Economía
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Un estudio realizado por la Universidad Central e Imaginacción ha revelado que el 86% de los chilenos considera que los parlamentarios que han financiado ilegalmente sus campañas tienen que dejar o renunciar a sus cargos de representación. De acuerdo con la encuesta, un 76% cree que no habrá justicia en el denominado caso Penta y un 78% piensa que todos los políticos financian sus campañas de manera ilegal, lo que refleja la negativa percepción que tienen los chilenos sobre la actividad política.
En la otra vereda, un 81% manifiesta que el caso Caval, en el cual se vieron involucrados el hijo y la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, le han causado mucho daño a la imagen y credibilidad de la mandataria. Hasta antes de eso, los atributos que destacaban los ciudadanos en las encuestas eran precisamente la credibilidad, que se mantenía a pesar de las bajas en la percepción de su gestión. Después del caso Caval, evidentemente eso impacta fuertemente y erosiona un atributo muy importante para un líder como es su credibilidad.
Lamentablemente, el estudio de opinión confirma la mala percepción de los ciudadanos en torno a sus representantes, ya que un 76,3% tiene "pésima opinión" de la clase política. Las últimas encuestas en el país, coinciden en un desprestigio de los políticos, tanto del oficialismo como de la oposición. La falta de apoyo a los partidos, e incluso al gobierno, está provocando una crisis de representatividad. Este desplome habla de una tendencia y de una crítica social sistémica, que no sólo está vinculada a los partidos -que generalmente es donde se concentra la caída de la confianza-, sino que en el conjunto de las instituciones.
Si bien es cierto que preocupa el bajo ranking de aceptación a los políticos y las colectividades partidistas, ello debe ser constatado como una gran oportunidad para que asuman los cambios que exige la gente. Especialmente aquellos que se comprometieron a cumplir un programa de trabajo cada vez más prolijo y comprometido con el bien social, deben demostrar que han llegado al Congreso o al Gobierno movidos por un afán de servicio público, cuestión de la que hoy parece que la mayoría ciudadana pone en duda.
Nuestro Gran Concepción, fundamentalmente asentado en el Valle de la Mocha, ha ocupado "terrenos del bajo" desde su fundación. Siendo esta zona un área limitada en terreno firme y rica en acuíferos naturales, ha comprendido poco su condición y real valor paisajístico. Ha optado, en forma consciente o inconsciente, por rellenar algunos pantanos, lagunas, humedales y marismas con la finalidad de contar con mayor terreno plano para edificar y expandir su desarrollo urbano hacia la periferia, lo que ha ido potenciando la situación de "ciudad fragmentada".
En forma planificada o espontánea, el rápido avance de la trama urbana de los 30 últimos años ha saturado y estrangulado algunas zonas dejando mesetas, lomas y cerros secuestrados solitariamente en medio de la ciudad. Dentro de la propia ciudad, nos encontramos con estos hitos naturales que se hallan insertos en la trama, pero con nula convivencia. Son los denominados cerros islas, los que emergen como una oportunidad de ser recuperados e incorporados como protagonistas a la vida cotidiana del ciudadano, así como pueden convertirse en pulmones verdes, parques botánicos y reservas de avifauna, hitos naturales complementados con infraestructura pública, lugares de encuentro, recreación y resguardo, de culto, de ocio y deportes urbanos o simplemente de paseo potenciando su vocación natural de grandes miradores del paisaje y a solo metros de la calle, ruidos y ajetreo diario.
En nuestro caso, cerros como Chepe, Amarillo, La Pólvora, Lo Galindo y, a macro escala, el propio Cerro Caracol junto a los cordones montañosos que van desde el Fundo Nonguén y que emergen nuevamente en San Pedro de la Paz pueden jugar un rol fundamental para "desarrollar un círculo virtuoso entre calidad de vida y desarrollo sustentable".
La necesidad de recuperar los suelos, la formación de una red de avifauna, la recuperación de la flora y especies ya pérdidas o extintas para detener la erosión de los mismos, así como el desarrollo de circuitos "inter cerros", al igual que el proyecto "inter lagunas", podrían llevar a nuestra ciudad a ser referente mundial en la medida que logremos acuerdos y nos dediquemos seriamente a convertir nuestras propias ideas en realidad, y nuestros valores en oportunidad, erradicando todo tipo de soluciones parche o propuestas parciales.
De la misma forma, el simple hecho de reconocer nuestros cerros islas, recuperarlos y utilizarlos como un bien público, evitaría el deterioro, daño y abuso que le damos a nuestro propio entorno que aún no acabamos de comprender. Al parecer, renegamos de nuestra geografía, lo que conlleva a la pérdida o inexistencia de nuestra identidad ligada profundamente a nuestro territorio a veces indomable y, a veces, simplemente incomprendido.