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Enfermedades cerebrovasculares

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Esta semana se publicó en la prestigiosa revista médica internacional, The Lancet, una investigación sobre las causas globales y específicas por país de mortalidad prematura y su impacto o la carga que producen en la sociedad (Global Burden of Disease).

Señala que Chile y China sobresalen por un aumento de la expectativa de vida más rápido que la tendencia global mundial. La misma publicación destaca que las principales causas de muerte prematura en nuestro país son las enfermedades crónicas no trasmisibles en especial las enfermedades cerebrovasculares Infarto cerebral y hemorragias cerebrales) y la enfermedad isquémica del corazón (infarto cardíaco). Especial importancia tiene las enfermedades cerebrovasculares que son hoy en día la segunda causa de muerte prematura específica en Chile.

De acuerdo las publicadas un 10% de todas las muertes anuales se deben a esta causa, lo que corresponde aproximadamente a 11.233 personas el año 2013. Pero desgraciadamente el riesgo de morir por enfermedades cerebrovasculares no es homogéneo en Chile, siendo especialmente alto en la región del Biobío y particularmente en la provincia de Ñuble por causas que se desconocen (más casos, casos más graves, dificultades en la atención de los casos?). Además se estima que al año se producen unos 30 a 35.000 casos nuevos de enfermedad cerebrovascular o ataque cerebrovasculares), de los cuales un 20 a 25% fallece y un 30-35 queda discapacitado. Esto significa que cada día se producen 82 casos nuevos (3.5 por hora) y 27 fallecen (1.1 por hora) en nuestro país.

El Ministerio de Salud a través de la Departamento de Enfermedades no Transmisibles, División de Prevención y Control de Enfermedades en conjunto con sociedades científicas, universidades y expertos desde el año 2007 ha desarrollado políticas de salud específicas para enfrentar las enfermedades cerebrovasculares incluyendo Guías de práctica Clínica nacionales, incorporación al AUGE, objetivos sanitarios 2010-20120 y este año la presentación del plan de acción ataque cerebrovascular. Sin embargo estos datos en especial los relativos al impacto de las enfermedades cerebrovasculares en la región del Biobío nos deben llevar a actuar haciendo políticas de salud específicas para las enfermedades cerebrovasculares regionales e investigando las causas de esto e intervenir para prevenir más y tratar mejor.

Afortunadamente el Fondo Nacional de Investigación en Salud este año ha financiado el proyecto Ñandú, un estudio sobre las enfermedades cerebrovasculares en la provincia de Ñuble, que llevarán a cabo en conjunto investigadores de las Universidades del Desarrollo, de Concepción y Mayor y el Hospital regional de Chillán, con el fin de responder algunas de estas interrogantes y sobre todo intervenir para que menos personas sufran las consecuencias de esta enfermedad

La rebelión de los bastones

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A muchos habrá llamado la atención la "Marcha de los bastones" que protagonizaron los adultos mayores el sábado 13 de diciembre, en Santiago, una asistencia que bordeó las mil personas, exigiendo una rebaja preferencial en las tarifas del transporte público.

Hemos sido mudos testigos también de la lucha que han dado por la eliminación del descuento de salud de sus pensiones y el cobro de impuestos en las mismas. Hoy, cada vez se ven más jóvenes, se mantienen activos, hacen deporte, estudian y participan silenciosamente de todos los ámbitos de una sociedad que hace esfuerzos por ignorarlos; marcan presencia y se hacen oír.

No deja de llamar la atención que sean adultos mayores los que abren las cartas que los niños envían al Viejito Pascuero para pedir un regalo, en el marco de la tradicional campaña de Correos de Chile. Estos particulares ayudantes de Santa Claus realizan un trabajo ad honores meticuloso, ordenado y con mucho cariño. Además, lo hacen sin la prisa de la mayoría de las personas más jóvenes, quienes podrían hacer esta tarea más rápida, pero, tal vez, sin la misma dedicación.

Son muchos los adultos mayores que, a pesar de estar en edad de un merecido descanso, optan por seguir trabajando y continuar siendo un aporte para la sociedad. Sin embargo, el problema está en lograr que el mercado laboral genere oportunidades para ellos y en vencer la resistencia a contratarlos por no confiar en su adaptabilidad y/o productividad.

