Secciones

Acreditar casos de hanta

E-mail Compartir

El Hospital Clínico Regional "Guillermo Grant Benavente" ha sido acreditado por el Instituto de Salud Pública (ISP) para realizar a partir del 1 de abril la confirmación de personas contagiadas por virus hanta, sin la necesidad de tener el aval de este último.

Esto es la culminación de todo un proceso de certificación, que incluyó la preparación del personal en los procedimientos de laboratorio que efectúa el ISP, la transferencia de tecnología, y contar con el equipamiento de biología molecular para ello.

De acuerdo con lo que se ha informado, se desarrolló un fase de marcha blanca, que duró diez meses, y en la actualidad el hospital está en condiciones de continuar en forma independiente. Se recordará que cuando se diagnosticaba un paciente sospechoso de haber contraído el mortal virus, las muestras debían enviarse al ISP en Santiago, para que se realizaran las pruebas necesarias, con la demora que todo esto significaba.

El Hospital Regional es el único establecimiento público del país con la capacidad de diagnosticar el virus hanta. Los otros son el mismo ISP, la Universidad Austral de Valdivia, y el Hospital de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El hantavirus es una enfermedad viral que se transmite al ser humano desde el ratón de cola larga, a través de la inhalación de olores de la orina de roedores contagiados. Debido a las actividades relacionadas con la agricultura y la recreación, el hanta se presenta mayormente en primavera y verano.

La decisión de acreditar el centro de confirmación en Concepción se debió a que el año pasado hubo un alto porcentaje de letalidad del virus y porque históricamente la Región concentra una gran cantidad de casos. Cabe recordar que durante 2013 hubo 11 casos en la zona y que en 2014 se registraron 13 confirmados por virus hanta, de los cuales 9 murieron, con una letalidad que llegó al 69%.

Estos pacientes necesitan ser diagnosticados oportunamente y derivados a hospitales que posean camas UTI, ya que su manejo es muy complejo y requiere de atenciones especiales. Tal como las autoridades de salud señalaron en la campaña del verano que recién terminó, la prevención es fundamental para no seguir lamentando las consecuencias de esta enfermedad.

Fomento de la cultura

E-mail Compartir

El Senado acaba de aprobar la ley que obliga a las radios a trasmitir un 20% de música chilena (ya sea compuesta o interpretada por chilenos). Es delicado el asunto: si no se puede obligar a alguien a hacer algo, es problemático obligarlo a que lo haga de determinada manera.

El interesado podría simplemente negarse del todo y la situación final vendría a ser peor que la inicial. Pero como el espacio para transmitir ondas de radio es limitado, es razonable que esté regulado en vistas al bien común. Aun así, no deja de causar cierta intranquilidad que el Estado pautee a los medios de comunicación.

El ingenio humano sabrá zafarse de una imposición como ésta; posiblemente las radios cumplan con la letra de la ley transmitiendo música chilena en un horario especial, entre dos y seis de la mañana.

La Sociedad Chilena de Derechos de Autor celebra, por supuesto. Con esto, espera aumentar sus ingresos, pero el radioyente interesado tiene otras opciones para escuchar la música que le gusta y explorar cosas nuevas. Habrá que ver si se produce una fuga -que no será muy numerosa; aquí se trata de influir sobre la multitud que nunca ha sido muy independiente- hacia emisoras online.

Por otra parte, los músicos chilenos tenían otros medios para fomentar el gusto por su música, pero parece más fácil influir sobre los legisladores que hacerlo directamente sobre la gente. Se ha dejado de lado el trabajo previo, en la formación de los gustos, sentimientos y aficiones de las personas, que sirven de sustento a las leyes. Se ha dejando de lado y pasado por alto a la sociedad.

El camino que se tomó más parece proteccionismo y aunque un proteccionismo de este tipo no tenga grandes consecuencias siempre implicará algún tipo de injusticia en el otro extremo del tejido de relaciones sociales: cuando en un sistema dinámico e interdependiente se fija, o intenta asegurar, alguna de las partes (en este caso, las ganancias de la Sociedad Chilena de Derechos de Autor) las repercusiones suelen ser más fuertes para las demás partes, que se ven obligadas a soportar una mayor tensión.

Hay otros aspectos de la cultura chilena, sin embargo, que sí se han visto reforzados en este pequeño episodio: pretender arreglar problemas mediante leyes sin prestar atención a las costumbres, y recurrir o usar al Estado para solucionar un asunto que debía haberse resuelto mediante el trabajo de los directamente afectados e interesados.