El distrito 20
Son varios los efectos que aún están por verse con el recientemente aprobado sistema electoral proporcional, supuesta panacea que dará solución a los muchos y variados problemas que aquejan al país.
Uno de éstos es la distante e incluso ausente relación que actualmente se da entre el parlamentario y el ciudadano, relación que en definitiva lleva a que el diputado o senador sea percibido más como un funcionario preocupado de cautelar sus intereses antes que los de sus representados.
Pues bien, ¿superará el nuevo sistema electoral esta situación? Veamos solo un ejemplo. Actualmente el distrito 45, está conformado por seis comunas geográficamente muy distantes -Coronel, Florida, Hualqui, Penco, Santa Juana y Tomé-. Con la reforma, dicho distrito se fusionará con los actuales 43 y 44. Vale decir, a las seis comunas ya mencionadas, se sumarán otras cinco: Concepción, San Pedro de la Paz, Chiguayante, Talcahuano y Hualpén. ¿Será capaz un diputado de abarcar estas 11 comunas -desde ahora distrito 20-, de atender a sus electores, de participar de sus actividades y demases responsabilidades?
Si en la actualidad esto se hace difícil, con el nuevo sistema -que se espera debute el 2017- las probabilidades serán mucho más escasas, más aun si los parlamentarios decidieran estratégicamente centrar su trabajo solo en aquellas comunas con más electores en desmedro del resto. El resultado: diputados más desconectados de sus electores, y electores más molestos con sus diputados. En suma, más descrédito a la actividad política.
Pero en el otro extremo podría suceder que algunos diputados estuvieran más preocupados de participar de sopaipilladas, kermesses, bingos; de regalar canastos familiares y hornos microondas para un sinfín de rifas, antes que de legislar y fiscalizar, tareas cuyas calidades hoy están cuestionadas.
En efecto, muchos de los proyectos de ley son hechos a la rápida, con severas desproligidades, y en algunos casos, petéticos contenidos que más caben en alguna publicación humorística que en un trabajo legislativo serio. Lo mismo ocurre con las fiscalizaciones, hoy efectuadas con cálculo mediático, donde al final el mérito de las indagaciones está supeditado al color político del investigado .
Cuando se habla que la reforma al sistema binominal se hizo pensando en los partidos políticos, en sus cuotas de poder, más que en la ciudadanía, parece que se estaba en lo cierto. Este 'traje a la medida' más que favorecer a uno u otro sector político, beneficia a los políticos en general, en desmedro de los electores, de la gente.
Una vez más los políticos son los causantes de sus propios males, de sus propias desgracias. Por tanto, que no se quejen.