Para fomentar medidas destinadas a reducir la carga mundial del cáncer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones recuerdan cada 4 de febrero el Día Mundial contra el Cáncer.

Este es un problema creciente en todo el mundo, por varias razones, entre las que figura el envejecimiento de la población y los cambios en los estilos de vida que aumentan la prevalencia de riesgo. Los principales factores detonantes son el tabaco, la obesidad, el bajo consumo de vegetales y frutas, la falta de actividad física, el abuso del alcohol y la infección con el virus del papiloma humano por transmisión sexual.

La OMS ha dicho que la cantidad de casos aumentará más de dos tercios en todo el mundo en los próximos 20 años. La mayoría de los que se proyectan ocurrirán en países de bajos y medianos ingresos. También los estudios del organismo revelan que los tipos de cánceres que lideran en América son pulmones, próstata y colorrectal, en los hombres, y el cervicouterino y de mamas, en las mujeres.

De hecho, algunos analistas piensan que en el 2020, el cáncer podría transformarse en la primera causa de muerte en Chile. Se cree que más de 50 mil personas en la Región del Biobío padecen algún tipo de esta enfermedad, algunos con alta mortalidad. Hay algunas particularidades, como las denuncias que se han hecho de que en Nacimiento ha aumentado el cáncer gástrico en los hombres. Anualmente se pesquisan unos 4.500 casos nuevos de la enfermedad en nuestra región. Éste es un problema de salud pública, porque se trata de una verdadera epidemia.

Según los especialistas, demasiada gente es diagnosticada tardíamente, cuando la enfermedad es mucho más difícil de tratar y es más posible que lleve a la muerte del paciente. Los investigadores estiman que para el año 2030, serán diagnosticados 1 millón 700 mil casos en Latinoamérica y el Caribe, y habrá más de un millón de muertes debido a la enfermedad cada año.

En consecuencia, la prevención es importante de igual manera para quienes viven en naciones ricas como en las de menos recursos, y todos los países necesitan invertir ahora en mejorar los servicios de salud para manejar la cantidad en aumento de pacientes con el mal.

Aunque pueda parecer extraño, algunas personas se resisten ante la perspectiva de las vacaciones. Sea porque se consideren indispensables o trabajólicos, por temor de encontrar su puesto de trabajo ocupado después de las vacaciones o crean que es una pérdida de tiempo, porque la presión familiar o el gasto implícito en las vacaciones les parece excesivo, porque desde su punto de vista, las vacaciones comienzan cuando éstas terminan. O tienen perros que le cuiden la casa y ahora viene el problema de quién va a cuidar los perros; porque que les falten kilómetros en su tarjeta o la disyuntiva entre arreglar el techo de la casa o gastar en viajes.

Pero, sin lugar a dudas, tomarse unas buenas vacaciones es muy importante. Se sienta cansado o no, la fatiga y el stress acumulados afectan directamente la resistencia física y las capacidades intelectuales y por lo tanto, un descanso se transforma en un espacio que permite desconectarse del trabajo de todos los días y por ende, puede ayudar bastante a retomarlo con plena energía.

Cuando no se ha hecho uso de las vacaciones por un tiempo prolongado, se corre el riesgo de aumentar el nivel de stress y con ello hacerse más vulnerable al agotamiento profesional, cuyas consecuencias pueden ser dramáticas. Unas buenas vacaciones forman parte de una adecuada higiene laboral, puesto que el cansancio y el agotamiento profesional han dejado de ser un tabú y se ha comprendido que no son producto de alguna debilidad, sino que muchas veces de una mala gestión del trabajo.

No es necesario escaparse al Caribe u otros destinos lejanos y postear fotos en las redes. Algunos se quedarán en casa, pero el sólo cambio de actividades puede contribuir a olvidar las preocupaciones cotidianas del trabajo. El simple hecho de desconectarse del celular o de internet o de abrir un libro bajo un árbol, constituyen una vía de escape ideal. Algunas pequeñas excursiones y actividades agradables, un paseo en auto sin rumbo fijo, pueden ser una aventura entretenida para toda la familia.

Unas buenas vacaciones, constituyen una instancia en que tanto, la empresa como los trabajadores ganan. El colaborador que vuelve de vacaciones será más cuidadoso, se relacionará de mejor manera con el equipo, lucirá menos irritable, estará menos estresado y por ende será más productivo, colaborando de mejor forma con los objetivos asignados.

Entonces, disfrute de los beneficios de unas agradables vacaciones. De usted depende, disminuir el nivel de stress, mejorar sus capacidades intelectuales, su salud física, consolidar los lazos familiares, apreciar la vida, recargar las pilas, etc. Todo ello, sin sentirse culpable.