que están haciendo las empresas de abrirse a sus vecinos y la comunidad.