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Rusos honran la memoria de opositor asesinado

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Decenas de miles de personas marcharon ayer por el centro de Moscú para honrar la memoria de Boris Nemtsov, líder opositor ruso asesinado de cuatro tiros en la espalda, y para expresar su indignación con el Kremlin, al que culpan de sembrar el odio que pudo motivar el crimen.

"Que unos canallas hayan llegado a esto es culpa de las autoridades. En los últimos años, han favorecido la intolerancia y la maldad en la sociedad rusa (...) porque se creían que era todo un juego", dijo Mijaíl Kasiánov, uno de los líderes de la oposición liberal más cercanos a Nemtsov.

Situado en la cabecera de la multitudinaria marcha, el hombre que fue primer ministro y que hasta el trágico asesinato compartía con Nemtsov la presidencia del Partido Republicano de Rusia, acusó al Kremlin de instigar el odio al tachar de "traidores a la patria" a las personas que se oponen a su política.

"Que a los defensores de un futuro democrático para este país nos llamen 'quinta columna' o 'traidores a la nación', incluso en lo más alto, incluso por boca de (el Presidente ruso, Vladimir) Putin, es lo que empuja a los locos a cometer estas acciones", denunció Kasiánov.

Una marea de banderas rusas con crespones negros fluyó desde el lugar donde se inició la marcha hasta el puente sobre el río Moscova donde fue abatido Nemtrov al filo de la medianoche del viernes, a escasos metros de la Plaza Roja y el Kremlin. "Nosotros somos los auténticos patriotas, porque somos los que defendemos las libertades que están en la Constitución, que es la base de una Rusia democrática, en la que las libertades y los derechos fundamentales son el valor supremo", explicó Kasiánov el mensaje que llevaron los manifestantes a los muros del Kremlin.

Al aproximarse a la escena del crimen, la gente coreó en voz baja "Rusia sin Putin" e incluso algún "No a la guerra", en alusión a las denuncias que hacía Nemtsov sobre la participación de militares rusos en el conflicto de Ucrania.

Vázquez vuelve a la Presidencia de Uruguay instando a la unidad

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Con un fuerte llamado a la unidad nacional Tabaré Vázquez asumió ayer como nuevo Presidente de Uruguay en sustitución de José Mujica, quien culminó su mandato constitucional de cinco años. Vázquez, un médico oncólogo de 75 años, ya presidió el país entre 2005 y 2010, cuando abandonó el poder con un índice de popularidad mayor al 70%.

En su primer discurso en el Parlamento al asumir el cargo, Vázquez apeló a la unidad por encima de las diferencias partidarias y llamó a "analizar y discutir juntos y con respeto los distintos caminos para lograr la mejor educación pública" y mejoras en los sistemas de salud y vivienda.

Vázquez dijo que su Gobierno se inspirará en el legado del prócer José Artigas (1764-1850), un caudillo inflexible en su lucha por la libertad, la república y los derechos de los más desposeídos, hoy venerado por todos los sectores políticos del país.

El nuevo Presidente recordó que Artigas, tras vencer en una batalla contra los españoles en la época de la colonia, pidió clemencia para los vencidos, y usó esa imagen para una velada crítica al grupo terrorista Estado Islámico: "Qué diferente al momento actual, donde se inmolan víctimas, se graban por televisión y tristemente se muestran como su fuera un espectáculo circense o deportivo".

En esa línea, el nuevo Presidente señaló que hoy en el mundo ocurren cosas "sencillamente horribles". "Pocas veces en su historia la humanidad se vio tan sacudida y tan golpeada, tan abrumada, como en estos tiempos. La violencia, el miedo, el terror, la intolerancia campean en distintas regiones de nuestro planeta", dijo.

Para el politólogo Daniel Chasquetti, profesor de la Universidad de la República, "Vázquez apeló a Artigas buscando rescatar los fundamentos de la democracia y la república en Uruguay".

"El mensaje fue claro: vivimos en un mundo muy complicado, que está mal y con millones de problemas, pero Uruguay tiene dónde buscar soluciones: están en el legado de Artigas, en su reivindicación de la justicia, la república, los derechos individuales y la protección de las minorías. Esos son los fundamentos de nuestra democracia y nuestra historia republicana", opinó.

Para Chasquetti, el tono del discurso marcó una clara diferencia con lo que suelen ser las declaraciones de Mujica, que muchas veces tienen un tono "refundacional".

En el Parlamento, escuchando el discurso de Vázquez, se encontraban los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Paraguay, Horacio Cartes; de Chile, Michelle Bachelet; de Perú, Ollanta Humala; de Ecuador, Rafael Correa, y de Cuba, Raúl Castro.

El ahora ex Mandatario de Uruguay, José Mujica, pidió ayer al pueblo uruguayo "que haga todo lo posible" para apoyar al Gobierno de Vázquez. "Es un día de unidad nacional, de mi parte muchas gracias por lo mucho que me ha dado el pueblo uruguayo", añadió un emocionado Mujica cuando abandonaba la Plaza de la Independencia de Montevideo donde tuvo lugar la ceremonia.

El nuevo Mandatario recibió de manos de su antecesor la banda presidencial, un gesto que recordó al que se produjo hace cinco años en la misma ceremonia, cuando la entrega fue a la inversa.

Al igual que Mujica, Vázquez integra el Frente Amplio, una variopinta coalición de partidos de izquierda que reúne desde demócratas cristianos hasta comunistas, pasando por socialistas y ex guerrilleros. Vázquez está asociado a los mayores triunfos de su fuerza política. Fue alcalde de Montevideo entre 1990 y 1995, y tras dos intentos fallidos también conquistó la Presidencia de Uruguay por primera vez para el Frente Amplio.