'Dávalos expuso a la Masonería gratuitamente'
La Masonería se autodenomina una institución esencialmente ética, promotora de la moral y el buen ejemplo. Por ello, sus miembros, observan inquietos el transcurso de la agenda pública, donde la peligrosa relación de la política y los negocios ha sido el principal foco de críticas.
Representante de esta preocupación es Sergio Sandoval Lorca, actual Gran Delegado Regional de la Jurisdicción de Concepción de la Gran Logia de Chile, y quien hace 40 años es integrante de la institución.
En su oficina de Castellón 560, en el segundo piso del Templo Masónico, Sandoval aceptó hablar, a título personal, sobre este escenario de dudas y desilusiones ciudadanas, en donde han sido desnudadas las peores prácticas de la clase política. Así también, no rehusó a comentar el episodio que afecta al 'hermano' Sebastián Dávalos Bachelet, hijo de la Presidenta y nieto de un reconocido masón -el fallecido general de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet-, quien cayó en desgracia por el caso Caval y hoy es sindicado como uno de los símbolos de esta crisis de moralidad y falta de ética en la política que transversalmente se reconoce.
-No. Nunca. Desde joven me identifico con el antiguo Partido Radical. Mis padres y mis antepasados, prácticamente todos, fueron radicales. En mi juventud participé un poco, pero no quise militar.
-Les recomiendo militar, ya que es una manera de tener una vida activa. Dentro del trabajo que hay que hacer en el país, es conveniente militar. Ahora, hay que participar con altura de miras, no solo con ideologismos, sino que por tratar de cooperar con los demás a través de la política. Mire, la política es un bien necesario, pero hay que manejarla adecuadamente.
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-No tengo una buena opinión. Los políticos han contribuido a que se desprestigie el pensamiento que ha tenido el ciudadano. Me adhiero a esa terminología de que el político está desacreditado, lo que me parece muy mal, ya que el país necesita políticos. Un régimen democrático necesita los partidos políticos, no puede ser de otra manera, el problema es cómo conseguir buenos políticos, que militen en los partidos, que vayan a los cargos de elección popular y que le respondan a la gente.
-Ese que efectivamente tiene vocación para trabajar por un servicio público, que propone en su región o en su ciudad alguna manera de mejorar las cosas. Que promete y cumple. Que mira el bien nacional y general. Ese es un buen político.
-Para mí el mejor de Chile fue Jorge Alessandri Rodríguez. Fue un buen Presidente, un tipo tan austero que cuando salía de viaje devolvía el viático que le sobraba, ya que entendía que era dinero de los contribuyentes. Eso, para mí, es ser honesto.
-Es difícil la respuesta. Prefiero no dar nombres. Me parece inapropiado.
-Es complejo responder eso, sin embargo le puedo asegurar que todos los masones tienen que hacer bien su trabajo. En general, como imagen, pienso que son buenos políticos.
-Usted sabe de qué un masón no puede dar el nombre de otros masones.
-A ver, creo que el senador por Antofagasta, Alejandro Guillier, un conocido masón, está haciendo un buen trabajo. Carlos Canteros también fue un buen senador.
-Sí, rotundamente. Más que una crisis, creo que es una catarsis. Todo esto se ha manejado muy mal, tanto de parte de los políticos involucrados como del gobierno. Respecto de los partidos políticos, creo que han dejado de ser el centro de pensamientos y factores de impulso de las actividades cívicas, y se han transformado en centros de poder y de intereses de grupos. Por eso los poderes del Estado pierden eficacia en la demanda de la construcción nacional. Esa es nuestra crisis moral y ética, que lleva al decaimiento y a la desconfianza en la política. La tarea es recuperar la confianza en nuestras instituciones, las cuales deben ser reforzadas con la dirección y participación de personas de absoluta probidad y responsabilidad, que tengan como norte el servir a la comunidad.
-Primero, un análisis, un examen de conciencia. Tenemos que ver lo que estamos ofreciendo y cómo estamos actuando. Hay que recuperar la fe y la confianza en las personas y en las instituciones. En una democracia como la nuestra, las instituciones son las que canalizan todas las necesidades de los ciudadanos y eso hay que fortalecerlo, y para ello se necesitan buenas personas. Tanto el caso Penta y como el caso Caval fueron conocidos por la ciudadanía porque no se cumplieron acuerdos laborales y contractuales, con situaciones poco éticas y deshonestas. Por lo anterior, uno deduce que falta el control de las instituciones encargadas de la fiscalización correspondiente. De aquí que creo, por ejemplo, que el periodismo también sería muy útil, por lo que es necesario que exista un periodismo investigador, que pueda cumplir con la pega que no hacen las instituciones.
-Bueno, la Masonería todos los días, en sus diferentes trabajos a través de todo el país y en todo el mundo, le pide a sus miembros de que se preocupen de la cosa pública, que se mejoren como personas. La Masonería es una escuela. Cada persona tiene sus virtudes, tiene sus errores y lo ideal es enmendarlos y mejorarlos. Nosotros no somos santos, pero la petición que nos hace la orden es que nos mejoremos, a través de la experiencia propia, con el examen de conciencia que debe hacer cada persona en su vida, en su comportamiento, en el hogar, en el trabajo y en la sociedad.
-Sí, lo extrañé. Creo que la autoridad, Su Excelencia, debió haber hablado con el Gran Maestro (el ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros) y haberle pedido el nombre de alguno de nuestros miembros que pudiera realizar un aporte en esta comisión. Ese es mi pensamiento.
-Es posible que algo de eso haya existido, pero como le decía antes, la Masonería es una escuela, y en las escuelas o en las universidades, no todos los alumnos aprueban. Sin embargo, no creo que esa haya sido la principal causa. Insisto, creo que algún integrante podía entregar una opinión inteligente y educada en cosas ciudadanas. Creemos que podemos aportar.
-Es posible que la señora Presidenta haya pensado de que, como ha excluido a las instituciones religiosas, también nos podía excluir a nosotros.
-Bueno, esas son cuestiones privativas de la Presidenta, pero en ningún caso ese señor está representando a la iglesia católica, en el imaginario sí, pero oficialmente no
-Me parece muy mal. Creo que la logia donde pertenece deberá revisar su caso. Nosotros tenemos la potestad de interrogarlo, de pedirle explicaciones respecto a su comportamiento, y si este no nos parece ético ni honesto merece sanciones. En la Masonería tenemos tribunales, somos sometidos a un proceso cuando caemos en alguna falta de probidad o a la ética.
-Sí, totalmente. Pero esto podría haberse amortiguado si Su Excelencia hubiese sido más lapidaria cuando dio las explicaciones al país. Si ella hubiese dicho que su hijo cometió un acto deshonesto o poco ético, y por eso lo separo y lo sanciono, creo que ella no hubiera perdido los puntos que perdió en las encuestas.
-Sí, es posible, pero las sanciones son una cosa privativa de la logia a la que pertenece. Ella verá si otorga sanción sobre sus actuaciones, y si es así lo analizan los tribunales internos, donde no hay ni una influencia respecto a la investigación, son totalmente independientes.
-Mire, me voy a reservar esa respuesta, porque le vuelvo a repetir, tiene que haber un tribunal que determine si acaso cumplió todo ese requisito para ser culpable. No le voy a contestar afirmativo ni negativo.
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-Sí, comparto eso. Nadie le preguntó si él era masón o no, lo declaró solo, y con eso, creo yo, comprometió y expuso gratuitamente a la orden.
Los políticos han contribuido a que se desprestigie el