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Atraeré a todos hacia mí

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El Evangelio de este V Domingo de Cuaresma nos sitúa a cinco días antes de la Pascua en la cual Jesús, como Cordero de Dios iba a ofrecer su vida en sacrificio en la cruz. En efecto, el capítulo comienza con la precisión temporal: 'Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos' (Jn 12,1). Ese día, en casa de Lázaro y de las hermanas Marta y María, le dieron una cena. El episodio que narra el Evangelio de hoy ocurrió al día siguiente, cuando Jesús entró en Jerusalén aclamado por la multitud.

La fama de Jesús se había difundido a consecuencia de la resurrección de Lázaro, que fue un hecho presenciado por muchos judíos venidos de Jerusalén a Betania: 'La gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro de la tumba y le resucitó de entre los muertos, daba testimonio. Por eso también salió la gente a su encuentro, porque habían oído que él había realizado aquel signo' (Jn 12,17-18).

La fama de Jesús había alcanzado también a los judíos provenientes de la diáspora (dispersión), es decir, de los países de habla griega, que era la lengua hablada en todo el mundo del Mediterráneo: 'Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: 'Señor, queremos ver a Jesús''. Los dos apóstoles con nombres griegos, Felipe y Andrés, acogen este deseo y lo transmiten a Jesús. Pero no es el momento para recibir gloria de los hombres, sino de Dios, como se deduce de las importantes declaraciones con que responde Jesús a la petición.

'Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad les digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto'. Parece haber contradicción entre 'ser glorificado' y 'caer en tierra y morir'. Para Jesús ambos hechos coinciden. En efecto, en el Evangelio de Juan la glorificación de Jesús es su muerte en la cruz. El fruto abundante que obtuvo Jesús por medio de ella, como el grano de trigo que muere, es doble: la gloria de su Padre, por medio de su obediencia filial hasta la muerte, y la salvación del género humano, ofreciendo reparación por el pecado del mundo.

El movimiento de elevación de Jesús en la cruz no concluye en la muerte, sino en la gloria. Y él quiere asumirnos a todos en ese mismo itinerario: 'Yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí'. Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.

Jesús distingue dos tipos de vida que el ser humano está llamado a poseer en esta tierra: la 'vida en este mundo' y la 'vida eterna'. La vida en este mundo es temporal y breve; nos ha sido dada para que nosotros la entreguemos, siguiendo el ejemplo de Jesús, pues en eso consiste el grado máximo de amor: 'No hay amor más grande que el dar la vida por sus amigos' (Jn 15,13). La vida eterna, en cambio, no tiene fin; no acaba con la muerte temporal: el que posee aquí la vida eterna, 'aunque muera, vivirá' (Jn 11,25). Así se entiende la sentencia de Jesús: 'El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna'. 'Amar su vida' consiste en querer disfrutar de los bienes de este mundo de manera egoísta. Pero, para todos es evidente que esa vida terrenal, que se ama y se rehúsa entregar por el bien de los demás, inevitablemente, tarde o temprano, se perderá. En cambio, quien considera que esta vida terrena es un don de Dios, que nos ha sido dado con una finalidad precisa, a saber, entregarla, ése, a los ojos del mundo parece odiarla; pero, en realidad, está guardandola para una vida eterna.

En este tiempo de Cuaresma debemos considerar atentamente estas declaraciones de Jesús y procurar ser asumidos por él en su entrega de la vida: 'Atraeré a todos hacia mí'. Nuestra vida debe corresponder con la de Jesús para que podamos ser incluidos entre los que él atrae hacia sí y, así como el Padre los glorificó a él, nos glorifique a nosotros: 'Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará'. Ya sabemos que servir a Jesús en esta tierra no es posible sino en sus hermanos más pequeños: 'Lo que hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí lo hicieron' (Mt 25,40.45)

Obispo de Santa María

de Los Ángeles

Captar nuevos amigos es el desafío de campaña de Fundación Las Rosas

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Llegar a la tercera edad no siempre es fácil, en especial cuando se vive en una sociedad en que los adultos mayores no reciben el apoyo ni la valoración que merecen. Es por esto que la labor que cumplen distintas instituciones enfocadas en entregar servicios destinados a este segmento de la población es de gran relevancia.

Una de éstas es Fundación Las Rosas, que abarca desde la cuarta región hasta Valdivia. En el Biobío son dos las sedes que albergan a un total de 157 adultos mayores, una ubicada en Talcahuano y la otra en Arauco.

Sin embargo, el consejero regional Biobío de Fundación Las Rosas, Gustavo Alcázar, explicó que para ejecutar el trabajo, entregar una atención adecuada y dar cobijo a las decenas de hombres y mujeres que reciben los hogares, un porcentaje muy importante de los fondos que se generan vienen de los socios, por lo que cada cierto tiempo, es necesario que Fundación Las Rosas eche a andar campañas.

Una de ellas, que concluirá hoy, es la que está enfocada en la captación de nuevos amigos. Concepción, San Pedro de la Paz y Hualpén son las comunas donde se pueden encontrar captadores incentivando a personas para que apoyen a la fundación.

'Para nosotros, tener gente interesada en acompañarnos en esta tarea de hacerle la vida más agradable a los ancianos en sus últimos años, es fundamental. Alrededor de un 40% de los ingresos de la fundación viene de los socios, así que la idea es aumentar el número de amigos que hay en la Región del Biobío', expresó Alcázar.

CARIÑO Y DIGNIDAD

Fundación Las Rosas -donde el 45% adultos mayores son semi y no valentes, que son quienes requieren mayor atención, cuidados, infraestructura especializada y personal enfocado en sus necesidades- cuenta en la Región del Biobío con 8 mil 746 amigos.

Sobre esto, el consejero de la fundación afirmó que junto con reconocer y agradecer el aporte que se ha recibido durante muchos años, hacen también un fuerte llamado a aportar en esta noble causa.

'Entregar un servicio de calidad es carísimo, pero los abuelos no pueden esperar. Mientras no haya algún financiamiento definido por ley, vamos a necesitar aportes de amigos. El ideal sería aumentar en un 30% el total de amigos que tenemos en la Región', puntualizó.

Y es que según agregó Alcázar, el costo de atención de un adulto mayor no valente es de aproximadamente 600 mil pesos mensuales, situación que implica un aumento del personal. 'Un gran porcentaje de nuestro costo se va en remuneraciones a quienes trabajan, ya que si queremos dar un servicio de excelencia no podemos operar sólo con voluntarios, sino que necesitamos gente preparada. Es por esto que esperamos que la gente se decida a ayudar a quienes necesitan cariño y dignidad', concluyó el consejero regional de Fundación Las Rosas.

En la intercomuna