Caso Penta y la UDI
A medida que se van conociendo más detalles del denominado caso Penta, la sensación de molestia y desilusión de la ciudadanía sigue en aumento. Ayer, por ejemplo, la última encuesta Adimark dio cuenta de que el presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Ernesto Silva, es el líder de partidos peor evaluado por la gente (27% de aprobación contra 64% de rechazo), justo en las semanas donde se han conocido detalles de su participación en este caso que revela el financiamiento irregular en las campañas políticas.
El miércoles pasado, en tanto, el senador UDI por la Región de Los Lagos, Iván Moreira, admitió que utilizó un "mecanismo irregular" para pedir recursos que le permitieran financiar su campaña, primero como precandidato por Santiago Oriente y luego como candidato en la Décima Región. El legislador argumentó que la entrega de dineros se materializó a través de boletas de honorarios a terceros.
Estas declaraciones de Moreira golpearon sin anestesia al mundo político, donde el gran afectado fue su propio partido, principalmente al resto de los parlamentarios gremialistas involucrados en el caso que aún no han dado explicaciones coherentes en cuanto a su participación.
Si bien algunos valoraron que el senador Moreira haya decidido enfrentar este cuestionamiento de manera pública, lo claro es que argumentar que esto "tuvo como única finalidad conseguir aportes que me ayudaran a solventar una difícil contienda electoral", no es explicación justificada para un proceder irregular.
Ante todo, más allá de este caso en particular, la mirada pública está puesta en un tema de fondo, que dice relación con el vínculo existente entre personeros políticos y privados que tras el aporte financiero a las campañas pudieran luego contar con influencia directa en las decisiones que tomen los personeros políticos.
Una situación que, sin duda, merece ser aclarada, para establecer si existen transgresiones a las normas legales, sean éstas del ámbito electoral o tributario, lo que sería muy grave si involucra a autoridades en ejercicio.
Luego de eso, es necesario profundizar el debate sobre el modo de hacer política en el país y sobre todo la fórmula de financiamiento de las campañas. Por lo conocido hasta ahora, es a lo menos cuestionable el manejo que ha tenido la máxima dirigencia del partido en este conflicto.
Las declaraciones de Moreira golpearon sin anestesia al mundo
político, donde el gran afectado fue su propio partido y, en
especial, el resto de los parlamentarios gremialistas involucrados.