El mercado laboral enfrenta una contradicción: por una parte busca perfiles para puestos que requieren gran especialización, pero por otra, castiga a las personas experimentadas privilegiando la contratación y permanencia de personas más jóvenes, cuyo sueldo no implica una trayectoria. Además, existe una sobrevaloración de la juventud, lo que se suma a que muchas empresas no tienen una cultura organizacional preparada para aprovechar a personas de la tercera edad.

El número de adultos mayores ocupados entre 2010 y 2013 aumentó en un 35% según datos del INE, lo que demuestra un avance en esta materia. Sin embargo, la presencia de éstos sigue siendo insuficiente considerando la tendencia demográfica de nuestro país. Hacia los años 2025 y 2050, la población adulta mayor del país aumentará a 16% y 23,5%, respectivamente.

Por estos días la Comisión Bravo prepara la reforma previsional, y es clave que en este análisis se tenga presente que el país necesita un mercado más flexible, que se adapte un poco más a las personas mayores de 60 años, y que considere la transición demográfica.

Según la Encuesta de Calidad de Vida de la Universidad Católica, realizada en 2010, un 53% de los adultos mayores, a pesar de haberse pensionado, desea continuar trabajando, mientras que sólo un 9% desea dejar de trabajar.

En la última década, el porcentaje de personas que siguen trabajando -a pesar de estar en edad hacer uso de su derecho a pensión - creció en un 65%, pero aún falta bastante camino por recorrer y no podemos seguir pasivos, es hoy cuando debemos comenzar a transitarlo.

Viviendas sustentables y calidad de vida

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En la actualidad todo apunta al desarrollo sustentable. En este contexto, todo producto o proceso que quiera ser innovador en Chile, debería estar alineado con las políticas planteadas por el gobierno y por las directrices establecidas por diferentes organizaciones mundiales. Debemos fortalecer la educación ambiental en las nuevas generaciones y la protección al ambiente, desde la concepción de un producto, hasta su disposición final. Lo sabemos, pero ¿cómo hacerlo?

Quienes trabajamos en ciencia tenemos la oportunidad y el desafío de ofrecer soluciones concretas. La dificultad radica en que la aplicación óptima de estos planteamientos, debe ir de la mano de acciones desarrolladas por distintos actores, desde las autoridades, hasta el ciudadano común.

En lo que a la ciencia le compete, a mi parecer es clave que, sea cual sea nuestra investigación, los fines comercializables producidos no generen impactos ambientales negativos, pues el fin último debiese ser siempre mejorar la vida de las personas y su entorno. Para estos efectos hoy es clave integrar este concepto en uno de los sectores productivos que más aporta a la economía nacional: la construcción. Construir viviendas sustentables no solo beneficia a quien las crea, sino que mejora indudablemente la calidad de vida de las ciudades y de quienes las habitan.

Actualmente en CIPA estamos evaluando la posibilidad de utilizar materiales de desecho provenientes de papeleras, productos plásticos y silvoagroindustriales, para fabricar un sistema constructivo con un mejoramiento térmico y por ende, de buena eficiencia energética. Nuestra propuesta es utilizar materiales reciclados, y adicionalmente poder aportar con una solución que reemplace aquellos contaminantes. Es necesario considerar que cualquier desarrollo amerita medir las consecuencias e impactos ocasionados por la incorporación de nuevos productos, no solo a la economía, sino también a la sociedad y al ambiente.

Tanto en Chile, como en la Región del Biobío, existen recursos destinados a la innovación. La responsabilidad de utilizarlos de buena forma, radica en quienes asumimos ese compromiso con nuestro trabajo desde la ciencia, pero por sobre todo, en quienes a diario consumen una serie de productos que generan impactos negativos en el ambiente.

Si los usuarios estuvieran motivados por una compra que aporta y soluciona la llegada de materiales que tienen valor a los vertederos, claramente el bienestar ambiental no dependería únicamente de la constante búsqueda de soluciones. Sin embargo, mientras sea ese el desafío, aquí estaremos para asumirlo.