El agua y su importancia para la sostenibilidad
La sequía a la cual se está enfrentando el país pone en evidencia la importancia del agua en nuestra sostenibilidad. La escasez del recurso nos lleva a reflexionar sobre cómo asegurar que todos tengamos acceso a ella.
El agua es vital, pues nuestra salud se ve afectada si no la bebemos en cantidad suficiente y con la calidad adecuada. Como sociedad también utilizamos este líquido para producir nuestros alimentos, elaborar los productos que consumimos y generar energía. La diversidad de usos lleva a que su disponibilidad sea cada vez más limitada.
El crecimiento de la población, la urbanización y el desarrollo económico requieren día a día de una mayor cantidad de agua. Se puede paliar el déficit siendo más eficientes en el consumo. Producir más con menos cantidad de agua. Como indicador de eficiencia se ha acuñado el concepto de huella de agua, es decir el volumen requerido en el desarrollo de un producto o actividad determinada. Sin embargo, la reducción del consumo es insuficiente si el agua disponible se encuentra restringida por la desertificación o las sequías.
Cuando no hay fuentes cercanas, se puede conducir agua desde zonas donde exista en abundancia. No obstante esta solución es técnicamente factible, presenta restricciones económicas, sociales y ambientales. Las primeras se centran en el financiamiento de los altos costos de inversión y de operación, para lo cual se podría recurrir a algún sistema existente. La comunidad beneficiada podría quejarse por los mayores costos del agua que los abastece, mientras que la población de la zona de la cual se extrae el agua de seguro reclamará por la pérdida del recurso. Esto ilustra que el agua requiere ser distribuida con criterios de equidad para que todos los habitantes tengan acceso al recurso, aunque quizá no en la cantidad que cada uno desea. En el reparto también se debe incluir las actividades productivas y la generación de energía que necesita el país para su desarrollo.
La equidad y el desarrollo económico son componentes de la sustentabilidad. Sin embargo, este concepto no sería tal si no se incluye la variable ambiental. No es posible extraer toda el agua de un lugar para el aprovechamiento de la sociedad, pues los ecosistemas la requieren para su funcionamiento. Si el medio natural se degrada perderá su capacidad de retener agua, por lo que habrá menos para todos. Si no cuidamos el agua y el medio ambiente entonces habrá menos que distribuir, afectando nuestra calidad de vida.