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El amigo Marcial

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Según la última encuesta Casen, un 14,4% de los chilenos se encuentra bajo pobreza, esto quiere decir que se trata de más de dos millones y medio de personas. Cifras bastante tristes, más penosas aún por políticos que reaccionaron celebrando y colgándose medallas por el descenso.

¿Puede decirse aún que el país es 'un alumno aventajado' en la clase llamada Latinoamérica?

Sin embargo, centraré el análisis específicamente en uno de ellos. Dentro de la rutina diaria hacia el trabajo, observé a un mendigo minusválido que pide limosnas fuera de un conocido centro de pagos. Como en ese lugar los jubilados retiran sus ingresos, supuse que mensualmente podía ganar más que cualquier trabajador.

'Apelando a la caridad de los viejos es fácil', pensé. Así seguí mirándolo día a día con más atención… Cada vez lo veía más alegre, compartiendo con toda la gente que pasa por el lugar, muchos de ellos ya lo conocen.

Comprendí que él no está ahí para ganar dinero, está ahí para sociabilizar: conoce personas, conversa, se ríe y disfruta de sentirse querido.

Luego me di cuenta que había dejado el 'tarro de las limosnas', que no estiraba la mano y no solicitaba dinero a los transeúntes. ¡Ya no estaba pidiendo! Solo aceptaba las donaciones voluntarias de quienes lo veían ahí, en la calle, en silla de ruedas, insolándose en pleno verano, y sufriendo con las ingratas e inesperadas lluvias que han caído en estos primeros meses del año.

Mis sospechas eran ciertas: él tiene más de lo que pareciera a simple vista… pero no se trata de recursos económicos. Está buscando su felicidad, ha encontrado su espacio y ahora no pide lo que ya no necesita.

¿Es posible que él, viviendo en la calle y sin movilidad en sus piernas, sufra menos que la mayoría de los que están en el 85,6% que no sufre de pobreza? Gerardo Schmedling definió el sufrimiento como 'lo que no somos capaces de aceptar'.

Al día siguiente cruzaba la calle para comprar comida. Matizaba el esfuerzo de movilizar sus ruedas con una calma envidiable. Una muestra clara de que la aceptación de su realidad demuestra que en realidad él podrá ser callejero y, a veces, un mendigo; pero nunca, pobre.

Así, en nuestro último encuentro le entregué un par de monedas. Él sonrió y agradeció con su boca desdentada, dijo que su nombre era Marcial.

'Cuídese, amigo', lancé antes de irme. Respondió con una mirada emocionada y un cariñoso apretón de manos.

Por un momento, compartimos alegría.

Alexis Apablaza Campos

Metas educativas 2021: crecimiento sin calidad y sin equidad

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El Proyecto 'Metas Educativas 2021' de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) se origina en El Salvador con ocasión de la reunión de Ministros de Educación Iberoamericanos. Se presenta en la antesala de la celebración de los Bicentenarios de las independencias de la mayoría de los países iberoamericanos, lo que se aprovecha para gestar una motivación histórica en la región y reimpulsar una educación de calidad para todos (EPT).

El documento final fue aprobado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en diciembre de 2010 en Mar Del Plata, Argentina. Para cumplir adecuadamente esta misión, la Cumbre Iberoamericana de 2010 creó el Instituto de Evaluación y Seguimiento de las Metas Educativas (Iesme), cuyo funcionamiento está asegurado por la OEI.

Los objetivos propuestos eran mejorar la calidad y equidad en la educación para hacer frente a la pobreza y desigualdad imperantes en los países firmantes y, de esta forma, favorecer la inclusión social. La OEI abordaba decisivamente, y de una vez para siempre, problemas no resueltos en esta parte del mundo como analfabetismo, abandono escolar temprano, trabajo infantil, bajo rendimiento de los alumnos y escasa calidad de la oferta educativa pública. Quería hacer frente a las demandas de la sociedad de la información y del conocimiento, incorporando las TICs en la enseñanza y el aprendizaje; apostaba por la innovación y creatividad, y motivaba un fuerte desarrollo de la investigación y el proceso científico.

El proyecto debía apuntar a las transformaciones sociales necesarias que hicieran posible el éxito del esfuerzo educativo en la región. Además, buscaba que las naciones compartieran programas de acción que permitieran una educación más justa al interior de cada país, con mayor equidad social y nivel cultural de la población, orientada especialmente hacia colectivos olvidados como los grupos originarios, afrodescendientes, mujeres y a quienes que viven en zonas rurales. Llevadas a Chile, esas metas educativas, trascurridos casi tres años de la celebración del Bicentenario de la independencia de país (2010), aparecen como una mera utopía.

En tres gobiernos sucesivos no sólo no ha existido discusión ciudadana acerca de políticas públicas, programas y proyectos a desarrollar para alcanzar las metas, muy por el contrario, la postergación de quienes debían ser incluidos y considerados (por imperativo moral), sigue esperando que los políticos y empresarios se dignen priorizar el bien común, que promuevan bienes públicos esenciales para la inclusión social y muchos de ellos abandonen a tiempo la carrera por ganar dinero y concentrar poder en que están enfrascados.

Aladino Araneda Valdés

Netanyahu critica acuerdo con Irán desde Washington

Mabel González / Agencias

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En un discurso que ha provocado controversias políticas en los dos países, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo ayer ante una sesión conjunta del Congreso de EE.UU. que las negociaciones que adelanta Washington con Irán serían 'casi una garantía' de que Teherán llegue a tener armas nucleares, un paso que, dijo, el mundo debe evitar a toda costa.

'Irán ha probado una y otra vez que no merece confianza', sin importar lo que diga sobre permitir la verificación de los términos de cualquier acuerdo creado con el fin de evitar que tenga armas nucleares, dijo.

Netanyahu advirtió que 'es un mal acuerdo. Es un muy mal acuerdo', y vaticinó que éste llevará al mundo a afrontar 'un Irán más peligroso, un Oriente Medio lleno de bombas nucleares, y una cuenta atrás hacia una pesadilla nuclear potencial'.

Netanyahu habló poco después que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se reuniera durante más de dos horas en Suiza con el ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, con la esperanza de acordar un marco internacional para un acuerdo que reduzca las ambiciones nucleares de Teherán.

La exhortación del líder israelí ocurre dos semanas antes de las parejas elecciones en su país, donde aspira a un nuevo periodo, y después de que la invitación de dirigirse al Congreso extendida por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, provocara una tormenta política en EE.UU.. Más de 48 representantes y senadores demócratas dijeron que no asistirían al discurso, algo muy poco común dados los estrechos lazos entre ambos aliados.

Muchos de los planteamientos de Netanyahu fueron recibidos con fuertes aplausos por parte de los legisladores federales, y no sólo republicanos. Pero la retórica no persuadió a todos.

Nancy Pelosi, líder de la minoría en la Cámara, hizo un esfuerzo visible por no aplaudir. Y cuando el líder israelí pidió un mejor acuerdo con Irán, abrió los brazos a manera de exasperación e hizo un gesto negativo con la cabeza. La Casa Blanca expresó su disgusto con el discurso, y despachó al vicepresidente Joe Biden a un viaje al extranjero, lo que significó que no ocupó su lugar tradicional en la tribuna de la Cámara durante la alocución. Netanyahu tampoco se reunió en la Casa Blanca con Obama.

La exhortación del líder israelí ocurre dos