Región marítima
Es un lugar común decir que "Chile es un país marítimo". Esto puede resultar lógico si uno considera la gran cantidad de kilómetros de costa que circundan nuestro país. Sin embargo, la situación geográfica no debería ser el único elemento relevante a considerar para caracterizar a un país.
Un elemento relevante debería ser la importancia que tiene el mar para el desarrollo nacional. Vale decir, ¿de qué forma interviene el mar en el proyecto de sociedad de una nación? También es válido preguntarse para los proyectos de desarrollo de las regiones como su actividad diaria descansa sobre los recursos que entrega el mar. Esta pregunta parece relevante plantearla en nuestra región en este momento en que distintos actores participan de la discusión de la Estrategia Regional de Desarrollo para la Región del Biobío.
Esta estrategia debería reflejar la visión que la región tiene de sí misma y definir la trayectoria que desea seguir en los próximos años.
El mar es fuente de recursos de distinta índole que impactan sobre el bienestar de la población. Constituye claramente una fuente de alimentos renovables que sirve para nutrir a la población. Pero la actividad productiva en el mar, como la pesca extractiva y la acuicultura, no sólo produce bienes alimenticios, sino además un conjunto de bienes y servicios de distinta índole que impactan sobre nuestro bienestar.
El mar también es un espacio y un marco donde se desarrollan distintas actividades como son el transporte de carga y de pasajeros, y donde se ubican puertos, muelles, centros de descarga y acopio, instalaciones científicas y militares, en su costa se ubican viviendas, ciudades, naves.
A la vez es un espacio para la recreación y el desarrollo de deportes por las personas. Pero también constituye un espacio donde se pueden generar peligros y catástrofes, como tsunamis, inundaciones, y tormentas.
Finalmente, es un elemento fundamental que interactúa con el clima, la geografía y condiciona todo el equilibrio del ecosistema en que vivimos.
La pregunta central desde la perspectiva de la Estrategia Regional de Desarrollo es cuál es el futuro que vemos asociado al mar. ¿Es posible pensar una región donde los recursos marinos no se agoten o no se contaminen por la acción del hombre, donde las diversas actividades se organicen en forma equilibrada y compatible entre sí, donde se fomente la calidad de vida de las personas, dónde exista la preparación para enfrentar de buena forma las catástrofes naturales? ¿Podemos pensar en proyectos de desarrollo futuro asociados al mar? Si esto es posible, entonces quizás sí podemos pensar en nuestra región como una región marítima.
Año tras año, las autoridades del Ministerio de Salud le piden a la población que adopte todas las medidas necesarias para prevenir posibles contagios de virus hanta, principalmente cuando llega la temporada veraniega, donde aumenta la poblaciones de ratones y se suma la cantidad lamentable de incendios forestales. Para los especialistas, esta combinación de factores fortalece el peligro de contagios.
Tal como se ha informado en estas primeras dos semanas del año, el aumento de siniestros forestales obliga a los animales silvestres a escapar -entre ellos se encuentran los ratones colilargos que portan el virus del hanta- y que pueden acercarse a zonas habitadas por personas, en busca de alimentos.
El contagio del virus se produce a través de la orina y saliva de los roedores de cola larga, por lo que se recomienda a las personas que visiten esas zonas ventilar durante media hora las viviendas, limpiar el piso con agua y cloro, botar la basura en recipientes cerrados y no consumir frutos silvestres, entre otras medidas.
La enfermedad comienza con un cuadro similar a una gripe, con fiebre, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, a veces acompañado con síntomas gastrointestinales, y con dificultad respiratoria progresiva. Estos pacientes necesitan ser diagnosticados oportunamente y derivados a hospitales que posean camas UTI, ya que su manejo es muy complejo y requiere atención especial.
De la población total de roedores que hay en las zonas rurales de las regiones de la zona centro-sur, usualmente el 25% es de cola larga y, de éstos, el 10% son portadores del virus hanta. Sin embargo, de acuerdo a lo informado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), hay regiones como el Biobío o La Araucanía donde los roedores de cola larga pueden llegar hasta el 60% y el 20% de ellos puede ser portador de hanta. En cuanto a la letalidad, lo común, en años anteriores, era que bordeara el 40%, sin embargo el año pasado llegó a 69,2% en la Región, tal como se informó en la edición de ayer de Diario El Sur.
Sin embargo, y así lo han manifestado los especialistas de Salud, en la medida que la población adopte medidas de higiene preventiva, de acuerdo a las recomendaciones, especialmente en las zonas rurales, se puede aminorar el riesgo, y de esta manera no tener que lamentar contagios que, en la mayoría de los casos, resultan ser mortales.