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Crisis de credibilidad

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Desde hace un tiempo, la ciudadanía ha tomado conocimiento de una serie de episodios impúdicos, reñidos con las buenas costumbres y la ética. Casos como La Polar, la colusión de las farmacias, el caso de los pollos, la colusión de buses interurbanos, el caso Cascada, caso Penta, el caso Caval y el caso Soquimich, han generado una crisis de confianza en el ciudadano común, un deterioro en expectativas de los inversionistas y pérdida de credibilidad en la institucionalidad.

Este riesgoso escenario, atenta contra el gran capital que posee Chile internacionalmente: no ser un país corrupto y contar con instituciones sólidas y estables. Por tanto, es necesario actuar con urgencia en el esclarecimiento de todos estos hechos, para revertir la crisis de confianza y credibilidad, mediante un saneamiento total que involucre sanciones drásticas, conforme a la naturaleza y gravedad de los hechos.

Hemos de esperar que la Comisión Asesora nombrada por la presidenta, arribe a propuestas claras y factibles de materializar, que permitan regular las relaciones entre la política y los negocios, en un marco de transparencia, participación, autonomía y competencia en el sistema político. Pero además, que garantice que cualquier práctica indebida en la relación política y negocio no lesionará los intereses de las personas, como ha venido ocurriendo con los fondos de las AFP, y el uso de éstos, en inversiones inapropiadas.

Es lamentable que el país entero esté concentrado en este tipo sucesos, dejando de lado cosas también importantes, como los desafíos económicos que debemos asumir en momentos en que nuestra economía requiere de definiciones internas para dilucidar la aprobación e implementación de algunas reformas, como la educacional, laboral y previsional, cuyos resultados son vitales para las expectativas de los agentes económicos para la inversión, el empleo y el crecimiento.

Al final, estos bochornosos hechos, si bien son importantes, también actúan como distractores para evitar que el Parlamento legisle sobre materias tan importantes, como el funcionamiento de las AFP, los indignos montos de las pensiones y el uso abusivo de estos fondos para financiar inversiones en acciones de empresas inescrupulosas. A modo ilustrativo, veamos lo ocurrido con las pérdidas de los fondos de pensiones por el caso La Polar, el caso Cascada, el caso Penta y ahora el caso Soquimich, sin perjuicio de otros daños asociados a la evasión y elusión tributaria.

Esperemos que una vez que la justicia haga su trabajo y sancione a los responsables. Que estos episodios no se pierdan en la memoria de los chilenos, ni menos en los momentos de elecciones en que tengamos que elegir a nuestros representantes.

Incendios forestales

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La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) ha mantenido durante los últimos días la Alerta Roja en las provincias de Ñuble, Biobío y Concepción, y Alerta Amarilla en Arauco, debido a los incendios forestales que han consumido más de 1.700 hectáreas. La característica de estos siniestros es que cada vez se están produciendo en sectores más cercanos a zonas pobladas, por lo que se han puesto en riesgo o destruido viviendas.

En Ñipas, en fuego consumió una decena de casas y en Idahue (San Pedro de la Paz) el fuego estuvo muy cerca de las residencias. También en Santa Juana las brigadas han tenido que esforzarse por controlar las llamas.

Esta temporada se han registrado más de mil siniestros de bosques y pastizales en la Región y los equipos de emergencia deben lidiar a diario con al menos diez focos simultáneos. Para el control, la Región dispone de 27 brigadas de Conaf , otras de las empresas forestales, 7 helicópteros, 4 aviones traídos desde Argentina, 9 brigadas forestales del Ejército y vehículos de apoyo, como camiones aljibes.

De acuerdo con los especialistas, las tendencias climáticas sugieren que una temporada más tardía pero intensa. Al igual que ocurrió en febrero, los meses de marzo y abril serán secos y calurosos, lo que crea condiciones favorables para la ocurrencia de siniestros. Si bien hasta hace unos años los siniestros eran de preferencia rurales, la extensión de las zonas de construcción hace que muchas de estas emergencias se dan en el límite de lo urbano-rural, como ocurrió en Valparaíso, en abril de 2014, en el que se quemaron cerca de 2.500 casas, murieron 15 personas y se afectaron 965 hectáreas.

Esto hace necesario que la ciudadanía asuma las recomendaciones que se dan a conocer en las campañas de prevención, en el sentido de no encender fuego en lugares boscosos o de matorrales secos, y crear conciencia en los niños respecto del peligro que generan los incendios, para el hábitat y sus propias familias. No hay que desconocer tampoco que entre los factores que generan un incendio forestal se encuentra la intencionalidad humana. Fogatas mal apagadas, colillas de cigarrillos, niños que crean fuego para ver funcionar los aviones cisterna y problemas psiquiátricos de algunas personas se encuentran entre las razones.

La irresponsable intervención humana sigue siendo la principal causa de los siniestros forestales.