No hubo acuerdo. Por eso, tras la reunión de los 19 países que comparten el euro, que tenía como objetivo lograr un consenso, el Eurogrupo ejerció presión sobre Grecia y le otorgó como plazo hasta el viernes para decidir sobre una nueva prórroga de la parte europea del rescate al país.
"Hemos dicho que estamos listos para continuar nuestras conversaciones. Ahora depende de las autoridades griegas decidir si quieren una extensión, si quieren aceptar la oferta de flexibilidad existente en el programa, pero también de dar todos los compromisos" solicitados por los socios, informó el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en rueda de prensa.
Agregó que "hubo una opinión muy fuerte acerca de que el próximo paso tiene que venir de parte de las autoridades griegas. Ellas tienen que tomar una decisión".
La parte europea del rescate vence el 28 de febrero. "Creo que tenemos esta semana, pero eso es todo", resaltó Dijsselbloem.
"Si la solicitud llegara, la revisaríamos y preguntaríamos a las instituciones para que nos aconsejen y entonces, si podemos ver un resultado positivo, podría convocarse un Eurogrupo extraordinario el viernes" , afirmó el también ministro de Finanzas.
Por su parte, el ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, se mostró dispuesto a aceptar prolongar el "acuerdo del préstamo" a Grecia pero no el "programa", y pidió a sus socios que dejen de lado los ultimátum y traten de encontrar con Atenas "como iguales" un acuerdo que suponga una "buena solución".
Varufakis subrayó que estaría dispuesto a aceptar prolongar el "acuerdo del préstamo" concedido a Grecia con ciertas condiciones asociadas a éste y a mantener implicado al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al término de la reunión del Eurogrupo, Varufakis dijo a los otros socios del euro que "en la historia de la Unión Europea nada bueno ha surgido de los ultimátum", en referencia al plazo que le dieron a Atenas para aceptar su oferta.
Varufakis lamentó que Dijsselbloem no aceptara su propuesta, que se comprometía a no aplicar durante seis meses ninguna medida del programa electoral de Syriza que pudiera suponer un desvío presupuestario o afectar a la estabilidad financiera.