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Consumidores

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El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) ha dado a conocer, junto al Centro Market Opinion Research International (Mori), la primera fase de una radiografía del consumidor, que se centra en la vulnerabilidad de éstos frente a los mercados. Si bien el estudio revela que casi la mitad de los consultados opina que sus derechos están garantizados, la mayoría desconoce cuales son sus derechos.

Resulta llamativo que uno de cada dos chilenos no está dispuesto a reclamar y que 6 de cada 10 diga que se ha sentido desprotegido durante los últimos 12 meses, ya sea frente a multitiendas, bancos, supermercados, empresas de servicios, Isapres, entre otras.

Se dice que en el sistema de mercado "el consumidor es el rey", sin embargo, parece que este postulado se ha ido olvidando a medida que las relaciones comerciales entre vendedores y compradores se hacen más complejas. Se recordara que una reciente encuesta de la Universidad Central reveló que más del 90% de los encuestados creen que debieran existir más y mejores leyes que resguarden los derechos y la defensa de los consumidores.

Tal vez son demasiados los casos bullados de atentados económicos que se han visto en los últimos años, como la colusión de las cadenas de farmacias, las de las productoras de pollos, las repactaciones unilaterales de deudas de La Polar, las imposiciones de los bancos y de las Isapres a sus clientes. Resulta preocupante, porque puede ser el signo de una pérdida de confianza en actores que son decisivos en el funcionamiento de la economía de mercado, como es el caso de las multitiendas, que captan a la inmensa mayoría de los consumidores, en las compras de productos, en los avances de dinero o en su relación con los bancos asociados a las cadenas.

La confianza del consumidor mide el grado de optimismo que éstos sienten respecto del estado general de la economía y sobre su situación financiera personal. En este caso, la opinión casi generalizada es que hay que elevar las penas para los representantes de entidades que burlan la buena fe de los consumidores.

Si bien el libre mercado y la libre competencia permiten el desarrollo de la empresa privada y de la capacidad emprendedora de las personas, la autoridad debe estar atenta para sancionar situaciones irregulares. Pero el consumidor debe ser el principal fiscalizador.

Evolución del turismo

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Está terminando el verano y ya se tienen cifras de la temporada relacionadas con los resultados económicos de las actividades de turismo en el país. Así, se ha publicitado que el número de turistas extranjeros aumentó significativamente, alcanzando este incremento una tasa de dos dígitos, lo cual ha sido celebrado por todas las empresas e instituciones ligadas a este importante rubro comercial.

Respecto a la industria del turismo, el país tiene expectativas y ha fijado una serie de importantes objetivos, esperándose que en el mediano plazo esta actividad incremente significativamente su contribución al Producto Interno Bruto (PIB). Las cifras han ido respaldando las políticas que se han implementando, unido esto a las inversiones que conjuntamente han ido realizando tanto el sector público como el privado, para hacer del turismo una industria competitiva, innovadora y con tasas de firme crecimiento.

A pesar de las "cuentas alegres" que surgen de los primeros informes de la temporada de verano, se debe tener claridad de la distancia sideral que a esta actividad le falta por recorrer, para tener verdaderamente una industria, aunque de lejos, se asemeje a como ésta se realiza en los principales países desarrollados. Por supuesto, no se puede desconocer que en algunos años, que ya no son tan pocos, se hayan logrado avances sustantivos en la materia, como son aquellos objetivos difíciles de alcanzar, que constituyen un verdadero desafío, principalmente los ligados al turismo internacional.

Sin embargo, es necesario mejorar muchas facetas relacionadas con el turismo y sólo a manera de reafirmar lo anterior, un solo ejemplo; no pueden seguir sucediendo hechos, como la increíble demora que existe cada año, en los trámites fronterizos cuando se viaja a países vecinos, como es el caso del turismo con Argentina, de donde provienen los principales "clientes" del turismo nacional.

Pasar entre 5 y 15 horas en los pasos fronterizos es inadmisible en el presente siglo, con todos los avances técnicos disponibles, a no ser que recíprocamente esto sea producto de una política conjunta sancionada tácitamente con el país transandino. En la misma línea, si se considera el turismo nacional o doméstico, no ocurre una situación diferente, igual falta bastante camino por recorrer y mejorar en muchos aspectos.

Como se puede ver, la industria del turismo ha entregado buenas cifras, pero no debe existir conformidad al respecto, sino por el contrario, urge solucionar con políticas eficientes y bien estructuradas, un sinnúmero de problemas pendientes y que en cada temporada quedan de manifiesto, verificándose que lejos de desaparecer, muchos de ellos, lamentablemente, aumentan.