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Amantes del riesgo

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En teoría económica, se usan con naturalidad dos conceptos para explicar el comportamiento económico de personas: amante al riesgo y adverso al riesgo. El primero se refiere a quien asume elevados niveles de riesgo para obtener un beneficio alto. Hay una relación positiva entre beneficio y riesgo. Así, quien se arriesga obtiene un premio. Hemos sido usualmente testigos de muchísimos amantes al riesgo pero no sólo en economía sino también en política, amores y otros.

Al otro lado está el adverso al riesgo, quien no asume ningún riesgo por una actividad, ¡no cruza el río! Hay formulaciones matemáticas para explicar estos comportamientos.

Sin embargo, al ser comportamiento humano, el asunto no es tan simple. En realidad, son dos casos de comportamiento humano extremo y pueden ser considerados como alteraciones respecto a una conducta normal. El amante al riesgo es un comportamiento que involucra factores genéticos, sicológicos y sociales. Esta conducta puede desembocar en grandes inversiones con elevados beneficios económicos pero también se puede perder.

Hay otra faceta a abordar. Al ser comportamiento humano, también adquiere una condición social y de aprendizaje de la cultura donde el arriesgado se desenvuelve. Los amantes al riesgo se observan, en su extremo, diariamente en diferentes ámbitos económicos y sociales. Han realizado grandes obras. Algunos han creado organizaciones educacionales, empresas u otras que han sido aportes a la sociedad pero algunos han terminado emocionalmente muy mal. Este es el caso extremo de un amante al riesgo, termina mal porque su comportamiento de extremo es anormal. La sociedad los necesita pero hay que ejercer cierto control sobre estos comportamientos exagerados.

Este control debe ser de tipo social, sicológico y ético, aspectos que son propios de los sistemas sociales. Así, cuando se está frente a un amante al riesgo exagerado, éste debe ser observado para que las obras que efectúen sean socialmente beneficiosas, pero también que la vida emocional del amante al riesgo, de su familia y la sociedad no sufra alteraciones bruscas que perjudiquen el aporte que ha efectuado y salvaguardar su propia seguridad emocional . A veces, la medicina tiene un papel que cumplir para mitigar el padecimiento de algún arriesgado exagerado.

Al amante al riesgo, hay que regularlo con normas, leyes y educación moral, desde niño, tal que su comportamiento no afecte negativamente al entorno empresarial, sindical, político y familiar, donde sea que actúe. La exageración puede llevar al libertinaje y afectar los principios de libertad y justicia ética.

Medidas por la sequía

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Indap ha decretado "situación de emergencia agrícola" en 17 comunas de la Región del Biobío, debido a la sequía. Once de ellas pertenecen a la provincia de Biobío y son Yumbel, San Rosendo, Laja, Cabrero, Tucapel, Antuco, Quilleco, Santa Bárbara, Alto Bío Bío, Quilaco y Mulchén, mientras que en Ñuble se declaró en San Fabián de Alico, Pinto, Coihueco, El Carmen, Yungay y Pemuco.

La región enfrenta problemas por la escasez hídrica no sólo para sus cultivos, sino que las familias en algunos sectores rurales no cuentan con red de agua potable y dependen del paso de camiones aljibe para abastecerse. Desde hace años las napas se han secado paulatinamente, al igual que vertientes y riachuelos.

La sequía está presente desde 2012 en el país y no hay pronósticos promisorios. En la Cuarta Región se ha perdido la mitad de la superficie cultivada, mientras Biobío, La Araucanía y Los Lagos, están atravesando periodos críticos. La experiencia internacional señala la necesidad de superar una política reactiva ante la crisis y de diseñar planes públicos a largo plazo, que apunten a la sustentabilidad.

La ausencia de lluvias durante el verano fue buena para el turismo, pero golpeó fuerte al agro, por lo que ha ido impactando también los precios de frutas y verduras.

Los afectados deben racionar todos los días el agua en acciones cotidianas, como cocinar, ducharse, lavar la ropa o los utensilios. Las soluciones están lejos de llegar, porque tienen una espera de entre tres y cinco años, que es lo que demora el desarrollo de un proyecto de agua potable rural. O tal vez, la construcción de obras mayores, como embalses.

La sequía es severa y en el escenario que actualmente se vislumbra, traerá problemas especialmente en el mundo rural, donde los pequeños y medianos campesinos no tienen herramientas ni respaldos económicos frente a las pérdidas. En algunas regiones se ha declarado emergencia agrícola, que permite que lleguen recursos para ayudar a los afectados, con medidas más allá del reparto de agua con camiones.

Es preciso pensar a largo plazo, porque el problema actual no es simplemente de un año seco como otros, sino que enfrentamos cambio climático. Algunos estudios dicen que no se volverán a tener los niveles de lluvia de décadas pasadas y para ello hay que prepararse.