Inversión en educación
En estos últimos meses en que se ha discutido sobre la reforma educacional, no cabe duda alguna que el concepto de calidad ha captado importancia como objetivo en todos los estamentos. El gran anhelo es lograrla, ya que de ello depende el éxito de un cambio en el modelo.
Sin embargo, no muchos tiene claridad absoluta sobre el significado de este concepto, por lo menos a lo que educación se refiere. Para los expertos, calidad es un parámetro que va más allá de los indicadores que arrojan las pruebas estandarizadas. La calidad trasciende al puntaje logrado en el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (Simce) o en la Prueba Selección Universitaria (PSU).
Claramente, la calidad se evidencia en una sala de clases, donde debe haber estudiantes comprometidos y entusiastas con su proceso de aprendizaje y docentes conscientes de la gran responsabilidad que implica formar a los más jóvenes. La calidad la debemos constatar días a día en establecimientos que otorguen una formación integral e inclusiva.
Se trata de una tarea de largo plazo que implica tener un enfoque libre de egoísmos. Los resultados los veremos en un futuro no tan cercano. Pero si estamos pensando realmente en el bien de Chile, hay que partir ya con modificaciones sustanciales, ya que de esta forma se impulsará un verdadero avance en la calidad de la enseñanza.
Es clave incrementar los estándares en la formación de los futuros profesores. Aumentar el puntaje PSU de las carreras de Educación es un piso para iniciar un proceso de selección que debería incluir otras pruebas que revelen el grado de vocación y las habilidades para trabajar con niños de los postulantes.
Propiciar efectivas alternativas de perfeccionamiento para los profesores es otra de las inquietudes que requieren celeridad, como también la mejora de las condiciones económicas y laborales. En ese sentido disminuir la cantidad de alumnos por aula es un desafío impostergable.
Llegar a ese objetivo de avanzar hacia la calidad significa una ambiciosa inversión de recursos públicos, principalmente cuando el foco no está puesto en los primeros años, que es cuando se pueden hacer cambios sustantivos para el futuro.
Propiciar efectivas alternativas de perfeccionamiento para los
profesores es otra de las inquietudes que requieren celeridad,
como también la mejora de condiciones económicas y laborales.