Prevención de incendios
La Onemi, la Conaf y la Corporación de la Madera han mantenido una alerta frente a la ocurrencia de incendios forestales en la Región del Biobío. Las autoridades han considerado que se dan una serie de factores que pueden contribuir al mayor riesgo de siniestros, como las fiestas de fin de año e inicio de vacaciones, que llevan a las familias a concurrir a zonas boscosas y rurales, la compra ilegal de fuegos artificiales. Asimismo, el 50% de los incendios se produce en el límite entre las ciudades y los terrenos boscosos, por lo que el organismo ha llamado los padres a que instruyan a sus hijos para que no prendan los pastos altos y secos. Muchas veces lo hacen por ver a los helicópteros en acción.
La ciudadanía debe tomar conciencia del peligro y el daño que ocasionan los siniestros en el área urbano-rural, sobre todo en estas fechas, cuando a pesar de la prohibición de la venta de fuegos artificiales, su adquisición ilegal sigue provocando daño de quemaduras por mala manipulación e incendios forestales cuando éstos caen en pastizales. Del mismo modo, hay que ser cuidadoso cuando se realizan paseos, para no dejar caer cigarrillos, no encender fogatas en áreas no permitidas y, en todo caso, apagarlas al momento de retirarse.
El llamado de las autoridades es reiterativo hacia la población, pues la irresponsable intervención humana sigue siendo la principal causa de los siniestros forestales. Por eso, la protección de la silvicultura requiere en la Octava Región la mayor de las preocupaciones, pues los bosques de pino insigne y eucalipto representan la segunda fuente de ingresos del país.
Tomando en cuenta también que el espacio urbano y el bosque en el Gran Concepción ya no se miran de lejos, ya que en muchos casos se encuentran frente a frente o colindan, el riesgo de incendios forestales también debe preocupar a las empresas del rubro y a los habitantes. De allí que en la Región del Biobío las campañas sean vitales para la prevención y para evitar tragedias como la ocurrida en los cerros de Valparaíso, en abril de 2014, que dejó más de 2.900 viviendas destruidas, 12.500 personas damnificadas, 15 víctimas fatales y más de 500 heridos.
El bosque no sólo proporciona riqueza y trabajo, ante todo mantiene el equilibrio biológico de un ecosistema y de todas las especies que habitan en él, incluido el ser humano.