Escenarios inestables
Los ajustes que se deben realizar en la economía, en general, son la consecuencia de un sin número de causas que se entrelazan, las cuales, luego, obligan a realizar continuos cambios, que complican el quehacer de los diferentes agentes que actúan en la economía. Ello pone serias dificultades a éstos, que desearían enfrentar escenarios bastante diferentes cada vez que deben tomar decisiones importantes, tanto en las empresas como también en otros tipos de organizaciones.
Si cada día se revisa el funcionamiento de diferentes mercados, en un mundo globalizado, ocurren hechos de distinta naturaleza, que podrían haberse originado en puntos geográficos lejanos, cuyos efectos rebotarán con mayor o menor fuerza dentro de la economía nacional. A saber, una acción terrorista, o un conflicto bélico entre naciones en otros continentes, o que un país haga una declaración de no pago de parte de su deuda externa, implicará que inmediatamente deberán realizarse los ajustes necesarios dentro de la economía nacional.
En una economía internacionalmente abierta, estos efectos se replican con más fuerza. Se comprueba lo anterior al ver lo que pasa diariamente, por ejemplo, con las variaciones en el precio de las divisas, o de bienes "commodities", como el precio de venta de la libra de cobre, o del petróleo, o información proveniente de anuncios de la autoridad monetaria sobre el momento en que se debería variar la tasa de política monetaria y reformas pendientes, etc., todo lo cual provoca reacciones inmediatas en el funcionamiento general de la economía.
Lo anterior conforma un nivel de dificultad significativo, para empresarios, organizaciones e instituciones diversas, que deben continuamente tomar decisiones, bajo condiciones demasiado variables, que obligan a enfrentarse con escenarios de mayor incertidumbre y con poca información estable y confiable, para definir probabilidades de éxito o riesgo en inversiones de mayor magnitud.
De esta forma se postergan decisiones importantes para la economía, pues, principalmente los inversionistas estarán en espera que las "aguas se tranquilicen", para decidir.
Se deben agregar a lo anterior diferentes datos que algunas instituciones dan a conocer, como son los indicadores que le "toman el pulso" a la economía y que suman expectativas, como son los índices de confianza de los empresarios y consumidores en el devenir de la economía, lo cual se relaciona de inmediato con un indicador clave como es el nivel de demanda.
En fin, así, con excesiva variabilidad, sesgos y ajustes, se nublan los escenarios futuros, situación indeseable, para el relanzamiento de la economía nacional.